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''' Miguel Ángel Caicedo Mena  ''' Destacado poeta y escritor chocoano.
 
''' Miguel Ángel Caicedo Mena  ''' Destacado poeta y escritor chocoano.
  
== Biografía ==
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== Síntesis biográfica ==
Miguel Ángel Caicedo Mena nació en la Troje, corregimiento del municipio de Quibdó, el día 30 de agosto de 1919, hijo de Amador Caicedo Ibargüen y Emilia Mena Valencia, y falleció en [[Quibdó]] el 4 de [[abril]] de 1995.
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Miguel Ángel Caicedo Mena nació en la Troje, corregimiento del municipio de Quibdó, el día 30 de agosto de 1919, hijo de Amador Caicedo Ibargüen y Emilia Mena Valencia.
  
Hizo sus estudios de primaria en la Escuela Modelo de Quibdó y de secundaria en el Colegio Carrasquilla, hasta 5º grado, terminando su bachillerato en el Liceo Antioqueño. Ingresó al Instituto Filológico de la Universidad de Antioquia en el año de 1942, obteniendo el título de Licenciado en Lenguas Clásicas y Modernas en 1946.
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Hizo sus estudios de primaria en la Escuela Modelo de Quibdó y de secundaria en el Colegio Carrasquilla, hasta 5º grado, terminando su bachillerato en el Liceo Antioqueño. Ingresó al Instituto Filológico de la Universidad de Antioquia en el año de [[1942]], obteniendo el título de Licenciado en Lenguas Clásicas y Modernas en 1946.
  
 
Fundó en [[Medellín]], durante sus años de estudios universitarios, junto a otros compañeros como Manuel Mejía Vallejo y Jorge Bechara Hernández, la tertulia “Guillermo Valencia”, que tenía como órgano de difusión el periódico “[[El Tertuliano]]”.
 
Fundó en [[Medellín]], durante sus años de estudios universitarios, junto a otros compañeros como Manuel Mejía Vallejo y Jorge Bechara Hernández, la tertulia “Guillermo Valencia”, que tenía como órgano de difusión el periódico “[[El Tertuliano]]”.
  
Se casó con la también educadora Dora Osorio Córdoba en 1949, con quién tuvo 7 hijos: Emilia, Eyda, Miguel, Ramón, Dora, Eladio y Berny.
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Se casó con la también educadora Dora Osorio Córdoba en [[1949]], con quién tuvo 7 hijos: Emilia, Eyda, Miguel, Ramón, Dora, Eladio y Berny.
 
 
== Vida profesional. ==
 
  
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=== Vida profesional ===
 
En su vida profesional, Miguel A. Caicedo se desempeño como profesor de español, inglés y literatura en muchos planteles públicos y privados de Quibdó, como la Normal de Varones, en donde inició su carrera profesional, el Instituto Femenino Integrado y el Colegio Carrasquilla, al cual se vinculó en 1947, así como en la Normal de Pitalito (Huila) y en el Colegio Santander de Honda ([[Tolima]]). Fue rector del Colegio Antonio Abad Hinestroza, de Yuto, del Colegio Carrasquilla y de la Normal Manuel Cañizales, de Quibdó, que fundó en [[1956]] en compañía de otros educadores y socios. Colaboró decididamente en el proceso de aprobación oficial de varios planteles educativos del departamento.
 
En su vida profesional, Miguel A. Caicedo se desempeño como profesor de español, inglés y literatura en muchos planteles públicos y privados de Quibdó, como la Normal de Varones, en donde inició su carrera profesional, el Instituto Femenino Integrado y el Colegio Carrasquilla, al cual se vinculó en 1947, así como en la Normal de Pitalito (Huila) y en el Colegio Santander de Honda ([[Tolima]]). Fue rector del Colegio Antonio Abad Hinestroza, de Yuto, del Colegio Carrasquilla y de la Normal Manuel Cañizales, de Quibdó, que fundó en [[1956]] en compañía de otros educadores y socios. Colaboró decididamente en el proceso de aprobación oficial de varios planteles educativos del departamento.
  
