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Sebastián Aguilera de Heredia
Información sobre la plantilla
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Nacimientoagosto de 1561
Zaragoza, España
Fallecimiento16 de diciembre de 1627
Zaragoza, España
OcupaciónOrganista y Compositor

Sebastián Aguilera de Heredia fue un organista y compositor español, máximo exponente de la Escuela Aragonesa, y puente entre las figuras de Antonio de Cabezón y Francisco Correa de Arauxo

Enciclopédico

(Zaragoza, 1561 - id., 16-XII-1627). Organista y compositor. Proveniente de familia de tradición artesanal, su padre era zapatero. En marzo de 1582 era estudiante y es probable que ejerciera simultáneamente en algún órgano de la ciudad. El 19-I-1584 es ordenado clérigo. Las listas de ordenaciones nos declaran que estaba adscrito entonces a la iglesia de San Pablo, «a la cual sirve». Las grandes lagunas documentales referentes a esta importante parroquia nos impiden conocer si Aguilera la servía entonces como organista titular, aunque es de suponer que así fuese y que en ello estaría ocupado cuando, un año más tarde, recibió su nombramiento como organista primero de la catedral de Huesca. Acababa de cumplir entonces los veinticuatro de edad: la etapa más pujante de su vida creadora iba a transcurrir fuera de su ciudad natal.

Muy poco se conoce, sin embargo, sobre su estancia en Huesca. Nombrado organista mayor de la catedral el 27-IX-1585, sabemos que desempeñó su cargo durante largos años mostrando una rectitud poco común, a la par que un interés muy particular por la reforma y renovación de los órganos. Por todo ello gozó de alta estima entre los capitulares oscenses, quienes, en virtud de sus buenos servicios, le aumentarían el salario en 1594. Hasta fines del verano de 1603 permaneció Aguilera como organista de Huesca.

Tomó posesión como organista mayor de La Seo de Zaragoza el 29-IX-1603. De su talento como organista nos habla un acuerdo capitular de La Seo fechado en 22-IV-1605, en el cual se le dispensa de residir en el coro durante las horas canónicas, atendiendo a que era «persona eminente en el ministerio de organista». Se le otorga también un salario para un sustituto y se le dispensa de las misas que tenía que decir por su ración. Todo ello nos hace pensar que sólo comparecía en La Seo para las grandes solemnidades, ignorándose los pormenores de sus supuestas ausencias. Lo cierto es que Aguilera no instaló su residencia definitiva en Zaragoza hasta 1610, en que compra sus casas en la calle de los Arcedianos, donde fallecería años después.

En 1620, por recomendación suya, es nombrado sustituto suyo en el órgano de La Seo su discípulo Jusepe Ximénez, quien llegó a reemplazar automáticamente a su maestro como organista principal a la muerte de éste. A través de este discípulo suyo, el arte organístico de nuestro músico se proyectaría en La Seo hasta las postrimerías del siglo XVII, siendo herederos directos de la tradición, en las dos generaciones siguientes, organistas de tanto rango como Andrés de Sola, y su genial discípulo Sebastián Durón. Estos músicos componen el meollo de la escuela de órgano de La Seo de Zaragoza en dicho siglo cuyo fundador es Aguilera.

En 1618 publicó en Zaragoza su célebre libro de Magnificat a cuatro, cinco, seis y ocho voces, bajo el título de Canticum Beatissimae Virginis Deiparae Mariae, obra que, tanto por su depuradísima calidad contrapuntística como por contener la novedad de unos juegos del Magnificat a dos coros, propio para las fiestas solemnes, alcanzó gran difusión y vigencia histórica, en muchas catedrales españolas, hasta nuestros días. Es curioso resaltar que el propio Aguilera, según declara en el prólogo, se ocupó personalmente de diseñar y fundir en bronce los tipos musicales para que esta impresión pudiera realizarse en Zaragoza bajo sus directrices personales.

Según opina Pedro Calahorra, el florecimiento simultáneo de dos maestros zaragozanos tan eminentes como Sebastián Aguilera y Pedro Ruimonte en el último tercio del siglo XVI sólo puede explicarse por la presencia en Zaragoza, durante largos años de aprendizaje de ambos, de uno de los más insignes polifonistas españoles de aquella centuria: Melchor Robledo Aguilera bien pudo ser discípulo de Robledo, y también, por lo que respecta a su oficio de tañedor de tecla, del organista Juan Oriz, oriundo de Daroca y su antecesor en La Seo zaragozana.

Su obra organística que hasta hoy nos ha llegado se reduce a dieciocho grandes piezas (Pange lingua, Salves y numerosos títulos de las más diferentes facturas). Aguilera representa, sin duda alguna, al pensamiento organístico español vigente entre 1580 y 1600. Sus obras son producto intelectual anterior en quince o veinte años a la producción musical de un Correa de Arauxo, y su importancia estriba no sólo en la perfección y belleza de las mismas, sino también en su misma vigencia en el repertorio organístico hispano durante más de cien años ininterrumpidos, siendo así que las innovaciones estilísticas introducidas por Aguilera con sus obras constituyeron de facto el modelo a seguir por los grandes organistas españoles del siglo XVII. Así, la producción de Aguilera puede considerarse como el legado organístico más importante de la España inmmediatamente posterior a Antonio de Cabezón.

Grabaciones

Entre las grabaciones realizadas destacaremos la de José Luis González Uriol en el órgano de La Seo, en Antología de la Música Antigua Aragonesa, vol. I, Chinchecle - Serie Gong, 23.0070/OF-G, Movieplay, 1977. Incluye Ensalada y Pange lingua.

Bibliografía

Calahorra Martínez, P.: La música en Zaragoza en los siglos XVI y XVII; vol. I, Zaragoza, 1977. Durán Gudiol, A.: «Órganos, organeros y organistas de la catedral de Huesca»; Argensola, Huesca, X-40, 1959, pp. 297-310. Kastner, S. M.: Contribución al estudio de la música española y portuguesa; Lisboa, 1941. Siemens Hernández, L.: «La Seo de Zaragoza, destacada escuela de órgano en el siglo XVII, I: Sebastián Aguilera y José Ximénez»; Anuario Musical, XXI, Barcelona 1966 (1968), pp. 147-167. Id.: Sebastián Aguilera de Heredia (1561-1627): obras para órgano. Estudio y transcripción por —; ed. Alpuerto, Madrid, 1978.

Fuentes