Jacques de Molay

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Jacques Bernard de Molay
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Nacimiento1244
Borgoña, Bandera de Francia Francia
Fallecimiento18 de marzo de 1314
Nacionalidadfrancesa
Ciudadaníafrancesa
Ocupaciónmilitar

Jacques Bernard de Molay. Fue un noble francés y el último Gran maestre de la Orden del Temple, que fue una orden militar fundada por Hugo de Payens y por otros caballeros que participaron en la Primera Cruzada, cuyo propósito era proteger los peregrinos cristianos en Tierra Santa. Además, algunos eruditos en temas nobiliarios incluyen a Molay en la genealogía de Lonvy, al ser Molay una población del Señorío de Rahon, propiedad del padre de Jacques de Molay.

Síntesis biográfica

Jacques Bernard de Molay nació en Borgoña entre 1245 y 1250 (aunque hay ciertas versiones que especifican que fue en el año 1243 y otros en el 1244, en la ciudad de Vitrey, departamento de Haute Sâone), hijo de Juan, Señor de Lonvy, heredero de Mathe y Señor de Rahon, gran población cerca de Dôle, de la cual dependían muchas otras, pero principalmente Molay, y esta a su vez, era una parroquia de la Diócesis de Besançon, en el Deanato de Nenblans.

En 1265, en la ciudad de Beaune (Francia) se unió a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (más tarde llamados Caballeros del Templo de Salomón), conocidos comúnmente como Caballeros Templarios u Orden del Temple, recibiéndole el Fraile Imbert de Perand, visitador de Francia y del Portu, en la capilla del Temple de la residencia de Beaune. En 1293, figura con el título de Gran Maestre tras la muerte de Thibaud Gaudin el 16 de abril de 1292. Así se convirtió Jacques de Molay en el vigesimotercer y último Gran maestre de la Orden del Temple.

Organizó entre 1293 y 1305 múltiples expediciones contra los musulmanes y logró entrar en Jerusalén en 1298, derrotando al Sultán de Egipto, Malej Nacer, en 1299 cerca de la ciudad de Emesa. En 1300 organizó una incursión contra Alejandría y estuvo a punto de recuperar la ciudad de Tartus, en la costa siria, pero fue derrotado.

En 1307, el Papa Clemente V, Beltrán de Goth y el rey de Francia, Felipe IV, ordenaron la detención de Jacques de Molay y la de los demás caballeros bajo la acusación de sacrilegio contra la Santa Cruz, simonía, herejía e idolatría hacia Baphomet y Lucifer. Molay declaró y reconoció, bajo tortura, los cargos que le habían sido impuestos; aunque con posterioridad se retractó, y por ello en 1314 fue quemado vivo en la hoguera frente a la Catedral de Notre Dame, donde nuevamente volvió a retractarse, en forma pública, de cuantas acusaciones se había visto obligado a admitir, proclamando la inocencia de la Orden y, según la leyenda, maldiciendo a los culpables de la conspiración.

Una maldición que asustó a toda Europa

Mientras se quemaba en la pira, De Molay maldijo al rey Felipe IV de Francia, a sus descendientes, al papa Clemente V, y a todos los que apoyaron su muerte. De Molay dijo que en el siguiente año y un día, Clemente V y Felipe IV morirían. También dijo que la línea de sucesión de Felipe IV no reinaría más en Francia.

Sucedió como deseaba el infortunado, y el primero en morir fue el papa Clemente V. Le sobrevino una grave enfermedad y murió el 20 de abril de 1314. Poco después del Papa, Felipe IV murió de un derrame cerebral durante un día de caza. Una muerte trágica también fue también el destino de todos los sucesores del rey. Entre 1314 y 1328 murieron tres hijos y nietos del rey francés. A los catorce años de la muerte de De Molay la Dinastía de los Capetos ya no existía -después de 300 años-. La historia del último Gran Maestre y su horrible maldición se convirtió en un shock en toda Europa. También arruinó la política de Francia porque algunos de los gobernantes tenían miedo de tener relaciones con la “maldita” familia real. En septiembre de 2001, Barbara Frale, una paleógrafa italiana de los Archivos Secretos Vaticanos descubrió un documento conocido como el Pergamino de Chinon. Afirma que en 1308 el Papa Clemente V absolvió a Jacques De Molay y al resto de los caballeros templarios de los cargos presentados por la Inquisición. Seis años más tarde, el Vaticano publicó el documento en una edición limitada de 800 ejemplares.

En junio de 2011, el Papa Benedicto XVI se disculpó por el asesinato de De Molay y reconoció que fue víctima de falsas acusaciones. Siglos después de la tragedia, el Vaticano admitió que el Papa había apoyado los asesinatos, aunque los templarios no eran culpables.

Fuente

  • CAPITULO XIV: LA MALDICIÓN DE JACQUES DE MOLAY [1]. Consultado: 23 de enero del 2019
  • 700 años del fin de los templarios por la cruz y la espada [2]. Consultado: 23 de enero del 2019