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El 4 de abril de 1995, Miguel A. Caicedo falleció en el Hospital San Francisco de Quibdó, después de padecer una seria enfermedad, dejando huérfana la cultura chocoana.
 
El 4 de abril de 1995, Miguel A. Caicedo falleció en el Hospital San Francisco de Quibdó, después de padecer una seria enfermedad, dejando huérfana la cultura chocoana.
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=== Poeta Romantico ===
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Como poeta, el trabajo de Miguel A. Caicedo abarca dos grandes categorías: la de poeta romántico, característica de sus primeros años de escritor, y la de poeta negro y folclórico, donde llegó a su mejor expresión artística.
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En un principio, Miguel A. Caicedo se dedicó a la temática romántica “...cuando su poesía aún estaba adolescente y cuando su alma idealizada por la mujer querida se diluía en las frivolidades...” y lo hizo “...a la altura de los clásicos, con la profundidad de los sabihondos y con la sencillez de su propia persona”.
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“Miguel A. Caicedo fue uno de los mejores exponentes del movimiento romántico en el Chocó. En su poesía encontramos la forma peculiar como presenta las imágenes, realizándolas con gran viveza y colorido, logrando penetrar en el sentimiento con toda la intensidad de su inspiración. En la expresión busca lo más musical y en los temas, lo más humano. El amor y la mujer, como fuente de su lira, afloran en su poesía en sonetos bien elaborados y de rima agradable. Su ritmo interior se corresponde con la unidad conceptual de cada verso. El verso preferido por el poeta es el endecasílabo, el cual maneja con habilidad certera. En casos esporádicos hace gala del alejandrino. Sus versos están escritos en orden lógico y fluyen límpidamente de un renglón a otro. Nada de invocaciones, nada de transposiciones, nada de “do” y de “doquier” se encuentra en ellos, porque el poeta se mantiene a distancia de ese academicismo retórico, engomado y fósil de artificialismos inútiles. Versos para olvidar es, indudablemente, su mejor muestra representativa en la materia.”
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=== Escritor Constumbrista ===
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Sus obras  incluyen trabajos de carácter académico, como Panorámicas chocoanas, La Yesca y Sólidos pilares de la educación chocoana, biografías de autores y educadores destacados del departamento y obras donde trata problemáticas de las relaciones humanas, como Cuando las madres lloran, Espinas redentoras, Con el padre y el hijo y Negro y dolor.
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Pero, al igual que en la poesía, donde más se destacó fue como escritor costumbrista, con obras donde hace una descripción auténtica de la vida y costumbres chocoanas, registrando la sensibilidad creadora y el saber popular de sus gentes. En esta categoría, se destacan obras como Chocó mágico y folclórico, La Palizada, El regreso de Jorge, Chocó, verdad, leyenda y locura, Cuentos ejemplares y El castellano en el Chocó, 500 años.
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En esta última obra, Miguel A. Caicedo hace una brillante recopilación de las expresiones utilizadas en el lenguaje diario del chocoano y los refranes de sabiduría popular. Es una muestra de la variedad y riqueza de las expresiones utilizadas por el pueblo chocoano.
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=== Semblanza Personal ===
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Don Miguel ejerció el magisterio con el entusiasmo, la responsabilidad y la eficiencia de un maestro que noblemente se entrega a la difícil, pero hermosa, tarea de instruir y educar para el mañana. Siempre se preocupó por imprimirle a la educación un sello auténtico de disciplina pedagógica, donde el conocimiento se presentaba al alumno en forma viva, vinculado a la realidad de las cosas, conducente a la formación de la personalidad y tendiente a la adquisición, por iniciativa propia, de un verdadero ideal de vida.
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Fue un hombre humilde, sencillo y generoso, libre de escoria, a quien ni la vanidad ni la ambición, ni la envidia ni la inquina sedujeron un instante. Solo lo grande, desinteresado y puro le inspiraron pensamiento o acto alguno. Vivió una vida pobre y austera, pero rica espiritualmente, caracterizada por su fe en Dios, las personas y las cosas y un hondo sentido de solidaridad humana.
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Don Miguel fue un hombre bueno y afectuoso, capaz de acciones magnas de desprendimiento y sacrificio. En la vida familiar era dócil y tierno como un niño. En la vida intelectual, apasionado por las ideas; en el seno de la amistad, dispuesto a entregar su existencia por un amigo en infortunio; y en todo momento, en la alegría y en la tristeza, en la ausencia y en la presencia, en el triunfo y en la desesperanza, siempre fue fiel consigo mismo y con los demás.
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La obra de Miguel A. Caicedo penetra en las raíces de la cultura del Chocó, representando como pocas el ser más profundo de su pueblo negro. Su esfuerzo por divulgar las tradiciones, la forma de hablar y la idiosincrasia del chocoano, más que meritoria es esencial en un país que ha volteado la espalda a esta tierra desde siempre. Una tierra que ha dado a ese mismo país las riquezas de sus entrañas y el arduo trabajo de sus gentes, todavía no redimidas de la ignominia de la esclavitud.
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Su carrera de educador de las juventudes del departamento contribuyó a ampliar los horizontes de vida de aquellos que pasaron por los salones en donde dictó clases. Con su vida dedicada al trabajo y a sus ideales, Miguel A. Caicedo dejó un valioso ejemplo para todos los chocoanos y los colombianos en general.
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=== Muerte ===
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Falleció en Quibdó el [[4 de abril]] de [[1995]] en el Hospital San Francisco de Quibdó, después de padecer una seria enfermedad.
  
