Parque Arqueológico Subacuático Batalla Naval de 1898

Parque Arqueológico Subacuático Batalla Naval de 1898
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Parque Arqueológico Subacuático ¨Batalla Naval de 1898¨. Uno de los conjuntos arqueológicos más completos y accesibles de la primera era de los barcos de acero. Vestigios de uno de los acontecimientos navales más trascendentales de la historia de Cuba. Ha sido declarado Monumento Nacional de la República de Cuba. La ceremonia oficial tuvo lugar el 3 de julio de 2015 en la Fortaleza del Morro San Pedro de la Roca (Patrimonio Mundial de la UNESCO) y en el ámbito del evento internacional SIMPOSUB 2015, coincidiendo con el 117 aniversario de ese importante acontecimiento histórico.

Descripción

El Parque, que abarca un área total de 240 km2, está conformado por siete sitios arqueológicos ubicados en Playa Siboney, Las Cuatro Bocas, Playa Mar Verde, Rancho Cruz-Buey Cabón, Ensenada de Juan González, Aserradero y Playa La Mula. En ellos existen numerosos restos arqueológicos dispersos en el fondo marino así como importantes ecosistemas, que en su conjunto deben ser protegidos. Este Monumento Nacional a cinco buques españoles y dos norteamericanos vinculados a la batalla naval de 1898, subraya el hecho histórico trascendental que puso fin a la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, y marcó el comienzo de nuevas y distintas relaciones entre los tres países implicados.

Historia

Ceremonia

La Batalla Naval de Santiago de Cuba pone punto final a la Guerra Hispano Cubana Norteamericana. El 25 de enero de 1898, llega a La Habana el acorazado Maine, enviado por el gobierno norteamericano en una supuesta visita de cortesía que sería devuelta por el crucero acorazado español Vizcaya a la ciudad de Nueva York. El 15 de febrero la explosión del Maine en el puerto de La Habana genera las condiciones para que los Estados Unidos se involucren en la guerra por la independencia iniciada por los cubanos en 1895 y le declaren la guerra a España. Con la declaración de guerra y el bloqueo marítimo de la Isla, y ante la solicitud del Capitán General de España en Cuba, el gobierno español ordena a la Escuadra de Operaciones de las Antillas, comandada por el almirante Pascual Cervera, trasladarse a Cuba para contribuir a su defensa. La escuadra llega el 19 de mayo de 1898 a la bahía de Santiago de Cuba. Estados Unidos ordena a su escuadra, comandada por el almirante William Sampson, bloquear la bahía de Santiago de Cuba encerrando en ella a los barcos españoles. Con el afán de impedir su salida, hunden el 3 de junio el buque carbonero Merrimac, operación que fracasa al sumergirse este de manera perpendicular y a un lado, en contraposición a lo deseado, que era hundirlo justamente en el canal de la rada santiaguera para bloquear su acceso o salida. El 2 de julio, el almirante Cervera recibe la orden de salir de la bahía y presentar batalla, a pesar de la desventajosa situación que poseía en cantidad de buques y armamento con respecto a la escuadra norteamericana. A las 9 y 30 am del domingo 3 de julio sale de Santiago de Cuba la escuadra española por el estrecho canal de la bahía que impone el paso de sus barcos de uno en uno. Los buques norteamericanos situados en semicírculo a la salida de la Bahía podían disparar todos a la vez consecutivamente sobre cada uno de los buques españoles según estos iban asomando en mar abierto y en posición de enfilada, favorable al fuego naval del enemigo. Los buques norteamericanos, colocados en perpendicular, ofrecían blancos más difíciles. La tecnología artillera de la época hacía que los cañones de los barcos tuvieran mayor precisión en dirección que en alcance, lo que permitía hacer blancos más seguros sobre un buque que estuviera alineado con la trayectoria del disparo. La escuadra estaba compuesta por los cruceros acorazados ¨Infanta María Teresa¨ (buque insignia), ¨Vizcaya¨, ¨Almirante Oquendo¨ y ¨Cristóbal Colón¨ y los destructores ¨Furor¨ y ¨Platón¨. El plan de Cervera era intentar huir atravesando la línea enemiga hacia el oeste con la esperanza remota de poder embestir con su buque al ¨Brooklyn¨, crear una brecha en la formación enemiga, atraer hacia si el fuego, y propiciar que al menos algún buque pudiera abrirse camino. En cabeza salió el buque insignia donde iba el Almirante. Los buques españoles fueron cañoneados desde que emergieron de la bahía y al huir fueron perseguidos sin posibilidad alguna de salvación. Toda le escuadra resultó destruida, embarrancada o hundida. Una vez vencidos, los buques intentaron acercarse a la costa para salvar el máximo de tripulantes. Por esta razón, los pecios en la actualidad se encuentran a poca profundidad y cerca de la costa. Los barcos hundidos y encallados quedaron repartidos a lo largo del litoral en cien kilómetros desde la salida de la bahía hasta frente a la playa de La Mula.

