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Valiéndose, como es su costumbre, de procedimientos arteros, disfrazan los aviones con insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria de [[Cuba]], para dar la impresión de que se producía una rebelión interna en la isla. El objetivo principal del ataque a los aeropuertos, era el de destruir en tierra la modesta fuerza aérea cubana, para impedir que fuera utilizada cuando se produjera la invasión. Pero no lograron su propósito. La artillería cubana, aunque todavía falta de experiencia, repelió el ataque y derribó uno de los aparatos enemigos, resultando muertos sus dos tripulantes. Las bajas de la parte cubana fueron 53 heridos y 7 muertos. Uno de éstos, un joven combatiente, expresó la decisión de lucha del pueblo revolucionario al escribir con su propia sangre, en la pared junto a la que cayó, el nombre de «Fidel»  
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Revisión del 09:47 23 feb 2011

Batalla de Girón
Información sobre la plantilla
260px
Fecha:15 de abril - 19 de abril de 1961
Lugar:Playa Girón
Descripción:
Invasión mercenaria
Resultado:
Victoria del Pueblo Cubano
Consecuencias:
Derrota en menos de 72 horas a la brigada mercenaria de los Estados Unidos.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba y Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos


Batalla de Girón. Invasión de Bahía de Cochinos, también conocida como Invasión de Playa Girón. Operación militar en la que tropas pagadas y financiadas por el Gobierno de los Estados Unidos, entrenadas y dirigidas por la CIA, intentaron invadir Cuba en abril de 1961. La arriesgada acción acabó en fracaso en menos de 69 horas Las fuerzas revolucionarias enfrentaron con heroísmo a la brigada mercenaria, a sus unidades navales, tanques y aviones, empuñando las armas que tan oportunamente acababan de llegar de la Unión Soviética y Checoslovaquia. Y en menos de 72 horas, el enemigo fue derrotado, con un saldo de 89 muertos, 250 heridos y 1 197 prisioneros.

Contexto histórico y geográfico

La dirección de la Revolución habia denunciado desde el mes enero de 1959, la injerencia de los Estados Unidos en los asuntos internos de nuestro país y cada una de sus agresiones. Esas denuncias adquieren un tono más fuerte ante los evidentes preparativos de intervención militar. Se han planteado en la OEA, la ONU y otros foros internacionales, así como en las visitas de Fidel a Venezuela, Argentina, Uruguay, Estados Unidos y otros países. Pero, sobre todo, la Revolución prepara política y militarmente a la nación para hacer frente a cualquier contingencia. Se crean las escuelas militares, que ofrecen cursos de emergencia; se integran los batallones de milicianos, cuya tarea inmediata ha de ser la desarticulación del bandidismo, principalmente en la Sierra del Escambray, y se dan los pasos pertinentes para obtener las armas indispensables en el plazo más breve posible. El 31 de diciembre de 1960, ante la amenaza de una intervención militar directa de los Estados Unidos, se da la orden de movilización general en todo el país. El 4 de enero de 1961 se establece la pena de muerte para los delitos contrarrevolucionarios. Dos días antes, miles de milicianos armados habían desfilado por la Plaza de la Revolución para conmemorar el segundo aniversario de la victoria y reafirmar la decisión de defender a toda costa el poder del pueblo. A principios de abril, el gobierno estadounidense se halla listo para invadir la isla con una fuerza mercenaria.

Archivo:Brigada 2506.jpg
Fuerzas de la Brigada 2506. Manuel Artimes hablándoles.

La operación militar

Día 15 de abril

Alrededor de las seis de la mañana del día 15 de abril, ocho bombarderos norteamericanos B-26, provenientes de su base en Puerto Cabezas, Nicaragua, realizan un ataque sorpresivo contra los aeródromos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba.

