Parque Nacional de La Caldera de Taburiente

Parque Nacional de La Caldera de Taburiente
Información sobre la plantilla
Mapa del Parque
Mapa del Parque
EntidadParque Nacional
 • PaísBandera de España España
 • IslaLa Palma
 • Comunidad autónomaIslas Canarias
Superficie 
 • Total46 9 km²
Sitio web oficial
Vista-parque-taburiente.jpg
Vista del parque

Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. Área protegida de España, situada en la isla de La Palma, en la Comunidad Autónoma de Canarias. Como el resto del archipiélago es de naturaleza volcánica, pero se distingue por la gran cantidad de recursos hídricos que posee, tanto subterráneos como superficiales.

Historia

Los primitivos habitantes de La Palma llamaban a la isla "Benahoare" (mi tierra) y estaba dividida en 12 cantones o señoríos, gobernados cada uno por un mencey. Los primeros datos sobre La Palma son del siglo XV. Aunque faltan datos concretos al respecto, se calcula que la población en ese momento, podía oscilar en torno a los 4000 habitantes. Los aborígenes vivían fundamentalmente del pastoreo de cabras, ovejas y cerdos, y recolectaban frutos y raíces con los que elaboraban una especie de harina a la que llamaban "gofio", hecha con raíces de helecho y amagantes, que tostaban y molían. Al cantón correspondiente a La Caldera lo llamaban "Aceró", que quiere decir "lugar fuerte e invulnerable", y su mencey se llamaba Tanausú.

En 1447 Guillén de Peraza parte de La Gomera con tres naves y 500 hombres, dirigiéndose a conquistar La Palma. Tras desembarcar en el cantón de Tihuya, donde reinaba el príncipe Echedey, se produjo una terrible batalla donde los indígenas derrotaron a los castellanos a pesar de sus primitivas armas (lanzas de madera y piedras). El mismo Guillén de Peraza falleció durante los combates tras ser alcanzado por una piedra.

El 29 de septiembre de 1492 desembarcan en Tazacorte, en la desembocadura de La Caldera, unos 900 hombres al mando de Alonso Fernández de Lugo, quienes por medio de pactos, fueron poco a poco sometiendo a nueve de los doce cantones. Luego tuvieron que librar la gran batalla de Timibúcar para vencer la resistencia de los cantones aliados de Tedote y Tigalate, venciendo a Bentacayse, jefe de Tedote, y a los hermanos Jariguo y Garehagua, que compartían el poder en Tigalate.

Una vez concluida la conquista, con la incorporación de la isla de La Palma a la corona de Castilla, comienzan a llegar a ella, castellanos, mallorquies, catalanes, portugueses, italianos, flamencos, entre otros, atraídos por las riquezas de esta tierra. Todas estas gentes y los pocos indígenas que seguramente quedaron, forman el tronco de la población palmera actual.

Precisamente, como agradecimiento por los servicios prestados en la conquista de La Palma, en 1496 los Reyes Católicos le dieron a Don Alonso Fernández un derecho para repartir las tierras y las aguas. Aunque él prefirió vivir en Tenerife, se reservó para sí uno de los mejores lugares de La Palma: Los Sauces, al norte de la capital. La Caldera se la dio a su sobrino y lugarteniente en 1502. A partir de entonces, por ventas y transmisiones hereditarias, pasó a diversas manos, y en la actualidad la propiedad de estas tierras recae en el Heredamiento de las Haciendas de Argual y Tazacorte. Actualmente el Heredamiento está compuesto por cerca de 1800 hacendados que aprovechan el agua de más de 70 manantiales y galerías de La Caldera, así como las aguas que por escorrentía llegan a Dos Aguas, una vez fuera de los límites del Parque.

Los estatutos del Heredamiento tienen a La Caldera como finca proindivisa y los socios hacendados se reparten sus aguas cada 10 días. Cada uno es propietario del caudal que sale de La Caldera durante horas, minutos y segundos, en función de las tierras agrícolas que posea o de los derechos que haya adquirido.

