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El libro de Daniel fue escrito en el siglo VI a.N.E., aunque desde el punto de vista crítico-textual, muchos estudiosos lo datan en el siglo II a.N.E.<ref>Encyclopaedia Britannica - «''[https://www.britannica.com/topic/The-Book-of-Daniel-Old-Testament The Book of Daniel]''» .</ref> En ambos casos, la profecía de las setenta semanas se habría formulado antes del nacimiento de Jesús, ocurrido hacia el año 4 a. n. e., lo que explica su gran importancia. | El libro de Daniel fue escrito en el siglo VI a.N.E., aunque desde el punto de vista crítico-textual, muchos estudiosos lo datan en el siglo II a.N.E.<ref>Encyclopaedia Britannica - «''[https://www.britannica.com/topic/The-Book-of-Daniel-Old-Testament The Book of Daniel]''» .</ref> En ambos casos, la profecía de las setenta semanas se habría formulado antes del nacimiento de Jesús, ocurrido hacia el año 4 a. n. e., lo que explica su gran importancia. | ||
Revisión del 20:03 16 abr 2025
Las setenta semanas de Daniel es el nombre con el que comúnmente se conoce el capítulo 9 del libro de Daniel, debido a la profecía que allí se presenta. Esta profecía tiene una gran relevancia en la teología cristiana, ya que suele interpretarse como un conteo de años muy preciso que anunciaría la llegada del Mesías
El libro de Daniel fue escrito en el siglo VI a.N.E., aunque desde el punto de vista crítico-textual, muchos estudiosos lo datan en el siglo II a.N.E.[1] En ambos casos, la profecía de las setenta semanas se habría formulado antes del nacimiento de Jesús, ocurrido hacia el año 4 a. n. e., lo que explica su gran importancia.
Sumario
Cronología
Daniel 9:1 dice que estos eventos acontecieron en el primer año del reinado de Darío el Medo, por lo que estos eventos se ubican entre el año 539 a.N.E. y el año 538 a.N.E..
Los hechos
Interpretaciones de las profecía de la setenta semanas
Daniel 9:24-27 dice lo siguiente:
'Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador'.
Aquí, las 70 semanas (lit. setenta sietes) de las que habla el ángel Gabriel se refieren concretamente a 70 semanas de años, es decir, 490 años en total. De ese período, las primeras 69 semanas abarcan 483 años, que deberían culminar según la interpretación tradicional con el momento en el que el mesías aparece. Ciertas traducciones de algunas partes de estos versículos son controvertidas, ya que el texto masorético en hebreo no dice El Mesías sino un mesías. La palabra mesías en hebreo lo es Mashiach (מָשִׁיחַ) y significa literalmente ungido, y no necesariamente siempre tiene que ver con el mesías de Israel. Por ejemplo, en el libro de Isaías Ciro es llamado Ungido por ser el elegido de Dios para reestablecer al pueblo de Israel con sus tierras. La traducción de la ESV muestra un conjunto diferente de elecciones:
'Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta la venida de un ungido, un príncipe, habrá siete semanas. Luego, durante sesenta y dos semanas, será edificada de nuevo con plazas y foso, pero en un tiempo turbulento. Y después de las sesenta y dos semanas, un ungido será cortado y no tendrá nada'.
Aquí la puntuación (punto) se coloca después de 'siete semanas'. En consecuencia, un período de tiempo de sesenta y dos semanas separa al primer ungido del segundo, lo que sugiere que se trata de dos individuos diferentes. Además, estos traductores no escriben 'ungido' con mayúscula inicial y, adicionalmente, reflejan la indefinición del texto hebreo ('un' ungido). Como consecuencia, se interpreta que el texto podría hacer referencia a dos ungidos. Esta es una interpretación muy popular hoy día, sobre todo en círculos seculares. Entre los primeros testimonios de esta opción interpretativa se encuentra la antigua traducción griega del Antiguo Testamento, anterior al cristianismo. Allí, el pasaje se aclara para indicar que se refiere al siglo II a.N.E. Los traductores fechan los acontecimientos de Daniel 9:26 después de 7 + 70 + 62 semanas, que especifican como referidas al año 139 de la era seléucida, que fue aproximadamente el 172 a.N.E. Si la interpretación de dos ungidos es correcta, habría que identificarse quienes son esos.
Biblias en español como la Biblia de Jerusalén también optan por traducciones similares.