 
== Publicaciones ==
 
== Publicaciones ==
* Veinte poemas y un grito, de 1950. Una colección de poemas románticos, fue su primera obra publicada.  
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* Veinte poemas y un grito, de [[1950]]. Una colección de poemas románticos, fue su primera obra publicada.  
* La palizada, de 1952. Novela costumbrista, esta obra bosqueja la vida de los pobres mineros del Chocó, con evidente realidad cotidiana.  
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* La palizada, de [[1952]]. Novela costumbrista, esta obra bosqueja la vida de los pobres mineros del Chocó, con evidente realidad cotidiana.  
 
* Versos para olvidar, de 1960.  
 
* Versos para olvidar, de 1960.  
 
* Recuerdos de la orilla, de 1961.  
 
* Recuerdos de la orilla, de 1961.  
* Cuando las madres lloran, de 1966. Novela pedagógica caracterizada por la claridad, la sencillez y la concisión del lenguaje.  
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* Cuando las madres lloran, de [[1966]]. Novela pedagógica caracterizada por la claridad, la sencillez y la concisión del lenguaje.  
* El regreso de Jorge, continuación de “La palizada”, de 1968.  
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* El regreso de Jorge, continuación de “La palizada”, de [[1968]].  
 
* El festival de los puentes, de 1968. Novela costumbrista con marcadas notas autobiográficas, donde el autor narra su tarea y su desempeño educativo en Honda (Tolima).
 
* El festival de los puentes, de 1968. Novela costumbrista con marcadas notas autobiográficas, donde el autor narra su tarea y su desempeño educativo en Honda (Tolima).
 
* Del sentimiento de la poesía popular chocoana, de 1973. Una rica colección de coplas y décimas de la región, propias de la última mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
 
* Del sentimiento de la poesía popular chocoana, de 1973. Una rica colección de coplas y décimas de la región, propias de la última mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
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* Nicolás Rojas Mena, de 1994. Su última obra publicada en vida, con la cual sella su compromiso de presentador de los más distinguidos educadores chocoanos.
 
* Nicolás Rojas Mena, de 1994. Su última obra publicada en vida, con la cual sella su compromiso de presentador de los más distinguidos educadores chocoanos.
 
* uibdó de los recuerdos, de 1995. Publicado póstumamente, el libro trata de la realidad del Quibdó de ayer.  
 
* uibdó de los recuerdos, de 1995. Publicado póstumamente, el libro trata de la realidad del Quibdó de ayer.  
 