Valiéndose, como es su costumbre, de procedimientos arteros, disfrazan los aviones con insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba, para dar la impresión de que se producía una rebelión interna en la isla. El objetivo principal del ataque a los aeropuertos, era el de destruir en tierra la modesta fuerza aérea cubana, para impedir que fuera utilizada cuando se produjera la invasión. Pero no lograron su propósito. La artillería cubana, aunque todavía falta de experiencia, repelió el ataque y derribó uno de los aparatos enemigos, resultando muertos sus dos tripulantes. Las bajas de la parte cubana fueron 53 heridos y 7 muertos. Uno de éstos, un joven combatiente, expresó la decisión de lucha del pueblo revolucionario al escribir con su propia sangre, en la pared junto a la que cayó, el nombre de «Fidel»

Las aeronaves afectadas por el criminal ataque fueron un C-46, de transporte, y un T-33, ambas de la base aérea de San Antonio de los Baños, en Santiago de Cuba un B-26, que no llegaron a destruir, y el avión ejecutivo en que se movía el entonces Comandante y Ministro de las FAR, Raúl Castro Ruz.


Día 16 de abril

Al día siguiente, 16 de abril, al despedir el duelo de las víctimas del bombardeo, y ante una inmensa concentración de milicianos armados, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz proclamó el carácter socialista de la Revolución y declaró el estado de alerta, comprendiendo que la acción del día 15 era el preludio de la invasión. Así, los hombres que enfrentarían al enemigo horas después, combatirían ya conscientemente por el socialismo.

Día 17 de abril

En la madrugada del día 17 de abril se produjo la invasión mercenaria, nominada por sus organizadores «Operación Pluto». Integraban el contingente invasor —Brigada 2506—, un total de 1 500 hombres, que habían salido de Puerto Cabezas a bordo de cinco buques de guerra de Estados Unidos y escoltados por otras unidades navales, también norteamericanas. Desembarcan por dos puntos de Bahía de Cochinos (Playa Girón y Playa Larga), territorio de la costa sur de Las Villas, con el propósito de establecer una cabeza de playa y constituir un gobierno provisional contrarrevolucionario que solicitaría y obtendría de inmediato la intervención de EE.UU. El lugar fue bien escogido. Era una faja de terreno separada de tierra firme por una ciénaga de diez kilómetros de largo, la Ciénaga de Zapata. Sólo tres terraplenes —construidos por la Revolución— comunicaban esa zona con las localidades aledañas, y los invasores consideraron que resultaba fácil impedir la entrada de las fuerzas cubanas por esos tres accesos. Además, la Brigada estaba bien organizada, perfectamente armada y pertrechada y gozaba de todo el apoyo necesario.

Zona por donde ocurre el desembarco.

Pero el gobierno yanqui y los mercenarios no tuvieron en cuenta dos factores: la unidad indisoluble entre el pueblo y su Revolución, y la capacidad estratégica y táctica de Fidel y de la dirección revolucionaria. El pueblo sabía que los invasores representaban un pasado funesto, el imperio de la oligarquía explotadora y de los monopolios imperialistas, que la Revolución había desterrado. Escoltaban a los mercenarios las mismas fuerzas que habían frustrado a finales del siglo XIX la independencia nacional e impuesto a Cuba un régimen de opresión y esquilmación del pueblo.

Una simple ojeada a la composición de la brigada mercenaria mostraba sus objetivos de restauración oligárquica. En ella se encontraban: 194 ex militares y esbirros de la tiranía de Fulgencio Batista Zaldivar, 100 latifundistas, 24 grandes propietarios, 67 casatenientes, 112 grandes comerciantes, 35 magnates industriales, 179 personas de posición acomodada, 112 elementos del lumpen y de otros estratos sociales. Muchos de ellos eran hijos y familiares de elementos acaudalados que habían perdido sus propiedades y privilegios. El pueblo combatiente de Cuba tenía, pues, la fuerza que da la defensa de una causa justa: la emancipación nacional y social recién conquistada.

