El Che se viste de blanco

(Redirigido desde «El Che se viste de blanco (libro)»)
El Che se viste de blanco
Información sobre la plantilla
Libro El Che se viste de blanco.jpg
Título originalEl Che se viste de blanco
Autor(a)(es)(as)José Antonio Fulgueiras
Editorial:Editorial Pablo de la Torriente Brau
GéneroCrónicas
Edición2013
PaísBandera de Cuba Cuba

El Che se viste de blanco. Obra que recoge interesantes crónicas sobre la labor de los médicos cubanos que, con mucho sacrificio y siguiendo el ejemplo altruista del propio Che, laboran en tierras bolivianas. Escrito por José Antonio Fulgueiras y publicado por la editorial Pablo de la Torriente Brau.

Sobre el libro

El libro estructuralmente se divide en un pórtico y cuarenta pequeñas crónicas agrupadas en 153 páginas. En el pórtico titulado “Libro de los médicos para su médico”, el autor asegura que de cariño, humor y ternura han llenado los sitios de la Gran Bolivia los médicos de Cuba. No hay lugar por donde cruzó la guerrilla que ya no hayan pasado los galenos martianos.

Es un volumen trascendente por la singular figura que lo motiva y por la forma fervorosa, sencilla y documentada en que se produce la exaltación del trabajo que realizan los galenos cubanos.

Particularmente relevante es la crónica dedicada a Rosalía Quispe, una niña que presentaba una grave malformación de la columna lumbosacra (raquisquisis), semejante a una cola de cerdo. El neurocirujano Orestes López, después de estudiar el caso, decidió el tratamiento quirúrgico. Un equipo multidisciplinario logró operar a Rosalía, que luego de una compleja intervención y de intensivas sesiones de fisioterapia, pudo incorporarse a la vida social y poner fin a esta triste historia.

Merece consignarse el relato titulado “Tania, la nueva guerrillera”, donde se cuenta sobre la Dra. Tania Cruz, neurocirujana, quien simultaneaba sus labores quirúrgicas con la dirección de la Clínica del Colaborante, institución en la que una veintena de especialistas cubanos brindaban sus servicios a cientos de personas, entre ellos al presidente Evo Morales. La especialista señaló que esos propios galenos que cuidaban de la salud de los bolivianos, extendían su trabajo a la comunidad y construyeron un Laboratorio de Microbiología, a pie de obra junto con los constructores.

Conmovedora es la crónica dedicada al Dr. Miguel Ángel borges, pediatra guantanamero, quien tuvo que ascender uno de los cerros más altos de Cochabamba para atender dos casos complicados. Por el camino los campesinos lo confundían con un sacerdote y le pedían la bendición para sus cosechas, en el nombre de San Ernesto de la Higuera. Después de una larga travesía, el médico llegó a un bohío donde pudo constatar que la fiebre alta se adueñaba de la madre y de la niña. Eso lo comprobó con solo palpar las mejillas de las asistidas. En pocos minutos diagnosticó que, por falta de higiene en el parto, estaba frente a una sepsis puerperal; proceso infeccioso que desencadena una respuesta inflamatoria general. Tres días pasó el Dr. Miguel al cuidado de sus pacientes, él mismo realizaba las curas locales y le administraba los antibióticos. Resuelta la situación de salud, regresó al hospital con la satisfacción del deber cumplido.

El volumen refleja además interesantes y novedosos testimonios de muchos de los protagonistas que estuvieron junto al Che en su histórico paso por Bolivia. Se destaca el texto sobre Juan Enrique Coronel Quiroga, el hombre que en diciembre de 1969 trasladó las manos del Che desde la Paz hasta Moscú, y allí vio frustrado su anhelo de entregarlas al Comandante Fidel Castro, cuando quedó anclado en la ciudad moscovita por una redecilla de injustas tribulaciones. El lector interesado puede así aprender sobre este aspecto poco conocido de la historiografía guevariana.