== El poeta Romantico ==
 
Como poeta, el trabajo de Miguel A. Caicedo abarca dos grandes categorías: la de poeta romántico, característica de sus primeros años de escritor, y la de poeta negro y folclórico, donde llegó a su mejor expresión artística.
 
 
En un principio, Miguel A. Caicedo se dedicó a la temática romántica “...cuando su poesía aún estaba adolescente y cuando su alma idealizada por la mujer querida se diluía en las frivolidades...” y lo hizo “...a la altura de los clásicos, con la profundidad de los sabihondos y con la sencillez de su propia persona”.
 
 
“Miguel A. Caicedo fue uno de los mejores exponentes del movimiento romántico en el Chocó. En su poesía encontramos la forma peculiar como presenta las imágenes, realizándolas con gran viveza y colorido, logrando penetrar en el sentimiento con toda la intensidad de su inspiración. En la expresión busca lo más musical y en los temas, lo más humano. El amor y la mujer, como fuente de su lira, afloran en su poesía en sonetos bien elaborados y de rima agradable. Su ritmo interior se corresponde con la unidad conceptual de cada verso. El verso preferido por el poeta es el endecasílabo, el cual maneja con habilidad certera. En casos esporádicos hace gala del alejandrino. Sus versos están escritos en orden lógico y fluyen límpidamente de un renglón a otro. Nada de invocaciones, nada de transposiciones, nada de “do” y de “doquier” se encuentra en ellos, porque el poeta se mantiene a distancia de ese academicismo retórico, engomado y fósil de artificialismos inútiles. Versos para olvidar es, indudablemente, su mejor muestra representativa en la materia.”
 
 
== El Escritor Constumbrista ==
 
 
La obra en prosa de Miguel A. Caicedo incluye trabajos de carácter académico, como Panorámicas chocoanas, La Yesca y Sólidos pilares de la educación chocoana, biografías de autores y educadores destacados del departamento y obras donde trata problemáticas de las relaciones humanas, como Cuando las madres lloran, Espinas redentoras, Con el padre y el hijo y Negro y dolor.
 
 
Pero, al igual que en la poesía, donde más se destacó fue como escritor costumbrista, con obras donde hace una descripción auténtica de la vida y costumbres chocoanas, registrando la sensibilidad creadora y el saber popular de sus gentes. En esta categoría, se destacan obras como Chocó mágico y folclórico, La Palizada, El regreso de Jorge, Chocó, verdad, leyenda y locura, Cuentos ejemplares y El castellano en el Chocó, 500 años.
 
 
En esta última obra, Miguel A. Caicedo hace una brillante recopilación de las expresiones utilizadas en el lenguaje diario del chocoano y los refranes de sabiduría popular. Es una muestra de la variedad y riqueza de las expresiones utilizadas por el pueblo chocoano.
 
 
== Semblanza Personal ==
 
Don Miguel ejerció el magisterio con el entusiasmo, la responsabilidad y la eficiencia de un maestro que noblemente se entrega a la difícil, pero hermosa, tarea de instruir y educar para el mañana. Siempre se preocupó por imprimirle a la educación un sello auténtico de disciplina pedagógica, donde el conocimiento se presentaba al alumno en forma viva, vinculado a la realidad de las cosas, conducente a la formación de la personalidad y tendiente a la adquisición, por iniciativa propia, de un verdadero ideal de vida.
 
 
Fue un hombre humilde, sencillo y generoso, libre de escoria, a quien ni la vanidad ni la ambición, ni la envidia ni la inquina sedujeron un instante. Solo lo grande, desinteresado y puro le inspiraron pensamiento o acto alguno. Vivió una vida pobre y austera, pero rica espiritualmente, caracterizada por su fe en Dios, las personas y las cosas y un hondo sentido de solidaridad humana.
 