Por otra parte, la sabiduría y la experiencia del mando revolucionario, demostrada desde los años de la insurrección armada, garantizó la unidad y la preparación del pueblo para ese enfrentamiento. Rápidamente se movilizaron los batallones de milicias de Cienfuegos, Matanzas y La Habana; la Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas, un batallón de la Policía Nacional Revolucionaria y las baterías artilleras del Ejército Rebelde, todos bajo el mando del Comandante en Jefe Fidel Castro. Al mismo tiempo, se pusieron en ejecución los planes para la defensa de todo el territorio nacional, y se efectuó la detención inmediata de unos tres mil elementos desafectos a la Revolución, con los que la CIA contaba para prestar un apoyo decisivo a la invasión mercenaria. Ya un mes antes, los batallones de milicias habían asestado un golpe demoledor a las bandas armadas en el Escambray, desarticulando también en ese punto los planes de la inteligencia norteamericana.

Las fuerzas revolucionarias enfrentaron con heroísmo a la brigada mercenaria, a sus unidades navales, tanques y aviones, empuñando las armas que tan oportunamente acababan de llegar de la Unión Soviética y Checoslovaquia y en menos de 72 horas, el enemigo fue derrotado, con un saldo de 89 muertos, 250 heridos y 1 197 prisioneros.

Día 18 de abril

El 18 de abril se inicia la contraofensiva, con el empleo masivo de artillería adquirida en la Unión Soviética y Checoslovaquia. Las maltrechas tropas de la Brigada que controlan las dos carreteras de acceso a Playa Girón son obligadas a retroceder hasta la zona de San Blas; en Playa Larga las tropas asaltantes, ante su difícil situación por la falta de municiones, deciden abandonar sus posiciones y dirigirse a Playa Girón para unirse a los otros miembros de la brigada. El ejército cubano se hace con el control de Playa Larga.

Día 19 de abril

Era el 19 de abril de 1961. Las bajas cubanas fueron cientos de heridos y 157 muertos, que Cuba recuerda como «Héroes eternos de la Patria». Cinco días después, el presidente norteamericano, John F. Kennedy, admitió públicamente la plena responsabilidad del gobierno de EE.UU por la invasión a Cuba.

Juicio revolucionario

Entre marzo y abril de 1962, se celebró el juicio contra los mercenarios de Girón, los que fueron sentenciados a la pérdida de la ciudadanía cubana e indemnización de 62 millones de pesos por los daños materiales causados a Cuba. De no abonarse esa cantidad, los sancionados tendrían que cumplir 30 años de prisión con trabajo físico obligatorio para todos ellos.

El gobierno cubano hizo saber que estaba dispuesto a renunciar a esa indemnización y entregar los prisioneros a EE.UU., si el gobierno de este país lograba que fueran puestos en libertad un número igual de patriotas norteamericanos, españoles, nicaragüenses, guatemaltecos y puertorriqueños que estaban encarcelados por luchar contra el fascismo, el racismo, el colonialismo, la tiranía y el imperialismo en sus respectivos países. No hubo respuesta a esa alternativa y, finalmente, los gobiernos de Cuba y EE.UU. llegaron al acuerdo de canjear los prisioneros por una cantidad de alimentos y medicinas para niños, cuyo valor equivalía al total de la indemnización reclamada. Por primera vez en su historia, EE.UU. pagaba una indemnización de guerra.

Derrota

La victoria de Playa Girón consolidó la confianza del pueblo cubano en sus propias fuerzas, corroboró e valor de la solidaridad internacionalista y acrecentó el prestigio de la Revolución Cubana ante toda la humanidad progresista. Fue no sólo una victoria de Cuba, sino de todos los pueblos de América Latina en su lucha contra el dominio del imperialismo y las oligarquías. Eso lo comprendieron las fuerzas progresistas del continente, que alzaron su potente voz solidaria con la isla agredida. Particular relevancia tuvo el gesto del general Lázaro Cárdenas, el eminente patriota y revolucionario mexicano, que se ofreció para pelear junto al pueblo cubano contra los invasores. También para él estuvo clara aquella afirmación de Fidel Castro Ruz de que «a partir de Girón, todos los pueblos de América fueron un poco más libres».

Fuentes