José Francisco Lavandera
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José Francisco Lavandera. Líder estudiantil artemiseño. Combatiente de la lucha clandestina desde las filas del Movimiento 26 de Julio. Sufrió prisión y torturas por sus actividades revolucionarias. Fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR), de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC). Al triunfo de la Revolución fue uno de los primeros comisionados que tuvo Artemisa. Se desempeñó como director de la Biblioteca Ciro Redondo García, en ese municipio. dirigió el Museo Municipal Carlos Baliño, de Guanajay y fue Historiador de ese territorio.
Sumario
Síntesis biográfica
En Artemisa, en el seno de una familia campesina y humilde, nació el día 14 de agosto del año 1927. El ambiente familiar fue siempre propicio para facilitar su desarrollo cultural, a pesar de las difíciles condiciones en que vivían. También desde pequeño aprendio del rechazo a la injusticia y la defensa de la verdad y las causas justas.
Trayectoria estudiantil
Ingresó en el año 1954 como estudiante en la Escuela de Comercio, donde se graduó tres años después. Cuando triunfó la Revolución matriculó y aprobó varios cursos preparatorios con perfil de la especialidad de Historia y cursos de Bibliotecología.
Trayectoria revolucionaria
Desde tamprana edad fue un lector incansable de temas relacionados con la historia de Cuba y un estudioso de la vida y obra de los principales próceres del proceso revolucionario cubano. Ese fue un factor clave para la precoz maduración ideológica y la radicalización de su pensamiento político y revolucionario.
Escuchaba siempre con mucho fervor y admiración las historias que se contaban en el marco familiar y de amistades acerca de la rebeldía del pueblo de Artemisa, entre ellas la referida al mitin nacionalista efectuado en el parque del pueblo, donde participó el patriota Juan Gualberto Gómez, encuentro que los politiqueros pretendieron manipular y terminó con una manifestación contra el regimen del tirano Gerardo Machado.
En correspondencia con lo anterior e influenciado por la prédica de Eduardo Chibás, se convirtió en un férreo defensor de su doctrina de lucha contra la corrupción y los crímenes de los gobiernos auténticos de Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás. Compartió las actitudes de denuncia de la juventud ortodoxa de Artemisa a la cúpula mafiosa que durante aquellos gobiernos asesinaron a figuras claves del movimiento obrero y campesino, como Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias, Sabino Pupo y Niceto Pérez. En varias ocasiones expresó también su solidaridad con el movimiento obrero artemiseño que reclamaba mejoras de salarios y de las condiciones de trabajo.
Desde el mismo 10 de marzo de 1952 expuso su rechazo a la actitud golpista del tirano Fulgencio Batista, alegando que no solo era anticonstitucional, sino que además, significaba un retroceso en el ya deprimido sistema democrático cubano y una vuelta peligrosa al pasado oprobioso de un país gobernado por un régimen dictatorial, basado en el abuso, la represión, el crimen y la entrega incondicional de lo mejor de Cuba a los intereses del gobierno de los Estados Unidos.
A partir del asalto al Moncada, se declaró seguidor de la nueva estrategia revolucionaria de Fidel. Estuvo entre los artemiseños que se unieron para apoyar a los familiares de los moncadistas en el reclamo por la amnistía para los que se encontraban presos en Isla de Pinos por participar en aquella acción.
Por su elevada cultura integral, sus cualidades de líder natural y espíritu de rebeldía, fue elegido por su compañeros de la Escuela de Comercio como Presidente de la organización estudiantil del centro. En este período dio muestras de combatividad al enfrentar en diversas ocasiones las decsiones de la dirección del plantel, que era abiertamente simpatizante de la dictadura batistiana.
Igualmente mostró sus simpatías con la expedición del Granma y como líder estudiantil promovió entre sus compañeros la defensa de la continuidad de la lucha armada como única vía posible para derrotar a la tiranía.
