Freaks la parada de los monstruos

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Freaks
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Drama. Terror | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
La parada de los monstruos .jpg
NombreFreaks (La parada de los monstruos)
GuiónWillis Goldbeck, Leon Gordon, Al Boasberg (relato: Tod Robbins)
DirectorTod Browning
Dirección de FotografíaMerrit B. Gerstad (B&W)
RepartoWallace Ford, Leila Hyams, Olga Baclanova, Roscoe Ates, Henry Victor, Harry Earles, Daisy Earles, Rose Dione, Daisy Hilton, Violet Hilton, Schlitze, Josephine Joseph, Johnny Eck, Frances O'Connor, Peter Robinson, Olga Roderick, Angelo Rossitto
ProductoraMetro-Goldwyn-Mayer (MGM)
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos


Freaks. Drama estadounidenses. El tema principal de la película es la monstruosidad. Habla sobre la monstruosidad que no se encuentra en el físico de las personas, sino que va más allá de las apariencias, en el interior de las personas. Defiende que el verdadero monstruo es aquel que es capaz de hacer cualquier cosa para conseguir sus propios intereses, sin importar el daño que cause a los demás.

Sinopsis

En un circo lleno de seres deformes, tullidos y personas con diversas amputaciones, Hans, uno de los enanos, hereda una fortuna. A partir de ese momento, Cleopatra, una bella trapecista, intentará seducirlo para hacerse con su dinero. Para lograr su objetivo, traza un plan contando con la complicidad de Hércules, el forzudo del circo.

Los "monstruos" y sus patologías

Repasemos ahora desde el punto de vista médico los supuestos casos clínicos que Browning nos presentó en su controvertida película.

  • 1.- Los enanos: el personaje de Hans, verdadero protagonista de la película, es interpretado por Harry Earles (su verdadero nombre era Kurt Schneider) (1902-1985). Con anterioridad, este mismo diminuto actor había representado el papel de enano delincuente en El trío fantástico (1925); años más tarde, formaría también parte del elenco de El mago de Oz (1939) de Victor Fleming. Junto a él, la encantadora Frieda encarnada por Daisy Earles, actriz afamadamente conocida también como la Mae West enana. Con frecuencia, ambos eran confundidos como pareja matrimonial; en realidad, se trataba de dos hermanos pertenecientes a una familia de enanos alemanes (tenían otras dos hermanas con la misma patología llamadas Grace y Tiny), emigrados a los EEUU durante la Primera Guerra Mundial. Los cuatro actuaron juntos en repetidas ocasiones bajo el nombre artístico de “Los Muñecos Bailarines” y “La familia de los muñecos”.

Todos ellos padecían el mismo trastorno, conocido como enanismo hipofisario, cuya causa radica en una deficiencia - completa o parcial - de la GH (hormona del crecimiento humano). Desde el punto de vista fisiopatológico, este problema puede deberse a un trastorno hipotalámico (ausencia del factor de hormona liberadora del crecimiento) o a una mutación genética de la propia GH en la hipófisis. El resultado son individuos de talla baja, de aspecto infantil, con cabeza, tronco y extremidades pequeños pero armónicos. Este cuadro también puede ser debido a una resistencia o insensibilidad a la GH. Estas características los diferencian de los enanos acondroplásicos, cuyo enanismo afecta principalmente al crecimiento de las extremidades. El enanismo acondroplásico es el tipo más frecuente, manifestándose de manera incuestionable ya desde el mismo nacimiento. Éste es un trastorno hereditario del crecimiento de los huesos, de tipo autosómico dominante, aunque puede aparecer también como consecuencia de mutaciones espontáneas. La inteligencia de estos individuos suele ser completamente normal. Rara vez uno de ellos ha alcanzado a superar los 150 cm de estatura.