Desde el segundo siglo de la era común, los cristianos han interpretado este texto como una profecía referente a Jesucristo. Julio Africano (160–240 N.E.) fue, quizá, el primero en señalar que las setenta semanas abarcan el período desde el nombramiento de Nehemías hasta la muerte de Jesús. Según el texto, el conteo de las setenta semanas comienza con la emisión de la orden para restaurar Jerusalén. Es en este punto donde los intérpretes se encuentran divididos, ya que se conocen cuatro decretos emitidos por reyes que podrían marcar el inicio del conteo de las setenta semanas:
- El decreto de Ciro, ordenado para la reconstrucción del templo y para que los judíos exiliados regresaran a Jerusalén, dado entre los años 539 y 537 a.N.E. Ciro también devolvió los utensilios sagrados del templo que Nabucodonosor había llevado a Babilonia.
- El decreto de Darío dado en el año 520 a.N.E., para que seguir con la construcción del templo y la ciudad que se había interrumpido.
- El decreto de Artajerjes a Esdras para reconstruir los muros de la ciudad, en Esdras 7 (457 a.N.E.).
- El decreto de Artajerjes a Nehemías en Nehemías 2 (444 a.N.E.).
Cristianismo
La interpretación más extendida en círculos cristianos sostiene que el inicio de las setenta semanas de Daniel comienza con el decreto de Artajerjes registrado en Nehemías 2. Según Harold W. Hoehner, este decreto fue emitido en el año 444 a. n. e. Hoehner también argumenta que Jesús murió en el año 33, por lo que según sus cálculos su entrada triunfal en Jerusalén habría ocurrido el 10 de Nisán, es decir, el 30 de marzo del año 33, de acuerdo con sus cálculos. Jesús murió unos días después, el viernes 3 de abril de ese mismo año. Hoehner basa sus cálculos en la noción de que los años proféticos supuestamente son de 360 días (llegó a esa conclusión en base a pasajes de Daniel y Apocalipsis). Si se cuentan 483 años proféticos (69 semanas de años) desde el decreto de Artajerjes dado en nehemías 2, se llega precisamente al año 33, y Según Hoehner, con otros métodos suyos, esta cronología se cumple con exactitud hasta el día en que Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén un 30 de marzo.
No todos los eruditos cristianos consideran que las setenta semanas de Daniel sean una profecía referente a Jesús de Nazaret.
Preterismo
Los preteristas eligen el decreto de Artajerjes dado a Esdras en el 457 a.N.E. Si estamos en el año 457 a.N.E. y le restamos 483 años, caemos en el año 27 N.E., que fue cuando Jesús comenzó su ministerio (nota: no existe el año 0). Los preteristas prestan atención a las palabras en el versículo 25, que dicen que 'se volverá a edificar la plaza y el muro, en tiempos angustiosos'. Según los preteristas, estos tiempos angustiosos solo se manifiestan cuando el rey Artajerjes I da la orden de construir los muros, porque en el libro de Nehemías había antagonistas que intentaron arruinar el plan de los judaitas. Los preteristas interpretan el texto de 'se quitará la vida al Mesías, mas no por sí' como una referencia al sacrificio de Jesús por la humanidad.
Los preteristas totales interpretan al príncipe que ha de venir (Daniel 9:26-27) como el general Tito Flavio viniendo a destruir Jerusalén. Mientras que los preteristas parciales creen que ese príncipe se refiere al mismo Jesús. Los preteristas parciales creen que cuando el texto dice 'hará cesar el sacrificio a la mitad de la semana', se refiere a la crucifixión de Jesús que según ellos detuvo el uso de sacrificios como expiación-
Futurismo
El futurismo interpreta las profecías como relacionada con los acontecimientos futuros en un contexto literal y global. Las creencias futuristas usualmente tienen una estrecha relación con el premileniarismo y el dispensacionalismo. De acuerdo con el futurismo, la semana 70 de Daniel se producirá en algún momento en el futuro, que culminaría tras siete años (o 3.5 años, dependiendo de la denominación) de Tribulación y la aparición del Anticristo.
