Urogallo cantábrico

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Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Aves
Orden:Galliformes
Familia:Phasianidae

Urogallo cantábrico. (Tetrao urogallus cantabricus) es una subespecie del urogallo occidental (Tetrao urogallus), un ave galliforme de la familia Phasianidae endémica de los montes Cantábricos.

Hábitat

Los urogallos cantábricos constituyen una población aislada de Tetrao urogallus. Habitan en los bosques montanos de la Cordillera Cantábrica, por encima de 800 m s.n.m. La población de urogallos más cercana está en los Pirineos, a más de 300 km, lo que hace inviable el intercambio de individuos entre ambas.

La Cordillera Cantábrica, situada en el borde sur de la zona climática eurosiberiana]y ocupada por bosques de hayas, robles y abedules (Fagus sylvatica, Quercus petraea, Q. pyrenaica y Betula pubescens), es el único sítio del mundo en el que los urogallos viven durante todo el año en bosques de hoja caduca. El hábitat del urogallo cantábrico es un paisaje amenazado en si mismo, muy fragmentado, que ocupa en la actualidad sólo un 22% del paisaje montano.

Los pocos urogallos que quedan están limitados a los fragmentos de bosque más grandes, a mayor altitud que hace 20 años. Las zonas mejor conservadas para los gallos están en la actualidad en ambos extremos de la Cordillera Cantábrica (Muniellos y Alto Sil - Sajambre y Ponga), dando lugar a una situación poco alentadora de baja conectividad entre ellas. Así mismo, el área de distribución de la población se ha reducido notablemente en las dos últimas décadas, contrayendose desde los bordes hacia el centro.

La inmensa mayoria de la información disponible acerca de la población de urogallo de la Cordillera Cantábrica parte de los censos de machos que acuden a los cantaderos y zonas colindantes en época de celo (Obeso y Bañuelos 2003, Quevedo et al. 2006).

La asociación urogallo-cantadero está tan arraigada en todos los sectores relacionados de una u otra manera con la especie, que ha llegado a afectar a la investigación y gestión. Repetidamente los esfuerzos de censo y evaluación de uso del hábitat se realizan en los cantaderos. Por tanto, lo poco que sabemos de la ecología de la población cantábrica se refiere fundamentalmente a la época de celo.

Sin embargo, el ciclo anual de los urogallos tiene otros momentos importantes. La supervivencia de los individuos, unidad última de conservación, depende del éxito en la obtención de alimento, evitando predadores o eligiendo hábitats más favorables cuando la climatología es adversa. El éxito reproductor implica superar diversas etapas como la elección del hábitat adecuado de nidificación a salvo de predadores de nidos, la conducción de los pollos a zonas de alimentación adecuadas para cada fase del crecimiento, o la elección por parte de los juveniles de zonas transitorias de dispersión.

No es de extrañar por tanto que los urogallos cantábricos utilizen en determinados momentos del año hábitats distintos de los exclusivamente forestales (Quevedo et al 2006). La información reciente procedente de censos de hembras con pollos sugiere que el bajo reclutamiento puede ser uno de los problemas de la poblacion (Obeso y Bañuelos 2003) y, sin embargo, desconocemos en gran medida los patrones de distribución y uso de hábitat de las hembras.

Alimentación

Los urogallos son aves básicamente folívoras, a excepción de las primeras semanas de vida en las que los pollos consumen abundantes artrópodos. La dieta de los urogallos cantábricos, inferida a partir de los fragmentos no digeridos presentes en los excrementos, incluye una importante variedad de plantas. Hayas, abedules, arándanos, brezos y brecinas, así como diversas especies herbáceas son algunas de las plantas identificadas habitualmente en los excrementos de urogallo.

Sin embargo, quizás más interesante que la dieta per se es conocer la selección de la misma. Es decir, qué componentes de la dieta aparecen en proporción significativamente más alta (selección positiva) o más baja (selección negativa) en la dieta que en el medio. En el caso de los urogallos su dieta se puede estudiar a partir de los excrementos encontrados en el campo.

En general las aves tienen un metabolismos altos y dietas con alto contenido energético. La dieta folívora de las tetraónidas (urogallos, lagópodos y demás) es excepcional; sus aparatos digestivos presentan adaptaciones para obtener todo lo posible de dietas fibrosas, con bajo contenido proteico y energético: ciegos intestinales excepcionalmente largos.

En los ciegos tiene lugar una digestión particularmente larga, ayudada por bacterias endosimbiontes que digieren la celulosa de las paredes vegetales. Las particulas excesivamente fibrosas no pasan a estos ciegos, y formarán los habituales excrementos "intestinales", producidos con frecuencia y relativamente fáciles de encontrar en el campo.

Con menos frecuencia, 24 ó 48 horas, los urogallos producen excrementos "cecales", resultado de la larga digestión que tiene lugar en los ciegos intestinales. Estos excrementos son muy diferentes, más grandes y normalmente fluidos.