 
Don Miguel fue un hombre bueno y afectuoso, capaz de acciones magnas de desprendimiento y sacrificio. En la vida familiar era dócil y tierno como un niño. En la vida intelectual, apasionado por las ideas; en el seno de la amistad, dispuesto a entregar su existencia por un amigo en infortunio; y en todo momento, en la alegría y en la tristeza, en la ausencia y en la presencia, en el triunfo y en la desesperanza, siempre fue fiel consigo mismo y con los demás.
 
 
La obra de Miguel A. Caicedo penetra en las raíces de la cultura del Chocó, representando como pocas el ser más profundo de su pueblo negro. Su esfuerzo por divulgar las tradiciones, la forma de hablar y la idiosincrasia del chocoano, más que meritoria es esencial en un país que ha volteado la espalda a esta tierra desde siempre. Una tierra que ha dado a ese mismo país las riquezas de sus entrañas y el arduo trabajo de sus gentes, todavía no redimidas de la ignominia de la esclavitud.
 
 
Su carrera de educador de las juventudes del departamento contribuyó a ampliar los horizontes de vida de aquellos que pasaron por los salones en donde dictó clases. Con su vida dedicada al trabajo y a sus ideales, Miguel A. Caicedo dejó un valioso ejemplo para todos los chocoanos y los colombianos en general.
 
 
== Muerte. ==
 
 
Falleció en Quibdó el 4 de abril de 1995 en el Hospital San Francisco de Quibdó, después de padecer una seria enfermedad.
 
  
 
== Fuentes ==
 
== Fuentes ==

Revisión del 15:34 9 feb 2018

Miguel Ángel Caicedo Mena
Información sobre la plantilla
MIGUEL+A.+CAICEDO.jpg
NombreMiguel Ángel Caicedo Mena
Nacimiento30 de agosto de 1919
Troje, Quibdó, Bandera de Colombia Colombia
Fallecimiento4 de abril de 1995
Quibdó, Bandera de Colombia Colombia
NacionalidadColombiana
OcupaciónPoeta y escritor.

Miguel Ángel Caicedo Mena Destacado poeta y escritor chocoano.

Síntesis biográfica

Miguel Ángel Caicedo Mena nació en la Troje, corregimiento del municipio de Quibdó, el día 30 de agosto de 1919, hijo de Amador Caicedo Ibargüen y Emilia Mena Valencia.

Hizo sus estudios de primaria en la Escuela Modelo de Quibdó y de secundaria en el Colegio Carrasquilla, hasta 5º grado, terminando su bachillerato en el Liceo Antioqueño. Ingresó al Instituto Filológico de la Universidad de Antioquia en el año de 1942, obteniendo el título de Licenciado en Lenguas Clásicas y Modernas en 1946.

Fundó en Medellín, durante sus años de estudios universitarios, junto a otros compañeros como Manuel Mejía Vallejo y Jorge Bechara Hernández, la tertulia “Guillermo Valencia”, que tenía como órgano de difusión el periódico “El Tertuliano”.

Se casó con la también educadora Dora Osorio Córdoba en 1949, con quién tuvo 7 hijos: Emilia, Eyda, Miguel, Ramón, Dora, Eladio y Berny.

Vida profesional

En su vida profesional, Miguel A. Caicedo se desempeño como profesor de español, inglés y literatura en muchos planteles públicos y privados de Quibdó, como la Normal de Varones, en donde inició su carrera profesional, el Instituto Femenino Integrado y el Colegio Carrasquilla, al cual se vinculó en 1947, así como en la Normal de Pitalito (Huila) y en el Colegio Santander de Honda (Tolima). Fue rector del Colegio Antonio Abad Hinestroza, de Yuto, del Colegio Carrasquilla y de la Normal Manuel Cañizales, de Quibdó, que fundó en 1956 en compañía de otros educadores y socios. Colaboró decididamente en el proceso de aprobación oficial de varios planteles educativos del departamento.

Fue el autor de himnos para diversos planteles de educación, como la Normal de Señoritas de Istmina, la Normal de Varones de Quibdó, el Colegio de la Presentación de Pitalito, el Instituto Politécnico de Quibdó, entre otros.