Tal tesis resulta paradigmática para los dispensacionalistas premileniaristas. En contraposición, el premileniarismo histórico puede o no puede plantear la semana 70 de Daniel como futura, pero todavía manteniendo la tesis del futuro cumplimiento de muchas de las profecías de los Profetas Mayores y Menores, las enseñanzas de Cristo (por ejemplo, Mateo 24) y el libro de Apocalipsis. Los dispensacionalistas típicamente sostienen que una «pausa» o «paréntesis bíblica» ocurrió entre la semana 69 y 70 de la profecía, en la que se inserta la «era de la iglesia» (esto también se conoce como la «teoría de la brecha» de Daniel 9). Se espera que la septuagésima semana comenzara después del rapto de la iglesia; para los que se quedan en la última semana se verá el reinado de la bestia (el Anticristo), el establecimiento de un sistema económico a través del número 666, un sistema religioso falso (la ramera), la Gran Tribulación y el Armagedón
Existe controversia en relación con el antecedente de 'él' en Daniel 9:27. Muchos dentro de las filas de premileniarismo no afirman «la confirmación de la alianza» se hace por medio de Jesucristo (al igual que muchos amileniaristas) pero que el antecedente de 'él' en el v. 27 se refiere de nuevo a v. 26 ('el príncipe que ha de venir', es decir, el Anticristo). El Anticristo hará un «tratado» como el Príncipe del Pacto (es decir, «el príncipe que ha de venir') con el liderazgo futuro de Israel al comienzo de la septuagésima semana de la profecía de Daniel; a mitad de la semana, el Anticristo romperá el tratado y comenzará la persecución contra un Israel reunificado. [2]
Historicismo
Testigos de Jehová y Adventistas del séptimo día representan grupos religiosos que sostienen el historicismo
Testigos de Jehová
Los Testigos de Jehová interpretan las setenta semanas de Daniel 9:24-27 como una profecía mesiánica que predice con precisión la llegada, ministerio y muerte de Jesucristo. A diferencia de otras interpretaciones, sitúan el inicio de este período en el año 455 a.N.E., cuando Nehemías recibió permiso del rey Artajerjes I para reconstruir Jerusalén, y no en el año 444 a.N.E., como sostienen algunas corrientes cristianas.jw.org Según esta interpretación, las setenta semanas representan 490 años (70 semanas de años), divididas en tres segmentos: siete semanas (49 años), sesenta y dos semanas (434 años) y una semana final (7 años). Las primeras siete semanas abarcan el tiempo desde la orden de reconstrucción hasta la finalización de la obra en Jerusalén. Las sesenta y dos semanas siguientes conducen hasta el año 29 E.C., cuando Jesús fue bautizado y ungido como el Mesías. La última semana se refiere al período de su ministerio y la posterior expansión del cristianismo, culminando en el año 36 E.C. con la conversión del primer gentil, Cornelio. Esta cronología difiere de otras interpretaciones que comienzan el conteo en el año 444 a.N.E. Los Testigos de Jehová argumentan que el año 455 a.N.E. es más coherente con los registros históricos y bíblicos, ya que Nehemías recibió la autorización para reconstruir no solo el templo, sino también los muros y la ciudad de Jerusalén, cumpliendo así con la "salida de la palabra para restaurar y reedificar a Jerusalén" mencionada en Daniel 9:25 En cuanto al "Mesías será cortado" de Daniel 9:26, interpretan que se refiere a la muerte de Jesús en el año 33 N.E., a la mitad de la última semana. Este acto puso fin al antiguo sistema de sacrificios y ofrendas, cumpliendo así con la profecía de que 'hará cesar el sacrificio y la ofrenda' (Daniel 9:27). La destrucción de Jerusalén en el año 70 por las fuerzas romanas bajo Tito se ve como el cumplimiento de las desolaciones predichas al final de las setenta semanas. [3]
Adventistas del séptimo día
Por otro lado, la creencia adventista es que 69 de estas semanas (483 años) se concluyen con la llegada del Mesías, y la última semana guarda relación con los acontecimientos finales de la redención. El comienzo de este cómputo se sitúa 'desde la salida de la palabra para reparar y edificar Jerusalén”, es decir, desde el momento en que se emitió el decreto oficial para reconstruir la ciudad. Entre los diferentes decretos que permitieron la restauración, el de Artajerjes (mencionado en Esdras 7) destaca como el más pertinente, ubicándose alrededor del 457 a. C. Esta manera de entender el pasaje busca mostrar cómo la precisión en la división del tiempo está en consonancia con hechos históricos, lo cual, según esta interpretación, evidencia la confiabilidad de la profecía y permite identificar al verdadero Mesías en contraste con quienes no se ajustaron a esta línea temporal. Para los adventistas, la última semana del período profético se vincula directamente con la vida y el ministerio terrenal de Jesús. Según esta interpretación, los primeros tres años y medio de esa semana abarcan su ministerio, y cuando se llega a la mitad de ese tiempo —es decir, tres años y medio después— se produce su muerte en la cruz. Este evento es crucial, ya que se entiende que con su sacrificio se puso fin al sistema de sacrificios y ofrendas en el templo. Luego, los tres años y medio restantes corresponden al periodo en el que el mensaje del evangelio se transmitía exclusivamente a los judíos. Finalmente, la semana se cierra con un rechazo definitivo del mensaje por parte del liderazgo judío, hecho que se simboliza con episodios como el apedreamiento de Esteban y la dispersión de los primeros creyentes. [4]
Judaísmo
Las semanas de Daniel como referentes a la época macabea
La mayoría de judíos considera que las profecías de Daniel ya se cumplieron en el período macabeo. Desde el punto de vista de la interpretación histórico-crítica del libro de Daniel, el autor estaría escribiendo su libro durante las persecuciones seléucidas en el siglo II a.n.e.