La Caldera siempre fue utilizada como dehesa comunal, y este uso unido a su riqueza en aguas, motivó que las autoridades locales comenzaran a pleitear por su posesión desde el siglo XVI hasta fechas recientes, sin conseguir su propósito. En 1954, el ayuntamiento de El Paso inscribió las tierras de La Caldera como municipales. En 1967, el ayuntamiento volvió a demandar la propiedad, pero fue desestimada por el Tribunal Supremo en 1970. Nuevas demandas jurídicas en 1981, 1984 y 1986 no han obtenido en los tribunales ningún resultado favorable.

Siendo la principal riqueza de la Caldera de Taburiente el agua, el Heredamiento de las Haciendas de Argual y Tazacorte en sus ordenanzas dicta una estricta protección de los bosques del interior de la Caldera, prohibiendo la tala de árboles y la introducción de ganado, conscientes de que la presencia y conservación de la cubierta arbolada garantizaba la permanencia de fuentes y manantiales, así como su caudal. Gracias a esta temprana conciencia ecológica, nacida hace más de 400 años, la Caldera de Taburiente ha llegado hasta la actualidad con sus recursos naturales casi intactos, lo que ha propiciado su declaración como Parque Nacional.

En 1954 se declaró por Decreto el área de La Caldera de Taburiente como Parque Nacional, a instancias de un grupo de artistas y hombres de estudio. Pocos son los datos que se disponen sobre la existencia de presiones sociales para que tan emblemático espacio fuera declarado Parque Nacional. La primera referencia data de 1934, cuando un concejal de La Palma formula una petición de declaración de este espacio como Parque Nacional, pero esta propuesta fue rechazada, ya que La Caldera era una finca de particulares.

La ley 4/1981 de reclasificación supuso una ampliación del Parque hasta las 4690 ha y la incorporación de una Zona Periférica de Protección que comprende 5956 ha. El territorio protegido pudo ser mayor pero los ayuntamientos y particulares que tenían que aportar los terrenos no tomaron a tiempo los acuerdos correspondientes. Por ello la ley en uno de sus artículos permite la incorporación de nuevas fincas colindantes con el Parque en cualquier momento.

En 1986 se aprobó el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque, en el cual se establece una zonificación en relación al posible uso por los visitantes así como los accesos y principios generales que van a definir la gestión. Estos aspectos pueden ir modificándose a lo largo del tiempo, por lo cual se prevé una revisión periódica del Plan Rector.

Fue declarado por el Decreto 2615/1954, de 9 de agosto, y reclasificado otra vez como parque nacional por la Ley 4/81, de 25 de marzo, sobre Régimen Jurídico de La Caldera de Taburiente. Con la aparición de la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, se vuelve a reclasificar como parque nacional y se integra en la red estatal de parques nacionales.

Características

Este parque alberga una estructura singular de excepcional interés geomorfológico y gran valor paisajístico, con un papel fundamental en la captación de aguas y recarga freática del subsuelo. Desde una óptica ecológica, la muestra de pinar climácico de su interior además de contribuir al mantenimiento de la biodiversidad representa uno de los sistemas canarios más genuinos, con poblaciones vegetales amenazadas y hábitat único de varios endemismos. Entre los elementos naturales del interior de la cuenca, destacan roques como el de Idafe o el del Huso, grandes cascadas como la Desfondada (100 m de altura) y riachuelos de aguas ferruginosas como el del Almendro Amargo.

Se caracteriza por ser un enorme circo de 8 km de diámetro con aspecto de caldera, donde múltiples erupciones volcánicas, grandes deslizamientos, la fuerza erosiva del agua y el tiempo han ido modelando su geomorfología, convirtiéndola en un escarpado paisaje con casi 2000 m de desnivel. El paisaje posee una red de arroyos y torrentes espectacular y de gran fuerza erosiva. En este medio se han desarrollado una gran variedad de especies vegetales y animales, que incluyen un gran número de endemismos canarios.

El parque es por definición área de sensibilidad ecológica en toda su extensión, a efectos de lo indicado en la Ley 11/1990, de 13 de julio, de Prevención de Impacto Ecológico. Además, ha sido declarado zona de especial protección para las aves de acuerdo con la Directiva 79/409/CEE relativa a la Conservación de las Aves Silvestres. Asimismo, dentro del parque se encuentra un sector del monte de utilidad pública nº 27 «Ferrer, Ladera y Monclás».