De entre todos los enanos acondroplásicos que intervienen en La parada de los monstruos, destacamos sobre todo la vivaracha figura de Angelo Salvatore Rossitto (también conocido como Little Mo o Angelino) (1908-1991), desempeñando aquí el papel de Little Angelo, el enano que baila sobre la mesa de invitados con la "copa del amor" que pretendía sellar el vínculo amoroso de la hermosa trapecista y el enano Hans; precisamente Little Angelo fue el primero en sufrir el escarnio de la altiva Cleopatra, hecho desencadenante de la despiadada venganza de los monstruos. Aunque apenas medía 89 cm, fue uno de los actores más prolíficos de Hollywood, participando entre 1927 y 1987 en más de 70 películas. Extremadamente reivindicativo en la defensa de los derechos fundamentales de sus “pequeños” colegas, Rositto fue uno de los fundadores de la asociación "Little People of America". Al final de su carrera, llegaría incluso a participar junto a Mel Gibson en la 3ª entrega de la exitosa saga Mad Max. Falleció a los 83 años.

  • 2.- El esqueleto humano: también conocido como Peter Robinson (1879-¿?). En líneas generales, dentro del mundo del espectáculo circense y de las atracciones de feria, podemos distinguir dos grandes tipos de "esqueletos vivientes":
  • a) Los probablemente afectados por una rarísima enfermedad denominada fibrodisplasia osificante progresiva (miositis osificante progresiva), grupo en el que destacamos al clásico Claude Ambroise Seurat. Se exhibió como fenómeno por las ferias de la Europa de principios del XIX. Su depauperada figura fue también inmortalizada en un dibujo del propio Francisco de Goya, quien tuvo la oportunidad de verlo actuar en 1826 en un circo de Burdeos. Otro afamado fenómeno perteneciente a este grupo fue Jonathan Richardson Bass, al que se le fueron endureciendo músculos y cartílagos de forma progresiva hasta quedar su cuerpo completamente petrificado. A diferencia de otros sujetos "osificados", Bass siempre se exhibió de pie, sujetándose con unos arneses contra un tablero vertical. Según los testigos que le vieron, nunca refirió dolores y se alimentaba perfectamente a base de una dieta líquida especial. Como no podía moverse, habitualmente vivía dentro de un ataúd. Mientras permanecía expuesto en el Museo Huber de Nueva York, contrajo una fatal neumonía que le llevó a la tumba a la edad de 62 años. Por último, una situación similar fue vivida por Roy Bard, nacido en 1884, completamente normal hasta la edad de 24 años, cuando la enfermedad osificante comenzó por su cadera izquierda, dejando su cuerpo totalmente rígido en el curso de tan sólo 4 años.
  • b) Otros esqueletos vivientes tal vez padecieron severos trastornos del aparato músculo-esquelético, diversas distrofias musculares o bien extrañas enfermedades como el llamado leprechaunismo (dismorfismo facial, atrofia del tejido adiposo subcutáneo -lipoatrofia- e hipotrofia muscular), la lipodistrofia total congénita (síndrome de Seip-Berardinelli) o la diabetes lipoatrófica generalizada. Aquí podrían encuadrarse fenómenos como Dolly Regan (1919 – 1994), la más famosa mujer esqueleto, o James Coffey (exhibido en el circo Barnum & Bailey, con una estatura de 180 cm y un peso de 32 Kg), Percy Pape (del circo Ringling, que medía 186 cm y que apenas pesaba 31 Kg), Harry V. Lewis (que actuó en los dos grandes circos, midiendo alrededor de 170 cm y pesando poco más de 36 Kg), Isaac W. Sprangue (circo Barnum, que pesaba tan solo 20 Kg con una talla de 168 cm) o el propio Peter Robinson (circo Ringling, con un peso aproximado de 27 Kg).

Otra entrañable característica de estos demacrados artistas es que varios de ellos se desposaron con mujeres especialmente gordas, compañeras actrices de variedades pertenecientes al elenco de sus espectáculos. Pete Robinson lo hizo con Bunny Smith, una robusta belleza que llegó a alcanzar los 200 Kg. En La parada de los monstruos, este esqueleto viviente protagoniza una simpática escena en la que reparte cigarros puros entre sus camaradas del circo, celebrando el nacimiento de su hijita (fruto de las relaciones con su esposa en la ficción, "La mujer barbuda", interpretada por la taciturna Olga Roderick-Madame Olga). Aquellos que le conocieron en vida, recuerdan a Pete Robinson como un hombre afable pero muy terco, sobre cuando tocaba polemizar sobre política.