Interesante es el testimonio de Antonio Peredo, militante comunista desde hace más de cincuenta años, luchador clandestino y, hasta hace poco, senador en el gobierno de Evo Morales. Antonio, hermano de Inti y Coco, héroes de la guerrilla del Che, dice: “La imagen del Che es tan importante en Bolivia que está en todas partes. Pensé que ya Ernesto Guevara era un extraño para los campesinos contemporáneos, pero en mis campañas electorales me percaté de que es algo tan entrañable que todos los dirigentes agrarios cargan en su tarjeta la imagen del comandante guerrillero”.

Asimismo, aportan elementos novedosos los testimonios de Nila Herrera, ministra de salud y deportes; Salustio Choque, primer prisionero de la guerrilla del Che; Mary Maemura, hermana de Freddy -- identificado en la guerrilla como Médico o Ernesto Loyola Guzmán, dirigente juvenil que se entrevistó con el Che en Ñancahuazú; y Santos Espada, quien expresó emocionado: “Yo tenía ocho años cuando vi muerto al Che en la lavandería del hospital de Valle Grande. Pasé por debajo de la gente y logré ponerme muy cerca de donde él estaba tendido. En ese momento para mí fue como si mirara a un Dios; tenía los ojos abiertos como si estuviera vivo, y desde ese instante lo empezamos a ver como a un Cristo”.

Otro mérito de este libro es la referencia trascendental con la que contribuye René Cadina, a quien le llaman el fotógrafo que retrató a Dios. Postrado sobre una cama, con la mitad del hombre que antes fue, Cadina muestra el negativo original de la foto que le hizo al Comandante Ernesto Guevara, ya sin vida y con el torso desnudo, en la lavandería del hospital Señor de Malta, en Valle Grande, los días 9 y 10 de octubre de 1967. El legendario fotógrafo, con amputación de ambas piernas, quien ahora recibe el cuidado de los médicos cubanos, aseguró que “nomás era un comandante de carne y hueso que murió con los ojos abiertos para seguir mirando y haciendo por los pobres del mundo”.

Este compendio de marcada intención ética y humanista revela la elevada prosa poética de José Antonio Fulgueiras, que se basa en una voz intensa a nivel idiomático, comprensible por todos y escrupulosa en su estilo. En consecuencia, nos regala una exposición apasionante, donde desfilan los internacionalistas cubanos, que alejados de la familia y de la tierra que los vio nacer, escriben cada día gloriosas páginas de heroísmo y ponen muy en alto la bandera de la estrella solitaria.

Escrito con un lenguaje sencillo, el libro aborda una temática muy sensible para el cubano de hoy: la práctica del internacionalismo proletario, y recrea la figura de uno de los más gran des paradigmas del siglo XX americano, el Guerrillero Heroico Ernesto Guevara de la Serna. Este texto es una notable contribución a la destacada labor que desde el mismo triunfo de la Revolución cubana, han desempeñado los galenos cubanos en múltiples países.

Se trata de un material que puede ser de utilidad para los médicos, para los hombres amantes del saber, para los estudiantes a los que les está reservada la dirección del futuro y para todos aquellos que deseen conocer otros aspectos de la solidaridad brindada por los cubanos. Esta obra, donde se trasmiten valores, es un ejemplo alentador y de alto estímulo, en esta época en que tanto prima lo material sobre las cualidades del espíritu.

Sobre el autor

José Antonio Fulgueiras (Sagua la Grande, 1952). Periodista de profesión. Preside la Unión de Periodistas de Cuba en la provincia de Villa Clara. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. Tiene varios libros publicados y ha recibido, entre otras distinciones, la Réplica del Machete Mambí del Generalísimo Máximo Gómez.

Fuentes

  • Fulgueiras, José A. El Che se viste de blanco. La Habana, Editorial Pablo de la Torriente Brau, 2013.
  • Radio Enciclopedia.
  • Hodelin Tablada, Ricardo. Crítica del libro El Che se viste de blanco. MEDISAN vol.19 no.2 Santiago de Cuba feb.-feb. 2015.