Limita al este con el Parque Natural de las Nieves y al suroeste con el Paisaje Protegido del Barranco de Las Angustias. Dentro de este espacio se encuentra el Monumento Natural de Idafe.

La flora de la caldera aloja helechos, cedros, pinos y otras especies que dan hogar a variedad de aves entre los que se encuentran cernícalos, cuervos y mirlos.

En el lugar conocido como "Dos Aguas" confluyen las aguas que bajan de las alturas, en multitud de ríos y saltos, y se canalizan para riego y consumo humano.

Geología

Fue originado por una serie de explosiones de volcanes submarinos, este colosal cráter de forma de herradura tiene unas proporciones que lo convierten en uno de los mayores del mundo: 28 kilómetros de perímetro y más de 700 metros de profundidad, con salida al mar por el Barranco de Las Angustias.

Flora

Cuenta con 380 especies catalogadas de plantas vasculares. De ellas, Helianthemum cirae y Bencomia exstipulata están incluídas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

La formación más característica son los pinares de pino canario, acompañado por especies tan interesantes como el amagante (Cistus symphytifolius). Además la Caldera alberga una rica flora rupícola que crece en las escarpadas paredes y roques. Es aquí donde viven los numerosos bejeques (géneros Aeonium y Greenovia), etc.

La vegetación de las cumbres quizá sea la más interesante, ya que en estos lugares viven numerosos endemismos y plantas en peligro de extinción como el retamón (Genista benehoavensis), la violeta (Viola palmensis), la Bencomia exstipulata y el Echium gentianoides, estos tres últimos considerados prioritarios en la directiva Hábitat.

Uno de los principales objetivos de gestión establecidos en el PRUG de la Caldra es la puesta en marcha de programas de rescate genético de las especies en peligro de extinción, como la violeta y el retamón, que viven en las cumbres de La Palma. Con estas dos especies pero especialmente con el retamón, se han realizado y se siguen realizando labores de protección, investigación, experimentación y seguimiento individualizado de todas sus poblaciones desde 1988. Además desde 1993 existe una base de datos informatizada con la que se pueden observar el crecimiento, daños, inicio de la madurez y preferencias ecológicas que han servido para determinar áreas idóneas en las sucesivas repoblaciones.

Se han realizado labores de control sobre la especie Ageratina adenophora durante tres años seguidos, arrancando plantas y repoblando con especies autóctonas a principio de los noventa. Después de dos años estas zonas volvieron a colonizarse de nuevo con Ageratina. En un inventario botánico se descubrió que vivía en el 80% del Parque, incluídas las paredes, y no aparecía por encima de los 1800 m. Por dichos motivos se desistió de su control. También Pennisetum setaceum es otra especie que está tratando de colonizar el Parque desde las partes más bajas, aunque en este caso, se está realizando la limpieza en toda la isla.

Fauna

En la fauna vertebrada caben destacar especies de aves endémicas de la Macaronesia: la paloma rabiche (Columba junionae), el canario (Serinus canarius), el bisbita caminero (Anthus berthelotii), el vencejo unicolor (Apus unicolor) También existen tres especies de murcielagos de las cuales el murciélago de Madeira (Pipistrellus maderensis) es un endemismo de Macaronesia, o el endémico de las Islac Canarias, el murciélago orejudo (Plecotus teneriffae) También hay que destacar dos reptiles el lagarto Tizón (Gallotia galloti palmae) y la salamanquesa o perenquén (Tarentola delalandii).

Quietud y silencio es lo que abunda en el parque. La fauna vertebrada es escasa y la mayoría de los mamíferos son especies introducidas a excepción de los murciélagos. Las cabras o los conejos son plagas para las plantas de la zona. Hay perros asilvestrados y gatos cimarrones. También podrás observar reptiles como el perenquén y el lagarto tizón, anfibios como la ranita de San Antonio, y sobrevolando la zona cuervos, chorvas piquirrojas y palomas bravías. En la cueva, bajo las peculiares condiciones de oscuridad, humedad y frío, se esconde el escarabajo cavernícola, que ha perdido los ojos y la pigmentación para adaptarse a tales condiciones. Existe una especie llamada araña lobo, a pesar de su gran tamaño, es inofensiva.