Ceremonia con ofrenda floral

En el momento de la salida de los barcos españoles, se encuentran frente a la bahía los acorazados norteamericanos ¨Brooklyn¨, ¨Texas¨, ¨Iowa¨, ¨Oregon¨ e ¨Indiana¨, así como los buques auxiliares ¨Gloucester¨ y ¨Vixen¨. El ¨María Teresa¨, tan pronto sale, se lanza a toda la velocidad contra el primer barco enemigo, aguatando la lluvia de fuego y metralla que le viene de cuatro de los barcos norteamericanos. En pocos instantes, se propaga el fuego a bordo por la cantidad de madera que tiene el buque. Entretanto, el ¨Vizcaya¨, seguido del ¨Colón¨, franquea la salida, y obedeciendo instrucciones, tratan de escapar a toda costa. El cuarto barco en salir, el ¨Oquendo¨, recibe una lluvia de proyectiles incluso antes de aparecer en el escenario del combate, que provoca grandes incendios a bordo y lo obligan a estrellarse contra las rocas en la playa Juan González, al igual que el ¨Teresa¨, muy próximo a la entrada de la bahía. Los barcos ¨Furor¨ y ¨Plutón¨ apenas quedan al descubierto, son blancos de los buques norteamericanos, que dan rápida cuenta de ellos en una lucha desproporcionada. El ¨Pultón¨queda prácticamente partido en dos al recibir un proyectil en cubierta, pudiendo embarrancar en la costa y salvándose la poca tripulación sobreviviente. El ¨Furor¨ se hunde en aguas profundas a una milla de la costa. El ¨Vizcaya¨, pierde terreno con su lento andar, y a las 11 y 10 de la mañana, convertido en un horno de fuego, embarranca en Aserradero. El ¨Colón¨, el barco de guerra más rápido de la época, es alcanzado por los buques estadounidenses, imposibilitado de seguir combatiendo por no disponer de sus cañones de largo alcance, que nunca fueron instalados. Su comandante, Emilio Díaz y Moreu, da la orden de enrumbar hacia playa La Mula, y abrir las válvulas de fondo con objeto de asegurar la pérdida completa del barco y evitar la entrega al enemigo del último buque de la escuadra española. El buque insignia ¨María Teresa¨, fue el único que los americanos pudieron llevar consigo como trofeo después de la batalla, pero no resistió la travesía y se hundió al pasar por las Bahamas.

Declaratoria

El Parque Arqueológico del Patrimonio Cultural Subacuático Batalla Naval de Santiago de Cuba-1898, quedó declarado el 3 de julio de 2015 Monumento Nacional en ceremonia efectuada en el Castillo del Morro San Pedro de la Roca, mudo testigo de la partida de la escuadra española hacia aquel holocausto, al cumplirse el 117 aniversario del acontecimiento. El Parque, que abarca un área total de 240 km2, está conformado por siete sitios arqueológicos ubicados en Playa Siboney, Las Cuatro Bocas, Playa Mar Verde, Rancho Cruz-Buey Cabón, Ensenada de Juan González, Aserradero y Playa La Mula. En ellos existen numerosos restos arqueológicos dispersos en el fondo marino así como importantes ecosistemas, que en su conjunto deben ser protegidos.

Fuentes