Primer ungido y comienzo del conteo de las semanas
Es complicado determinar una fecha precisa para el inicio de las setenta semanas desde esta perspectiva. Según Seow, quien ha escrito extensamente sobre el libro de Daniel, 'los años son simbólicos y, en el mejor de los casos, representan solo períodos históricos aproximados. Probablemente no se trate de años literales ni exactos'. Seow sostiene que el primer 'ungido' mencionado en estos textos podría ser Josué, el sumo sacerdote; el segundo, Onías III; y que el 'príncipe que ha de venir' podría interpretarse como Menelao. Además, señala que el verbo traducido comúnmente como 'destruir' (utilizado en el versículo 26 para referirse a la destrucción del templo y la ciudad) también puede interpretarse como 'causar problemas'. [5] Alternativamente, el comienzo de las 70 semanas con la 'orden para reconstruir y restaurar Jerusalén' podría darla el propio Dios por medio de Jeremías, en Jeremías 33:1. Jeremías habría sido encarcelado y profetizado estas palabras, según Jeremías 32:1 en el año décimo del rey Sedequías de Judá y el año decimoctavo de Nabucodonosor II. Según la cronología, Jeremías habría profetizado poco antes del asedio la reconstrucción de Jerusalén. Esto podría datar la profecía de Jeremías aproximadamente en el año 588 o 587 a.n.e. Sumando 7 semanas de años (49 años), se llegaría al año año 539 a.n.e. o 538 a.n.e., durante el primer año de Ciro, ubicado cronológicamente en Esdras 1:1-2, y Ciro da la orden de reconstruir Jerusalén según lo profetizado por Jeremías. De este modo se cumpliría la primera semana. El hecho de que Ciro sea identificado como el primer ungido mencionado en este texto es coherente con el hecho de que Ciro también sea llamado ungido en el libro de Isaías.
Segundo ungido y final de la semana
En cuanto al segundo ungido, casi todos los estudiosos concuerdan con debe ser Onias III. Onias III se destacó en una época crítica en la que las influencias helenísticas amenazaban con alterar las tradiciones sagradas del Templo. Fervientemente comprometido con preservar el culto ancestral, se negó a sucumbir a las presiones políticas y culturales que pretendían reformar el sacerdocio para ajustarlo a modelos extranjeros, lo que le granjeó tanto el apoyo de los fieles como la enemistad de poderosos intereses. Esta firmeza lo convirtió, en cierto sentido, en un obstáculo insalvable para quienes buscaban una transformación radical, y finalmente, las tensiones derivaron en su asesinato violento. Su trágico destino no solo significó la pérdida de un sacerdote profundamente consagrado, sino que también simbolizó, para algunos intérpretes de Daniel, la interrupción abrupta de una legítima línea sacerdotal, cumpliendo así la imagen del “ungido cortado” que marcaría un antes y un después en la historia del Templo de Jerusalén.
