Alud

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Aludes o avalanchas
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Concepto:Es el desplazamiento de una capa de nieve ladera abajo, que puede incorporar parte del sustrato y de la cobertura vegetal de la pendiente.

Alud. Los aludes o avalanchas de nieves en algunos lugares han recibidos otros nombre como “dragones blancos” son capaces de tragarse varios alpinista, o incluso, a todo un pueblo en un abrir y cerrar de ojos. Por esa razón fue llamado con el nombre: “la muerte blanca”.

Características

Aludes

Estas enormes masas blancas de estruendosa potencia se componen en su mayor parte de diminutos copos de nieves, de diferentes formas de cristales, bolitas y granos. Los cristales siempre tienen la forma de estrella de seis puntas, pero la variedad de sus diseños es infinita y cada uno constituye una maravilla en si mismo.
Una vez que caen al suelo, pueden cambiar de aspecto. Las diferencias de la temperatura del aire y la presión resultante de la acumulación de nieve hacen que los cristales se vayan asentando y reduciendo de tamaño. En solo veinticuatro horas, la nieve fresca puede comportarse tanto que su espesor pase de 30 a 10 centímetros.

La estabilidad del manto de nieve variará según la forma de los copos. Los cristales de seis puntas se entrelazan, pero los gramos y las bolitas resbalan entre sí creando capas inestables que pueden deslizarse fácilmente sobre alguna capa inferior más sólida y la cantidad de nieve que haya caído, la pendiente del terreno, las diferencias de temperatura y la fuerza de los vientos, cuando este se desprende su recorrido aumente a una velocidad de 300 km.horas y al masa de nieve genera tal presión que puede levantar tejados e inclusos destruir casa en cuestiones de segundos.
El tipo de alud más mortífero es el de placa dura, que se produce por una acumulación dé nieve apelmazada y comprimida durante algún tiempo. Cuando la capa superior del manto de nieve se rompe, grandes bloques helados se deslizan por la ladera a una velocidad entre 50 y 80 kilómetros por horas. También pueden tratarse de bloques que estén suspendidos sobre el borde de un barranco. Esto representa un peligro mortal para los esquiadores, ya que el peso de solo hombre basta para romper la placa y desencadena una avalancha que podría enterrarlo en segundo.

Lugares de origen

Avalancha

Se origina en montañas elevadas donde nieva copiosamente y con frecuencias. Son grandes masas de nieve, hielo, tierra, roca que de forma repentina caen con el ímpetu de una cascada por la ladera de una montaña o por encima de un barranco, a menudo destruyendo todo a su paso. Los enormes daños que causan no solo se deben a su peso y potencia, sino también a la presión del aire que las precede, capaz de tumbar arboledas espesas y destruir puentes, carreteras, vías férreas, etc.

Regiones nevadas

No en todas las regiones nevada de nuestro planeta. Para que así suceda, es preciso que las montañas tenga cierta altura y el clima sea propicio para la formación de nieve y de hielo. Cada año se producen en todo el mundo cerca de un millón de avalanchas. Existen zonas de riegos en los Andes sudamericanos, las montañas Rocosas, también se encuentra ubicada en Norteamérica, en la cordillera asiática del Himalaya y, por supuesto, los Alpes europeos, que se extienden desde Francia en dirección noreste a través de Suiza, Alemania y Austria.
En zonas habitadas de estas regiones, las avalanchas causan un promedio de 200 muertes al año, y decenas en Suiza.


Clasificación

Los aludes se clasifican en: aludes de nieve nueva, aludes de placa y aludes de fusión.

  • Aludes de fusión: son muy lentos y pesados siempre que la temperatura del aire se encuentra por encima de los cero grados.
  • Aludes de nieve nueva: se deben a una gran acumulación de nieve tras una nevada. Normalmente la causa que los origina es un sobrepeso de esta nieve nueva poco después de que haya caído.
  • Aludes de placa: se producen por el deslizamiento entre las placas de nieve que no están lo suficientemente cohesionadas entre ellas. Habitualmente, las provoca el movimiento de un esquiador. O de un animal.

Enlaces

Fuente

  • Revistas depertad, edición 1996