  • 3.- La mujer barbuda: su nombre verdadero fue Jane Barnell (1871-¿?); si existe un actor o actriz entre aquellos que participaron en el rodaje de La parada de los monstruos que verdaderamente se arrepintió por ello, sin duda alguna fue Olga Roderick (Madame Olga). Esta manifiesta incomodidad puede observarse en todos y cada uno de los planos en los que interviene, incluso en la tierna escena en la que se encuentra postrada en cama rodeada por todos los demás fenómenos, infeliz convaleciente tras el parto de la hija en común (¿otra futura mujer barbuda?) con “El Esqueleto Humano”.

La fisiopatología del hirsutismo tiene que ver con un trastorno hormonal frecuentemente causado por el anormal incremento de los andrógenos, lo que provoca alteraciones en el ciclo menstrual, esterilidad e incremento generalizado del vello corporal6. En otras ocasiones, se trata de un fenómeno específico de determinadas zonas cutáneas, la hipertricosis, y que cursa con un incremento localizado de un vello excepcionalmente vigoroso y tupido, como el caso de la famosa Madame Clofullia (1831 - ?), que incluso llegó a tener dos hijos, o el de la Baronesa Sidonia de Barczy (1866 – 1925), que también tuvo descendencia propia. Existe una interesante visión de la mujer barbuda en la Historia del Arte7.

  • 4.- La mujer pájaro: este papel fue desempeñado en la película por Koo Koo (1880-¿?), Minnie Woolsey o Minnie Ha Ha (foto 8), mujer que probablemente padeciera un síndrome de Virchow-Seckel. Éste fue descrito por primera vez en 1892 por Rudolf Virchow, que lo denominó “enanismo de cabeza de pájaro”; más tarde sería caracterizado tal y como hoy lo conocemos por Seckel, en 19608.

Se trata de una rarísima enfermedad congénita (1/10.000 nacidos vivos), de carácter autonómico recesivo, caracterizada por retraso del crecimiento intrauterino, microcefalia, enanismo proporcionado y facies peculiar (nariz picuda y prominente, ojos anormalmente grandes, cara estrecha, orejas de baja implantación, paladar ojival y micrognatia). En las extremidades pueden detectarse también clinodactilia y microdactilia. Los afectados por este síndrome suelen presentar diferentes grados de retraso mental. Koo Koo padecía una importante miopía, que le obligaba a portar gruesas gafas. Los que la conocieron la recuerdan con un carácter bondadoso y afable.

  • 5.- El hermafrodita: de origen austríaco, Josephine-Joseph se presentaba al público con una mitad corporal masculina y la otra femenina (foto 9). Existen dudas sobre si se trataba de un verdadero caso de hermafroditismo o si más bien representaba un truco circense. Resulta muy curioso que, al igual que otros fenómenos similares (como por ejemplo Albert-Alberta, 1899-1963, o Freda-Fred, 1908-?), la mitad con la musculatura más desarrollada y rasgos varoniles siempre era la derecha, siendo la izquierda más delicada, lampiña y generalmente dotada de un seno de características femeninas.

Actualmente, lo correcto es hablar de estados intersexuales en la especie humana, quedando el término hermafroditismo reservado a otras especies que son capaces de producir gametos masculinos y femeninos simultáneamente. La presentación de estos trastornos genéticos es amplia y variada en el ser humano, con la presencia de diversas malformaciones genitales como clítoris hiperdesarrollados o penes atrofiados. (para profundizar, consultar 9). En los casos que nos ocupan, existe constancia de que Freda-Fred contaba con órganos sexuales masculinos plenamente formados. En el caso de Albert-Alberta, también nos encontramos ante un hombre (llamado Harry Caro) imitador de una mujer, para lo que incluso llegó a portar una falsa prótesis de un seno femenino que rellenaba con alpiste10.

  • 6.- Los microcéfalos: bajo el cuidado y la protección constante de Madame Tetrallini, tres son los inocentes personajes encuadrados en este grupo: las hermanas Jeannie Lee (1912-¿) y Elvira Snow (1900-¿), también conocidas como Zip y Pip o “las gemelas Snow”, a pesar de que Elvira era 12 años mayor que su hermana, y el simpático Schlitzie (foto 10), Simon Metz (1881-1861), famoso protagonista de atracciones de feria como “El Último Inca” o “El Eslabón Perdido”. Todos presentaban profundas discapacidades psíquicas, si bien su extrema bondad los hacía parecer como niños indefensos.