Actividad turística

A partir de los años 50 el uso que los turistas hacen de este espacio ha ido en aumento. Esta afluencia de público ha dado lugar al establecimiento de nuevas profesiones como las de taxista todo terreno, guías acompañantes, conductores de guaguas, etc., además de repercutir en los alquileres de vehículos y las estancias hoteleras.

Para visitar el parque lo mejor es pasar antes por el Centro de Visitantes del Parque Nacional, que abre todo el año entre las 9 y las 18:30 horas. Allí puede solicitar información, acceder al material divulgativo y comprar planos del lugar o planificar una excursión. Hay que tener en cuenta que en el Parque no hay carreteras y que el acceso es caminando, por lo que es aconsejable hacerlo en dos días, para ello se debe solicitar permiso de acampada para la zona habilitada.

Se puede visitar "El Paso", que es el municipio más grande de la isla. En su extenso llano se alza la Iglesia de Nuestra Señora del Pino, que toma el nombre del impresionante ejemplar de pino canario que a su lado se puede contemplar.

Según el tiempo del que disponga el visitante en el Parque tiene diversas posibilidades de recorrido. Puede elegir simplemente un recorrido con vehículo que lo llevará hasta miradores desde los cuales admirar las magníficas vistas, hacer excursiones caminando durante un día o varios días de estancia durmiendo en un refugio o acampando. Para pernoctar en el interior del Parque Nacional se debe solicitar un permiso en las dependencias del mismo, en el punto de información del Paso.

Para evitar cualquier problema inesperado, se deben llevar una serie de condiciones:

  • Utilizar ropa y calzado adecuado de montaña o deportiva.
  • Protegerse del sol con cremas y llevar mucha agua en verano.
  • Viajar siempre acompañado y tener cuidado al andar: algunas veces los senderos son estrechos o se interrumpen por desprendimiento en época de lluvias.
  • Cuidado con no resbalar sobre las hojas de pino secas en verano.
  • No salirse nunca de los senderos.

Otros usos del parque

Uno de los objetivos del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente es promover el desarrollo socioeconómico de las comunidades asentadas en la periferia del Parque de acuerdo con la conservación del medio. Por ello, existen diferentes tipos de actividades sostenibles que se mantienen en el interior del Parque Nacional.

  • La agricultura: ha tenido poca importancia en el Parque, y los escasos cultivos de secano, han ido desapareciendo por falta de rentabilidad económica y por las restricciones del Parque Nacional. Actualmente los cultivos se limitan a pequeños huertos y frutales en Tenerra y Taburiente.
  • El aprovechamiento del agua: el aprovechamiento tradicional de las abundantes aguas de la Caldera, procedentes de las fuentes, manantiales y lluvias, se hace desde tiempos de la conquista de una manera inocua para la naturaleza, dejando correr las aguas por sus cursos naturales y recogiéndolas fuera de la Caldera, en el barranco de Las Angustias. Se construyó un canal para la captación de las aguas que recorre el citado barranco hasta Dos Aguas, pero estas obras están situadas fuera de lo que hoy es Parque Nacional. Posteriormente, se han excavado galerías, tanto dentro del Parque Nacional como en su zona periférica de protección, que han incidido de forma negativa. Por ello, es necesario adoptar diversas medidas que minimicen el impacto ecológico y paisajístico de estas estructuras.
  • El interés científico: desde el siglo XIX, los naturalistas, en especial geólogos y botánicos, han mostrado un profundo interés por este espacio natural. Este interés ha quedado reflejado en numerosos estudios sobre la geología, la flora y la fauna del Parque Nacional. Por otro lado, en los límites del Parque Nacional se sitúa observatorio de Roque de los Muchachos, el conjunto de telescopios más importante de esta parte del mundo.

Diferentes vistas del parque

Fuentes