Tuvo siempre un alto sentido de la unidad revolucionaria como premisa para ser más fuertes en la luchas estudiantiles. En 1956, junto a los revolucionarios Orlando Nodarse, Humberto Piedra y Felipe Quintana, dio pasos para unir a los estudiantes de todas las enseñanzas del municipio en la lucha contra la dictadura batistiana.
En 1957 ingresó en el Movimiento 26 de Julio, como responsable de la propaganda y la atención al movimiento obrero y estudiantil. Participó en la huelga del 2 de agosto de 1957 que se desarrolló en Artemisa en protesta por el asesinato de Frank País. Por esa causa fue detenido y sometido a torturas sin que sus victimarios lograran que delatara a sus compatriotas. Después que fue liberado, pasó a la lucha clandestina dentro del propio Movimiento 26 de Julio, pero en la capital del país, donde se mantuvo hasta el triunfo de la Revolución.
A partir de 1959, por su probada capacidad de liderazgo y prestigio alcanzados como combatiente fue convocado a los principales procesos politicos que condujeron a la fundación y organización de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), de las MiIlicias Nacionales Revolucionarias (MNR) y en la reorganización que llevó a la fundación del Partido Comunista de Cuba (PCC).
En el año 1993 fue uno de los fundadores de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
Trayectoria laboral
Alternó su vida estudiantil en la Escuela de Comercio, con el inicio de su vida laboral como contador en el establecimiento comercial conocido en Artemisa como “Bar Millar”. Allí permaneció hasta su partida para La Habana, en condiciones de combatiente de la clandestinidad.
Después de cumplir otras tareas políticas, vinculadas a la organización gubernamental en Artemisa, asegurando la consolidación del triunfo revolucionario, en el año 1959 fue nombrado Comisionado municipal y con posterioridad asumió responsabilidades sucesivas como Presidente de la Junta Central de Coordinación, Ejecución e Información (JUCEI) en Artemisa y cuadro profesional del Partido en la regional Artemisa.
Cuando las principales edificaciones de excepcional valor patrimonial en cada municipio del país fueron entregadas al Consejo Nacional de Cultura y a su sistema de instituciones, la sede de la Sociedad de Instrucción y Recreo Luz Caballero, en Artemisa, fue convertida en la Biblioteca municipal Ciro Redondo y José Francisco Tito Lavandera fue nombrado como director de esta institución, cargo que desempeñó entre 1965 y 1973.
Tuvo la importante responsabilidad de recopilar para la biblioteca la mayor cantidad posible de materiales bibliográficos: libros, revistas, periódicos y otras publicaciones seriadas, que se encontraban en varias instituciones culturales, en escuelas y en centros laborales. Así mismo, se encargó de gestionar fondos bibliográficos en poder de personas naturales.
Durante el tiempo que dirigió la biblioteca municipal Ciro Redondo, fue un artífice en las acciones para la preservación y conservación del fondo bibliográfico, en el fomento de la lectura y en la promoción de actividades vinculadas a la literatura y a sus creadores. En aquella etapa de trabajo hizo de la institución un verdadero centro cultural al servicio de la comunidad, en especial del público lector.
A partir del año 1977 trabajó como director del Museo Carlos Baliño, en Guanajay y además, asumió funciones como Historiador de ese municipio.
Fallecimiento
José Francisco Tito Lavandera falleció el 30 de junio del año 2009.
Premios y reconocimientos
- Diploma acreditativo como fundador de los CDR
- Diploma acreditativo como fundador del PCC
Condecoraciones
- Medalla de Combatiente de la lucha clandestina
- Medalla por el XX aniversario del Moncada
- Medalla por los 30, 40, y 50 años de las FAR
Fuentes
- Entrevista concedida por María Victoria Lavandera Fuentes, hija del combatiente José Francisco Tito Lavandera, al historiador y profesor Rodolfo Rasciel Valdés de Paula.
- Expediente de José Francisco Tito Lavandera. Oficina de la Dirección de la ACRC en Artemisa