Entre 1970 y 1975 fue jefe de la División de Educación Secundaria del Chocó, cargo que asumió por invitación del gobernador Carlos Hernán Perea. En 1972, junto a un grupo de intelectuales chocoanos, participó en la fundación de la Universidad Tecnológica del Chocó “Diego Luis Córdoba”, a la cual se mantuvo vinculado durante muchos años como docente de español, griego y literatura adscrito al Departamento de Idiomas, y como jefe de Extensión Cultural.

También se desempeñó como director de la Fundación para el Desarrollo de la Cultura “Ramón Lozano Garcés” y como director de la Escuela Literaria “José A. Rivas Polo”, la cual fundó en 1976, con el auspicio del área cultural del Banco de la República.

En 1983 fue nombrado primer presidente de la Junta Regional de la Cultura del Chocó, afiliada a Colcultura nacional. En 1984, por resolución de la Junta Nacional de Escalafón, fue ascendido a la categoría catorce, máximo grado, convirtiéndose en el primer educador chocoano a alcanzar este rango. En 1986, ingresó a la Academia de Historia del Chocó, como miembro fundador y académico de número. Entre sus muchas publicaciones están “La palizada”, de 1952, “Versos para olvidar”, de 1960, “Del sentimiento de la poesía popular chocoana”, de 1973, “Chocó mágico y folclórico”, de 1977, “Negro y Dolor”, de 1982 y “Manuel Saturio (El hombre)”, de 1992. Con “Chocó mágico y folclórico” Miguel A. Caicedo ganó el Concurso Nacional sobre Relatos Mágicos Populares, organizado por Colcultura en 1973. Con “Negro y Dolor” ganó el Concurso Capacitación de la Cultura Negra.

En 1989 inició la grabación de una serie de casetes con poemas folclóricos, que fueron más tarde difundidos en un programa cultural emitido por la Radio Universidad del Chocó, que colaboraron a popularizar su poesía folclórica y que se convirtieron en fuente de inspiración para importantes trabajos y tesis de carácter filosófico y cultural. También fue colaborador de El Tiempo y El Espectador y escribió innumerables artículos literarios para periódicos y revistas regionales.

El 4 de abril de 1995, Miguel A. Caicedo falleció en el Hospital San Francisco de Quibdó, después de padecer una seria enfermedad, dejando huérfana la cultura chocoana.

Poeta Romantico

Como poeta, el trabajo de Miguel A. Caicedo abarca dos grandes categorías: la de poeta romántico, característica de sus primeros años de escritor, y la de poeta negro y folclórico, donde llegó a su mejor expresión artística.

En un principio, Miguel A. Caicedo se dedicó a la temática romántica “...cuando su poesía aún estaba adolescente y cuando su alma idealizada por la mujer querida se diluía en las frivolidades...” y lo hizo “...a la altura de los clásicos, con la profundidad de los sabihondos y con la sencillez de su propia persona”.

“Miguel A. Caicedo fue uno de los mejores exponentes del movimiento romántico en el Chocó. En su poesía encontramos la forma peculiar como presenta las imágenes, realizándolas con gran viveza y colorido, logrando penetrar en el sentimiento con toda la intensidad de su inspiración. En la expresión busca lo más musical y en los temas, lo más humano. El amor y la mujer, como fuente de su lira, afloran en su poesía en sonetos bien elaborados y de rima agradable. Su ritmo interior se corresponde con la unidad conceptual de cada verso. El verso preferido por el poeta es el endecasílabo, el cual maneja con habilidad certera. En casos esporádicos hace gala del alejandrino. Sus versos están escritos en orden lógico y fluyen límpidamente de un renglón a otro. Nada de invocaciones, nada de transposiciones, nada de “do” y de “doquier” se encuentra en ellos, porque el poeta se mantiene a distancia de ese academicismo retórico, engomado y fósil de artificialismos inútiles. Versos para olvidar es, indudablemente, su mejor muestra representativa en la materia.”