Según George Athas, las primeras 7 semanas transcurren desde el año 587 a.N.E. hasta el año 538 a.N.E.. Luego, las 62 semanas, es decir, los 434 años, se comienzan a contar desde el año 605 a.N.E. y terminan en el año 171 a.N.E. Al comienzo de la semana 70, es decir, hacia 171/170 a.N.E., Onias III (el segundo ungido 'cortado') es asesinado 'más no por sí'. A la mitad de la semana 70, es decir, hacia el año 167 a.N.E., Antíoco IV Epífanes profana el templo colocando un altar de Zeus, es decir, 'hace cesar el sacrificio' (Daniel 9:27) y pone la abominación desoladora en él. Al final de la semana 70, hacia 164/163 a.N.E., muere Antíoco IV Epífanes en guerra. 'Y sobre el wing de las abominaciones vendrá el desolador; hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.' Los Macabeos toman Jerusalén y rededican el templo.
Posible profecía sobre la guerra judeorromana
En menor medida se suele interpretar esta profecía como referente a la guerra juderromana, que tuvo lugar entre los años 66-73 N.E.
- Los 7 años se la última semana son vistos como los años de la guerra judeorromana.
- El segundo ungido que es cortado al comienzo de la última semana puede ser interpretado como Mattathias ben Theophilus, fue el Sumo Sacerdote judío (Kohen Gadol) al comienzo del Revolución judía, y fue derrocado por las fuerzas revolucionarias, muerto en el año 66. Otro candidato podría ser Anás ben Anás, fue un Sumo Sacerdote de Israel en Jerusalén durante la era herodiana hasta el año 63. Murió en el año 68. Ambos se podrían considerar ungidos por haber sido sacerdotes.
- En Daniel 9:26 El líder que ha de venir y que mantuvo un pacto con muchos es identificado como el general Tito
- La destrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén con una inundación (Daniel 9:26) es identificada con la destrucción de Jerusalén en el año 70.
- Daniel 9:27 a la mitad de la Guerra Judío-Romana son interrumpidos los sacrificios por la destrucción del templo en el año 70.
Quizá el mayor problema con esta interpretación sea que muy probablemente Daniel 9:27 sugiere que el desolador finalmente moriría en guerra derrotado, cosa que no aconteció ni con Tito Flavio ni con su padre Vespasiano Flavio, pero sí fue el destino final de Antíoco IV Epífanes. Por ello, pocos eruditos respaldan esta interpretación.
Otras
Paralelismos con escritos apócrifos
Las 70 semanas de Daniel es un texto similar al Apocalipsis se las semanas de Enoc, en 1 Enoc 93, donde el punto de inflexión de la historia se produce al final de la séptima semana. En el Apocalipsis de los Animales (1 Enoc 83-90), Israel está sujeto a setenta pastores. El Rollo de Melquisedec de Qumrán (11QMelch) presenta un esquema de diez jubileos o 490 años, y en este contexto el contexto en Levítico es evidente. El esquema de las setenta semanas también es explícito en el Pesher sobre los Períodos (4Q180 y 181) de Qumrán (J. T. Milik, Los Libros de Enoc [Oxford: Oxford University Press, 1976] 249-53). [6]
Manuscritos
Enlaces externos
- Reina-Valera 1960 (RVR1960) - Oración de Daniel por su pueblo. (Biblia protestante).
- Biblia de Jerusalén - Daniel 9. (Biblia católica).
- Traducción del Nuevo Mundo - Daniel 9. (Biblia de los Testigos de Jehová).
Fuentes
- Fernando Saravi. 'La profecía de las setenta semanas: otro punto de vista'.
- Filosofía Judía, Irving Gattel. (2024). 'Las 70 Semanas de Daniel - Judíos explican su VERDADERO cálculo'.
- George Athas. (2009). 'In Search of the Seventy ‘Weeks’ of Daniel 9'. Journal of Hebrew Scriptur
Referencias
- ↑ Encyclopaedia Britannica - «The Book of Daniel» .
- ↑ J. Daniel Hays, J. Scott Duvall, C. Marvin Pate. (2009). 'Dictionary of Biblical Prophecy and End Times'. Pág. 269.
- ↑ Perspicacia para comprender las Escrituras - 'SETENTA SEMANAS'.
- ↑ William H. Shea. (1991). 'When Did the Seventy Weeks of Daniel 9:24 Begin?'.
- ↑ Choon Leong Seow. (2003). 'Daniel'. Pág. 149-150.
- ↑ John J Collins. (1984) «Daniel : with an introduction to apocalyptic literature». Pág. 92.