En los robledales de la umbría de Degaña, la selección de dieta varía con las estaciones. En invierno la disponibilidad de recursos vegetales en los bosques caducifolios montanos es limitada. En esta estación los urogallos diversifican su dieta respecto al resto del año, incluyendo más especies, y seleccionan positivamente acebos, tallos de arándano y helechos.

El acebo (Ilex aquifolium) es el único árbol autóctono que conserva las hojas durante el inverno, con la excepción de los pinos albares (Pinus sylvestris) del Pinar de Lillo. El acebo parece desempeñar un papel importante en la dieta invernal del urogallo, ya que presenta alta selección positiva a pesar de su relativa escasez en las masas forestales. Arándano (Vaccinium myrtillus)y helechos forman parte del sotobosque y su accesibilidad como recurso alimenticio se debe a que suelen sobresalir por encima de la nieve, o encontrarse en riegas y taludes dónde ésta no se acumula.

A diferencia del resto de poblaciones europeas, los urogallos cantábricos se alimentan mayoritariamente de plantas del sotobosque, incluso en invierno, mientras que en otras poblaciones en las que disponen de coníferas apenas bajan de los árboles. En este sentido, las preferencias alimenticias de los urogallos cantábricos constituyen una evidencia más de la diferenciación ecológica de esta población respecto a otras más norteñas.

Reproducción

Los aspectos más puramente demográficos de la biología del urogallo cantábrico permanecen esencialmente desconocidos.

A pesar de ser datos esenciales para poder planear medidas de gestión, no parece que este déficit tenga arreglo a corto plazo, dadas las dificultades logísticas, burocráticas y políticas que habría que superar para aportar algo significativo. Por ello, la información sobre la biología reproductora recogida (y resumida) en esta página corresponde esencialmente a la publicada sobre otras poblaciones, centroeuropeas y escandinavas.

Debe por tanto ser interpretada con cautela:

Las puestas de urogallo cantábrico eclosionan entre primeros de junio y primeros de julio - 3 a 4 semanas más tarde que en poblaciones boreales1,2 - tras unos 28 días de incubación. A principios de mayo algunas hembras pueden estar ya incubando las puestas. Algunas observaciones tardías de hembras acompañadas de juveniles sugieren puestas de reposición.

El tamaño de puesta varía mucho, entre 5 y 12 huevos. Valores medios de 7 huevos por puesta son frecuentes en la literatura, si bien el tamaño de puesta es susceptible de variar con la edad de las hembras.3,4.

Un valor bastante manejado en demografía y análisis de viabilidad de las poblaciones de urogallos es el número medio de juveniles supervivientes de cada puesta al final del verano; es decir, aquellos individuos en disposición de afrontar su primer invierno. Este valor llega a 3.5 en Finlandia5. En Asturias se han registrado valores en torno a 1.8 individuos por nidada6.

En algunas poblaciones la mayoría de gallinas no se reproducen el primer año7,8; sin embargo, algunos estudios apuntan que en poblaciones con densidades bajas todas las hembras tienen la oportunidad de criar, incluso en el primer año.

En el caso de los machos, la edad de primera reproducción puede ser de 2 años en poblaciones con baja densidad9 (menor competencia), aunque en poblaciones "normales" los machos con menos de 3 años rara vez tienen acceso a las hembras La edad máxima de reproducción de los urogallos en la literatura oscila entre 7 y 13 años, con un valor medio aproximado de 10 años.

Enfermedades y depredación

Enfermedades y parásitos han sido propuestos como factores asociados al declive de poblaciones de otras especies de aves de la misma familia a la que pertenece el urogallo (Tetraonidae) (Obeso et al. 2000, p. 191). En un intento por determinar si los parásitos están contribuyendo a la disminución del urogallo cantábrico, estos investigadores recolectaron y analizaron muestras de heces en 1998 en varias localidades en toda el área de distribución de esta subespecie.

La prevalencia de parásitos comunes (Eimeria sp. y Capillaria sp.) estuvo presente en el 58 y 25 % de las muestras recogidas, respectivamente. Sin embargo, la intensidad media de estos parásitos es muy baja en comparación con otras poblaciones de especies de aves de la familia Tetraonidae. Otros parásitos se encontraron en muy baja frecuencia.

Los investigadores concluyeron que era poco probable que los parásitos intestinales estén causando el declive del urogallo cantábrico. Basándose en la información anterior, parece que las infestaciones de parásitos no son un factor significativo en la disminución de esta subespecie. No existe información específica que indique que la depredación constituya una amenaza para la especie. En resumen las enfermedades y la depredación no parecen ser serias amenazas a la supervivencia del urogallo cantábrico en toda su área de distribución.

Fuente

http://www.abc.es/Media/201008/02/urogallo-cantabrico--478x270.jpg&imgrefurl