Códice de Madrid

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Códice Tro-Cortesiano
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Concepto:Es un registro de la historia de los pueblos que representó.

El Códice de Madrid, conocido también como Códice Tro-Cortesiano, fue un códice maya del siglo XV, apropiado por los conquistadores españoles en el siglo XVI. Este códice estuvo dividido en dos partes que viajaron por distintos caminos europeos.

Historia

En Mesoamérica se realizaban libros en los que se registraban, por medio de jeroglíficos e ideogramas, la historia de cada pueblo, genealogías, hechos relevantes de los reyes, asuntos religiosos y rituales, conocimientos astronómicos y calendáricos, cuestiones geográficas relacionadas con las fronteras, listas de tributos, etc., y que eran manejados por la clase dirigente y sacerdotal que controlaba los conocimientos y se servían de ellos para afianzar su poder.

El Códice Trocortesiano o Códice de Madrid es uno de los tres únicos libros originales mayas que se conservan en el mundo, junto al Códice de Dresde y el Códice de París.

En la segunda mitad del siglo XIX se localizaron dos fragmentos por separado, uno denominado Códice troano en honor a su descubridor (Juan Tro y Ortolano), y el otro, Códice cortesiano en memoria del conquistador español Hernán Cortés, aunque comienza su lectura por este último. Al ser estudiados ambos fragmentos se comprobó que formaban parte de un mismo libro.

Aunque, por lo general, en los libros prehispánicos se utilizaba el papel amate, el Códice Tro-Cortesiano está realizado en una especie de papel hecho con fibras de un cactus (maguey, agave o pita) y aglutinada con goma natural, estucada con cal y pintada. Está compuesto de una sola tira, doblada a modo de biombo, formando 56 hojas o 112 páginas. El texto se refiere a temas rituales y contiene fórmulas adivinatorias usadas por los sacerdotes para predecir acontecimientos.

En la actualidad se encuentra en poder del Museo de América, en Madrid (Reino de España).

Los códices mayas en origen eran muy numerosos, ya que en ellos apuntaban notas sobre su historia, sus prácticas religiosas, sus conocimientos en medicina, en astronomía e incluso allí dejaron constancia de sus famosas profecías. Sin embargo, a lo largo del siglo XVI se perdieron muchos de esos documentos, endebles por naturaleza y más aún en un tiempo de conquistas. De hecho, actualmente solo hay tres códices que se consideraban con total seguridad mayas: el Códice de Dresden, el Códice de París y este Códice Tro Cortesiano.

Para la realización de estos documentos usaban la corteza de un árbol del género ficus, la cual era triturada hasta llevarla a un punto de pulpa momento en el que le añadían goma natural para crear la pasta. Esa pasta posteriormente era aplastada por un rodillo cilíndrico que le daba la forma final de tira alargada. Y para que después se pudiera ilustrar y escribir sobre ella, preparaban toda esa tira con una imprimatura en ambas caras de cal.

Descripción

Dimensiones: 22,6 cm (altura) × 416,5 cm + 238,5 cm (longitud)

Materia: papel de fibras de maguey y pigmentos naturales

Técnica: pintado

Posiblemente el Códice Tro Cortesiano sea el de mayor calidad de los conservados, dada la calidad de sus ilustraciones, además de que tanto dibujos como textos han proporcionado una enorme información sobre la historia de la cultura maya.

Probablemente se realizó en la península de Yucatán.

En total está compuesto por 56 hojas, es decir, 112 páginas de un tamaño de 24 × 13 cm. Cada una de estas páginas está dividida por unas líneas rojas que forman recuadros, lo que sirve para seguir el sentido narrativo que impera en todo el códice. Y siguiendo ese relato se comprueba que el sentido de la lectura es como el nuestro de la actualidad, o sea de izquierda a derecha y de arriba abajo.

Trascendencia

El significado de esta obra es algo así como un almanaque adivinatorio, en el que se señalan las diferentes clases de influencias que cada uno de los dioses de la religión de los mayas pueden ejercer. En especial se distinguen tres tipos de divinidades según sus influencias: los buenos, los malos y los neutros, todos ellos presentes en cualquiera de los hechos más cotidianos de la vida maya.

En definitiva, el estudio del Códice Tro Cortesiano ha servido para identificar el panteón de las divinidades mayas, así como descubrir las ceremonias propiciatorias que realizaban en honor de cada uno de esos dioses. Sin embargo, todavía no está plenamente descifrado, y hay muchos elementos de la iconografía y de los glifos que aparecen en el relato, sobre los cuales no se tiene certeza sobre su significado o simplemente se desconocen.

Fuentes