Capillaria

Capillaria
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Sintomas capillaria.png
Clasificación:Parásito
Agente transmisor:Roedores y Mamíferos
Región más común:Mundial


Capillaria es un parásito común de roedores y otros mamíferos, que en forma accidental puede afectar al hombre.


Introducción

La infección es producida por Capillaria hepatica, un nemátodo de 2 a 10 cm de longitud, que vive en el parénquima hepático de su hospedero, ocasiona un cuadro compatible con una hepatitis aguda o subaguda, que algunas veces es causa de muerte. Existen también infecciones humanas subclínicas, como lo demuestran los granulomas hepáticos solitarios.

Clasificación taxonómica

Se conoce también como Hepaticola hepatica (Bancroft, 1893, Hall, 1916) o gusano capilar del hígado.

Morfología

El parásito adulto vive en el hígado, donde deposita sus huevos que forman aglomerados. Tienen la porción anterior del cuerpo filiforme. El tamaño de la hembra oscila entre 20 y 50 mm de largo por 0,1 mm de ancho y el macho mide cerca de la mitad de la longitud de la hembra. Los huevos, con dos tapones mucosos y la cubierta con puntos bien marcados, son semejantes a los de Trichuris trichiura, pero sus mamelones polares son más aplanados. Sus dimensiones oscilan entre 50 a 80 mm de largo por 30 a 35 mm de ancho.

Ciclo de vida

El ciclo natural involucra a roedores y carnívoros. Los huevos los retiene el hígado del roedor hasta que embrionan en presencia de oxígeno. En consecuencia salen al aire solo si el hospedero muere y expone el órgano, que contiene los huevos, o si es ingerido por un carnívoro (perros, gatos); entonces estos salen con las heces hacia el suelo. Por cualquiera de los dos mecanismos, los huevos deben caer a la tierra húmeda para embrionar (son resistentes a altas temperaturas y viables durante meses). En forma subsecuente otro roedor se infecta al alimentarse del cadáver del roedor anterior o de las heces del carnívoro. El humano se enferma por la ingestión accidental de los huevecillos embrionados de diferentes fuentes contaminadas (geohelmintiasis). Se libera el embrión, y las larvas infectantes quedan libres en el intestino, se adhieren a su pared y por vía sanguínea llegan al hígado. Luego estas larvas migran al sistema portador, donde maduran hasta la forma adulta al cabo de 1 mes. Si el hombre ingiere huevos no embrionados, estos pasan por el aparato digestivo y se eliminan por las heces (infecciones humanas espurias).

Patogenia y manifestaciones clínicas

Se considera que la capilariosis hepática se manifiesta clínicamente cuando el ingreso de huevos larvados es importante. Es probable que la ingestión de pocos huevos embrionados no altere funcionalmente al hígado, y por lo tanto, transcurrirá en forma subclínica o como un síndrome inespecífico (dispepsia biliar). La fisiopatología se deriva de la invasión al hígado por los parásitos adultos y los huevos; estos últimos dan origen a granulomas. En las invasiones masivas hepáticas, la enfermedad es grave y puede llevar a la muerte. Los síntomas consisten en hepatomegalia, náuseas, vómitos e hipertermia junto con alteraciones de la función hepática. En sangre periférica se destaca la eosinofilia. Puede semejar hepatitis, migración larvaria visceral, fasciolosis y absceso hepático. El examen histológico del hígado muestra focos necróticos y granulomas alrededor de los parásitos adultos y sus huevos. El cuadro anatomopatológico en la infección genuina por este parásito es el de una hepatitis aguda o subaguda con hipereosinofilia. En casos graves se produce gran destrucción del tejido hepático, con cirrosis y aparición de abscesos. La mayoría de los casos humanos reportados son por biopsia hepática y autopsias. En los casos genuinos no hay eliminación fecal de huevos. Los síntomas y signos pueden hacer pensar en amebiasis hepática, síndrome de Loeffler, triquinosis, enfermedad de Hodking e histoplasmosis.

Diagnóstico

Solo puede realizarse mediante la observación de los parásitos o huevos en biopsia hepática o autopsia del paciente. Los huevos tienen morfología similar a los de tricocéfalo. El hallazgo de huevos de Capillaria hepatica en un examen coproparasitológico humano indica una infección espuria; pues en los casos genuinos no es posible la eliminación fecal de huevos.

Epidemiología y prevención

Este nematodo es cosmopolita. Su prevalencia en roedores ha sido notificada en todos los continentes, con variaciones entre 0,7 a 85 %. En el hombre afecta principalmente a los niños, que contraen la infección al ingerir alimentos o agua contaminada con huevos embrionados, o por su hábito de geofagia. Se han publicado casos de Capillaria hepatica humana hallados de manera ocasional. El reservorio más importante lo constituyen los roedores, y es relativamente común su hallazgo en la rata urbana (Rattus novergicus). La infección se transmite entre animales, por la ingestión de huevos embrionados presentes en el suelo, que son eliminados junto con las heces de carnívoros. En el ambiente domiciliario o peridomiciliario, los perros y gatos que capturan roedores actúan como diseminadores de esta parasitosis. Otra potencial fuente de infección son los cadáveres de animales infectados que quedan al aire libre, y pueden ser ingeridos por diferentes carnívoros. Los seres humanos contraen la infección al ingerir verduras o aguas contaminadas con los huevos embrionados. Si se ingieren huevos no embrionados (hígado crudo parasitado), estos aparecerán en las heces sin infectar al hombre. Se ha informado en algunas ocasiones, infecciones falsas, sobre todo, cuando se consumen los hígados de animales que contienen huevos embrionados y se eliminan estos por las heces. Las medidas preventivas son las mismas aplicables a las demás geohelmintiasis e incluyen:

1. Educación para la salud.

2. Saneamiento del suelo.

3. Instalación de servicios sanitarios.

4. Adecuadas condiciones del agua de consumo.

5. Facilidades de diagnóstico de laboratorio en centros de salud.

6. Programas de Control de Parasitismo Intestinal (PCPI) por la administración de tratamientos masivos.

Tratamiento

Se reporta como fármaco de elección el mebendazol, a la dosis de 100 a 400 mg/día durante 20 días. El tratamiento con gluconato de antimonio se informa también como efectivo.


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Fuentes

  • Libro: Microbiología y Parasitología Médicas Tomo III por Dra. Alina Llop Hernández