Escritor Constumbrista

Sus obras incluyen trabajos de carácter académico, como Panorámicas chocoanas, La Yesca y Sólidos pilares de la educación chocoana, biografías de autores y educadores destacados del departamento y obras donde trata problemáticas de las relaciones humanas, como Cuando las madres lloran, Espinas redentoras, Con el padre y el hijo y Negro y dolor.

Pero, al igual que en la poesía, donde más se destacó fue como escritor costumbrista, con obras donde hace una descripción auténtica de la vida y costumbres chocoanas, registrando la sensibilidad creadora y el saber popular de sus gentes. En esta categoría, se destacan obras como Chocó mágico y folclórico, La Palizada, El regreso de Jorge, Chocó, verdad, leyenda y locura, Cuentos ejemplares y El castellano en el Chocó, 500 años.

En esta última obra, Miguel A. Caicedo hace una brillante recopilación de las expresiones utilizadas en el lenguaje diario del chocoano y los refranes de sabiduría popular. Es una muestra de la variedad y riqueza de las expresiones utilizadas por el pueblo chocoano.

Semblanza Personal

Don Miguel ejerció el magisterio con el entusiasmo, la responsabilidad y la eficiencia de un maestro que noblemente se entrega a la difícil, pero hermosa, tarea de instruir y educar para el mañana. Siempre se preocupó por imprimirle a la educación un sello auténtico de disciplina pedagógica, donde el conocimiento se presentaba al alumno en forma viva, vinculado a la realidad de las cosas, conducente a la formación de la personalidad y tendiente a la adquisición, por iniciativa propia, de un verdadero ideal de vida.

Fue un hombre humilde, sencillo y generoso, libre de escoria, a quien ni la vanidad ni la ambición, ni la envidia ni la inquina sedujeron un instante. Solo lo grande, desinteresado y puro le inspiraron pensamiento o acto alguno. Vivió una vida pobre y austera, pero rica espiritualmente, caracterizada por su fe en Dios, las personas y las cosas y un hondo sentido de solidaridad humana.

Don Miguel fue un hombre bueno y afectuoso, capaz de acciones magnas de desprendimiento y sacrificio. En la vida familiar era dócil y tierno como un niño. En la vida intelectual, apasionado por las ideas; en el seno de la amistad, dispuesto a entregar su existencia por un amigo en infortunio; y en todo momento, en la alegría y en la tristeza, en la ausencia y en la presencia, en el triunfo y en la desesperanza, siempre fue fiel consigo mismo y con los demás.

La obra de Miguel A. Caicedo penetra en las raíces de la cultura del Chocó, representando como pocas el ser más profundo de su pueblo negro. Su esfuerzo por divulgar las tradiciones, la forma de hablar y la idiosincrasia del chocoano, más que meritoria es esencial en un país que ha volteado la espalda a esta tierra desde siempre. Una tierra que ha dado a ese mismo país las riquezas de sus entrañas y el arduo trabajo de sus gentes, todavía no redimidas de la ignominia de la esclavitud.

Su carrera de educador de las juventudes del departamento contribuyó a ampliar los horizontes de vida de aquellos que pasaron por los salones en donde dictó clases. Con su vida dedicada al trabajo y a sus ideales, Miguel A. Caicedo dejó un valioso ejemplo para todos los chocoanos y los colombianos en general.

Muerte

Falleció en Quibdó el 4 de abril de 1995 en el Hospital San Francisco de Quibdó, después de padecer una seria enfermedad.

