Marieta de Veintemilla

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Marieta Veintemilla
Información sobre la plantilla
302 × 446 píxeles
Nacimiento8 de septiembre de 1858
Guayaquil, Ecuador
Fallecimiento11 de Mayo de 1907 49 años
Quito
Causa de la muertePaludismo
NacionalidadEcuatoriana
Ocupaciónescritora, pianista, cantante, política, historiadora, urbanista, feminista
PadresJosé de Veintemilla Villacís y Marieta Marconi Ferretti

Síntesis biográfica

Nace el 8 de septiembre de 1858 en Guayaquil, hija de Marieta Marconi Ferretti y el Gral. José de Veintemilla Villacís. Sus estudios los realiza en Quito. Al perder a sus padres a temprana edad, pasa a la tutela de su tío, el General Ignacio de Veintemilla. Su madre murió cuando ella tenía apenas cuatro años de edad, por esa razón su padre, al no poder encargarse personalmente de su educación, la internó en el Colegio de los Sagrados Corazones, de Quito, donde recibió sus primeras enseñanzas. En 1869 sufrió el inmenso dolor de perder a su padre, que fue asesinado por hacer la revolución al Dr. Gabriel García Moreno, por lo que fue su tío, Ignacio de Veintemilla, quien la colmó de afecto y amor, y se encargó de todos sus cuidados y educación.

Vida y Obra

En 1876 -convertida en una hermosísima mujer- terminó sus estudios justo cuando su tío Ignacio de Veintemilla asumía la jefatura suprema de la República, ella se convierte en un soporte importante del mandatario, con su actuación en los ámbitos social, político y cultural. La Generalita, como la llamaban, promueve la construcción del Teatro Sucre, entre otras importantes obras; realiza encuentros literarios y artísticos con intelectuales, poetas, y artistas, se relaciona con sabios, investigadores y artistas nacionales e internacionales; promueve las artes y las ciencias; alienta a las mujeres a escribir y participar en todos los ámbitos de la sociedad. En 1883, tras una revuelta de la oposición en contra del mandatario, Marieta de Veintemilla es apresada por varios meses y luego desterrada a Lima, Perú. Marieta de Veintimilla Marconi ejerció como Primera Dama de la nación y encargada del poder supremo en los períodos de ausencia de su tío; fue escritora, pianista, cantante, política, historiadora, urbanista, feminista.

En abril de 1882 se produjo una violenta reacción que unió a conservadores y liberales para enfrentar a la nueva dictadura veintemillista. Ante esta situación el Crnel. Vernaza intentó en Quito una sublevación militar, pero ella personalmente acudió al cuartel y, luego de cruzar la cara de Vernaza con sonora bofetada, enfrentó a los batallones a los que reprochó su actitud y arengó obligándolos a gritar vivas por el Gral. Veintemilla.

Entonces, y mientras el general se hacía fuerte y resistía en Guayaquil, asumió en Quito la defensa del régimen erigiéndose en indomable conductora militar, organizando a las tropas del gobierno que se batían valerosamente desde las torres de las iglesias y en los vericuetos y trincheras de la ciudad. «…donde flaqueaba la resistencia, allí estaba ella, fusil en mano, para dar ánimo a los soldados. Los atacantes llevaban las de ganar. La noche cerró la vorágine de sangre, para que la matanza continuase al día siguiente. Marieta, mujer fuerte que jamás conoció el miedo, se pasó andando las calles esa noche, desafiando uno que otro disparo de los atacantes.

La «Generalita» -como la llamaban cariñosamente los soldados dirigió a sus fuerzas con tal inteligencia y habilidad, que los revolucionarios no hubieran podido vencerla de no mediar la traición de uno de los oficiales subordinados a su causa. Fue entonces capturada y encerrada durante ocho meses en un inmundo calabozo donde sufrió toda clase de vejámenes y vituperios. Al abandonar la prisión luego de su largo cautiverio, el pueblo quiteño le tributó un sentido homenaje de reconocimiento, cariño y desagravio, razón por la cual -temeroso- el gobierno restaurador del Dr. José María Plácido Caamaño ordenó su inmediato destierro hacia Lima, Perú. Durante su permanencia en el destierro, que duró 15 años, escribió y publicó su obra Páginas del Ecuador, en la que justificó y defendió frente a la historia la actuación del Gral. Ignacio de Veintemilla. En efecto, Marieta de Veintemilla fue «una mujer de enorme talento y personalidad que escribió una versión muy personal de la historia republicana, especialmente en las décadas en que su tío el General Ignacio de Veintemilla y ella misma, fueron protagonistas de primera fila de la vida nacional. Sus Páginas del Ecuador están bien escritas y revelan un conocimiento del país y una carga enorme de subjetividad para interpretarlo. Como era de esperarlo, tanto por su autora como por el contenido, el libro provocó varias contestaciones, entre ellas, la de Antonio Flores Jijón, uno de los intelectuales y estadistas más importantes del [Estado Oligárquico]] Terrateniente. En 1898 volvió a Quito para tratar de recuperar los bienes que habían pertenecido a su familia: Por esa época publicó sus Disgregaciones Libres y preparó una conferencia titulada «Psicología Moderna».

Obra Social

Gracias a su entusiasmo se desarrollaron importantes obras como el embellecimiento y rehabilitación del parque de la Alameda; la refacción y readaptación del Hospital San Juan de Dios y la construcción del Teatro Sucre, todas ellas en Quito, ciudad a la que dedicó todos sus esfuerzos y amores.

Publicaciones y contribuciones

  • Páginas del Ecuador, sobre la historia republicana, única obra de su naturaleza escrita desde la perspectiva de una mujer latinoamericana.
  • Madame Roland en la revista de la sociedad Jurídico- Literaria
  • Colabora con el diario El Proscrito; a su retorno a Quito, en 1898.
  • Edita Disgregaciones Libres;
  • En 1900 colabora con el diario quiteño La Sanción y otros impresos.
  • Escribe y publica ensayos sobre diferentes temas; como redactora del bisemanario La Palabra, en 1906 lo trasforma en diario.
  • Escribe y dicta conferencias sobre el rol de la mujer en la nueva época; los medios de comunicación publican comentarios positivos y de reconocimiento refiriéndose a ella como la abanderada del feminismo en el país.

Reconocimiento

El Municipio de Quito creó en su memoria, la Condecoración Marieta de Veintimilla, el más alto reconocimiento que confiere, a través del Concejo Metropolitano de Quito o el Alcalde, a personas o instituciones que han realizado servicios relevantes para la ciudad.

Su muerte

Fallece en Quito a causa del paludismo, el 11 de mayo de 1907; recibe los honores de General de la República, el presidente Eloy Alfaro preside el sepelio. La prensa la reconoce como una mujer de pensamiento y lucha.

Fuentes