La mayoría de las microcefalias se producen por un crecimiento deficiente del cerebro en las etapas fetal o neonatal, ya que la expansión cerebral es la responsable de un crecimiento craneal adecuado. En la etiología de esta malformación intervienen causas primarias (diversos síndromes de origen genético: Down, Cornelio de Lange y trisomías 13 ó 18) o secundarias (como la rubeola y la toxoplasmosis congénitas)11.

  • 7.- Amelia y la focomelia: la amelia se define como la ausencia total de uno o varios miembros, mientras la focomelia se caracteriza por la falta de los segmentos medio y proximal de las extremidades, hecho que provoca que las manos se inserten directamente en la cintura escapular y los pies en la pelvis. En la mayoría de los casos, su causa se debe a defectos genéticos (como por ejemplo el síndrome de focomelia de Roberts), siendo mucho menos frecuentes los casos de origen ambiental (como los desafortunadamente provocados por la talidomida).

En La parada de los monstruos aparecen varios personajes con este tipo de malformaciones: sobre todos ellos destacamos a Príncipe Randian, “el torso viviente” (1881-1934) (foto 11), originario de la Guayana Británica, desde su nacimiento carente de las cuatro extremidades, casado y padre de 5 hijos propios, y protagonista de una de las escenas más impactantes de la cinta, en la que es capaz de liar un cigarrillo y encenderlo tranquilamente utilizando tan sólo sus labios. Otro fenómeno prodigioso incluido en este grupo fue Johnny Eck, “el medio muchacho” (1911-1991) (foto 12), que nació en un parto gemelar sin la parte inferior del abdomen ni las piernas (su hermano fue completamente normal). Tras una larga vida dedicada al espectáculo, falleció a los 80 años. Para finalizar, dos beldades. Frances O´Connor (1914-1982) (foto 13), también conocida como “La Venus de Milo Viviente”, compensaba la ausencia congénita de sus brazos con una extrema habilidad en los pies, capaces de permitirle comer, beber, escribir e incluso vestirse, de la misma manera que también lo hacía Martha Morris (¿?), “La maravilla sin brazos”, cuya ausencia de brazos llevaba pareja una focomelia en sus piernas.

  • 8.- Las hermanas siamesas: las gemelas Daisy y Violet Hilton (foto 14) nacieron en Brighton en 1908. La tragedia de su vida comenzó en el mismo momento de nacer, pues fueron vendidas por su propia madre y durante años exhibidas en múltiples atracciones de feria. Permanecían unidas por las nalgas y la cintura, con órganos vitales independientes, pero con una circulación sanguínea común. Liberadas por orden judicial de su explotación, se hicieron dueñas de su propio destino artístico, llegando a ser las artistas de este tipo mejor pagadas de su época. Las siamesas Hilton fallecieron juntas en 1969, víctimas de la epidemia de gripe de Hong Kong.

Como curiosidad mencionaremos que la presencia de hermanos siameses era uno de los números más atrayentes en circos y ferias de fenómenos, tanto que en algunas ocasiones llegaron a “fabricarse” de manera fraudulenta, como los famosos hermanos austriacos Adolph y Rudolph de finales del XIX.

Críticas

  • "Valiente hasta la náusea. Todo un clásico monstruoso"

Ramón F. Reboiras: Cinemanía

  • "El más furibundo alegato a favor de la diferencia de la historia del cine."

Miguel Ángel Palomo: Diario El País

  • "Una de las películas más poderosas que se hayan hecho nunca sobre el anhelo de humanidad y solidaridad frente a la crueldad y la opresión (...) Puntuación: ★★★★★ (sobre 5)"

Tom Huddleston: Time Out

  • "Una macabra obra maestra que todavía impacta"

Peter Bradshaw: The Guardian

  • "'La parada de los monstruos' es una película que no se olvida fácilmente (...) La razón, por supuesto, es su sentido del terror, el gusto por lo macabro que incluyen las atracciones secundarias del circo"

The New York Times

Fuentes