Publicaciones

  • Veinte poemas y un grito, de 1950. Una colección de poemas románticos, fue su primera obra publicada.
  • La palizada, de 1952. Novela costumbrista, esta obra bosqueja la vida de los pobres mineros del Chocó, con evidente realidad cotidiana.
  • Versos para olvidar, de 1960.
  • Recuerdos de la orilla, de 1961.
  • Cuando las madres lloran, de 1966. Novela pedagógica caracterizada por la claridad, la sencillez y la concisión del lenguaje.
  • El regreso de Jorge, continuación de “La palizada”, de 1968.
  • El festival de los puentes, de 1968. Novela costumbrista con marcadas notas autobiográficas, donde el autor narra su tarea y su desempeño educativo en Honda (Tolima).
  • Del sentimiento de la poesía popular chocoana, de 1973. Una rica colección de coplas y décimas de la región, propias de la última mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
  • Panorámicas chocoanas, de 1975. Ensayo monográfico del Chocó, donde hay de todo un poco: historia, geografía, economía, minería, periodismo y folclor.
  • Chocó mágico y folclórico, de 1977. Colección de relatos mágicos
  • Los cuentos de abuelita, de 1977. Selecta colección, donde abundan el desarrollo imaginativo, la fantasía y la intención moral y filosófica, a través de un argumento motivador, sencillo y una moraleja que, con eficacia, guía por senderos de provecho.
  • Chocó, verdad, leyenda y locura, de 1977. Un recorrido por la leyenda chocoana y su influencia en nuestro medio histórico y geográfico, como verdadera manifestación de la fantasía popular, en donde se mezclan relatos de ficción y realidad, transmitidos de generación en generación.
  • Diez plusonetos y demás olvidos, de 1981. La más clásica de sus composiciones en verso.
  • Negro y Dolor, de 1982. Novela de actualidad, es un escrito de tesis que plantea cuestiones trascendentales, tocando en su tramaproblemas de orden social, moral y filosófico.
  • Autores chocoanos, de 1983. En esta obra hay un recorrido panorámico y de fondo de los autores más representativos del Chocó, desde 1837. Son biografías de su autoría y de colaboradores varios.
  • Espinas redentoras, de 1985.
  • el padre y el hijo, de 1989. Una obra en la que el autor se inspira en un proceso didáctico de la vida, tocando distintas fibras y diferentes matices del alma humana, ahondando en las ideas, los sentimientos y las pasiones.
  • Pedro León Cristancho, El Profesor, de 1990. Un claro tributo de reconocimiento a este humilde educador chocoano, orgullo del Colegio Carrasquilla, brillante en la cátedra, recto en sus principios y decoroso en su personalidad.
  • El testamento de Guabina, de 1992, en coautoría con el escritor Carlos A. Caicedo.
  • El Quebrador, de 1992. Es una novela de denuncia de la deshonestidad y el abuso.
  • El Castellano en el Chocó, 500 años, de 1992.
  • Sólidos pilares de la educación chocoana, de 1992. Un libro que traza la trayectoria de la Educación en el Chocó, en forma cronológica, destacando sus mejores pedagogos en cada ciclo.
  • Manuel Saturio (El hombre), de 1992. Toca la parte humana del último fusilado en Colombia, el 7 de mayo de 1907, durante el gobierno dictatorial del general Rafael Reyes, y trata de probar que el asesinato de este hombre no fue solo obra de la aristocracia Quibdoseña, tampoco su mácula condenatoria fue el ser negro e inteligente.
  • La Décima y la Espinela, de 1992. Es una especie de ensayo, en el cual el autor nos demuestra que la décima es una de las formas ideales de la expresión popular chocoana y que forma, con la copla, la pareja indiscutible de versos espontáneos preferidos por los improvisadores.
  • La Yesca: importancia de siempre, de 1993, en coautoría con el escritor Luis Fernando Gonzáles.
  • Cuentos ejemplares, de 1993. Escrito en asocio con sus hijas Emilia y Eyda María. Constituye un gran aporte al enriquecimiento de la tradición oral chocoana, en donde el tema fundamental sigue siendo el hombre con sus problemas, sus aspiraciones, sus dichas, sus nostalgias, sus conflictos, sus triunfos y sus derrotas en el amplio panorama del mundo.
  • Armando Luna Roa, de 1993. Biografía de este gran educador chocoano
  • Nicolás Rojas Mena, de 1994. Su última obra publicada en vida, con la cual sella su compromiso de presentador de los más distinguidos educadores chocoanos.
  • uibdó de los recuerdos, de 1995. Publicado póstumamente, el libro trata de la realidad del Quibdó de ayer.

Fuentes