Hiperhidrosis unilateral

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Hiperhidrosis unilateral
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La hiperhidrosis unilateral idiopática es una rara afección de causa desconocida. Se presenta habitualmente en la cara o en los miembros superiores de individuos jóvenes y como su nombre lo indica, es unilateral. No se encuentra relacionada con causas orgánicas y habitualmente no se hallan alteraciones en la biopsia de piel.

Introducción

La hiperhidrosis es una patología frecuente, que afecta a hombres y mujeres de diferentes edades, pudiendo transformarse en un serio problema que afecta la vida diaria de las personas. El cuerpo humano dispone de una serie de mecanismos de termoregulación que permiten mantener una temperatura constante.

Entre ellos podemos destacar:

  • Conducción del calor de la sangre al área pulmonar y piel, mediante vasodilatación.
  • Convección y eliminación del calor por los movimientos pulmonares y del aire en contacto con la piel.
  • Irradiación o producción de energía infrarroja en la piel.
  • Evaporación del agua a través de respiración y sudoración.

Desarrollo

Con temperatura ambiental mayor que 37oC, el sudor es el mecanismo esencial de termólisis y sabemos que cada gramo de sudor elimina 0.6 kcal. La perspiración insensible en períodos de reposo es de casi 600 g en un día. Por el contrario, con temperatura ambiental baja, aumenta el metabolismo basal y la piel reacciona con vasoconstricción, con lo que disminuye la perspiración insensible. Todo ello contribuye a la termogénesis. La secreción sudoral ecrina en personas sanas varía, según múltiples factores, entre 1.3 y 10 litros en 24 horas. Se relaciona con la temperatura y humedad ambiental, actividad física y stress.

La regulación de la temperatura por la sudoración es una característica de los seres humanos y de algunos animales como caballos, vacas y monos. La sudoración es controlada por el sistema nervioso simpático y participan:

  1. Corteza cerebral, especialmente en relación con el sudor emocional.
  2. Centro hipotalámico de control de temperatura y sudor.
  3. Vía simpática espinal descendente.
  4. Fibras preganglionares, ganglios y troncos simpáticos.
  5. Fibras C postganglionares.
  6. Neurotransmisores periganglionares.

A su vez, cada glándula sudorípara dispone de receptores farmacológicos, un sistema de transporte de membranas y los poros sudoríparos de eliminación. La glándula sudorípara tiene dos segmentos, el ducto y el acino secretor; éste tiene tres tipos celulares: claras (secretoras), oscuras (mucoides) y míoepiteliales. A pesar de que la glándula sudorípara es inervada por el sistema nervioso simpático, el principal neurotransmisor es la acetilcolina.

Podemos diferenciar hiperhidrosis generalizada y localizada. El término generalizada se refiere a una sudoración excesiva, más allá de las necesidades fisiológicas y que afecta a toda la superficie cutánea y será de más de 50 mg de sudor en 5 minutos medidos en una zona dada. Sin embargo, como es difícil objetivar esta alteración, casi siempre el diagnóstico de hiperhidrosis es una impresión subjetiva. El término de localizada se reserva para aquellos casos en que la sudoración excesiva abarca una superficie igual o menor que 100 cm2.

En la anamnesis del paciente deben considerarse múltiples antecedentes, como la relación con factores desencadenantes: emocional, térmico, gustatorio, espontáneo, etc. También se debe interrogar por asociación con hiper o hipotensión, piloerección, flushing, hipotermia, fiebre, etc; el horario diurno o nocturno, ya que pueden orientar a diversas patologías asociadas. En el examen físico, debemos visualizar el área comprometida para clasificarla en localizada o generalizada. Descartar neuropatías sensoriales, motoras o autonómicas y en caso de antecedentes de trauma, siringomielia, etc. pedir radiografía de tórax y columna dorsal.

La hiperhidrosis unilateral circunscrita primaria suele estar localizada en frente o antebrazo y restringida a un área inferior a los 10x10 cm. Puede ser precipitada por un factor estresante o el calor pero generalmente acontece de forma espontánea ocurriendo incluso durante el sueño. Se desconoce cuál es su mecanismo patogénico haciéndose necesarios descartar problemas dermatológicos focales (fundamentalmente hamartoma ecrino), neurológicos (se han relacionado con infartos cerebrales, en tronco o hipotálamo, traumatismos craneoencefálicos, meningioma del lóbulo frontal, infartos espinales y neuropatía periférica) y neoplasias intratorácicas (por lesión de la cadena simpática cervical o fibras simpáticas postganglionares). En alguna ocasión se ha identificado como factor precipitante un traumatismo local, lo que ha llevado a plantear la hipótesis fisiopatológica de una reconexión anómala de las fibras simpáticas dañadas por el traumatismo.


Tratamiento

Quirúrgicos: pueden consistir en la escisión quirúrgica de la piel del hueco axilar, con cierre primario o con injerto, de buena respuesta pero con cicatrices importantes; el curetaje con [[cánula de liposucción a nivel de la base de las glándulas, de relativa utilidad (40 a 50% de efectividad); o la simpatectomía transtorácica de excelentes resultados para hiperhidrosis axilar y/o palmar severas. Este método consiste en la obliteración electro-cáustica y, si se requiere, escisión parcial de fibras y ganglios nerviosos simpáticos a nivel de t2 y t3. Se practica bajo anestesia general y tiene una efectividad del 95%, produciéndose en algunos casos hiperhidrosis compensatoria en tronco u otras zonas como extremidades inferiores, que son en general muy bien toleradas.

Otros: uno de los tratamientos es la toxina botulínica inyectable, que se aplica especialmente en axilas y palmas, así como en hiperhidrosis facial en sitios como la frente y el labio superior. La duración del efecto es de 6 a 12 meses, también el test de Minor (de yodo-almidón) en la zona afectada, que permite escoger los sitios de mayor sudoración: se aplica una solución yodada con un algodón sobre la piel limpia y se espolvorea polvos de almidón sobre ella; la coloración será más obscura en los puntos de más sudor. La toxina botulínica tipo A ( BotoxR o DysportR )se disuelve en 2 a 5 ml de solución salina estéril y se aplica con aguja 30 en forma intradérmica en las zonas marcadas con el test de Minor, dividiendo la mitad del total del frasco para cada axila, e inyectando en puntos separados por 0.5 a 1 cm. No se usa anestesia local, pero el dolor es bien tolerado. En el caso de la hiperhidrosis palmar sí require anestesia, que será preferentemente troncular.


Conclusiones

Destacamos que la HUI es una patología de baja frecuencia pero que incide en forma negativa en la calidad de vida. Debemos diferenciarla del nevo ecrino y descartar una causa secundaria que pueda comprometer al paciente. Finalmente se adecuará el tratamiento según las posibilidades disponibles y los recursos económicos. En la mayoría de los casos, esto constituye un verdadero desafío y los resultados no son siempre los esperados.

Bibliografía

  • Callejas MA, Grimalt R, Valls J, Peri J.M (2002). Hiperhidrosis primaria. Med Clin 119(17)659-65.
  • Velasco R, González L, Font MA (2006). Las raíces y los nervios periféricos. Síndromes radiculares y por lesión de nervio periférico. El sistema nervioso autónomo. El hipotálamo. Síndrome por afectación del sistema nervioso autónomo. Síndromes

neuroendocrinos. En: Frank A, Matias-Guiu J, Martínez E (Eds), Manual del médico residente de Neurología, (pp 257-282). Madrid: SEN.

Fuentes