Diferencia entre revisiones de «Sionismo»

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Revisión del 10:37 12 sep 2011

Sionismo
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Concepto:Movimiento nacionalista y colonialista judío que, desde finales del siglo XIX, se propuso la creación del estado de Israel y promovió, y promueve, la migración de judíos a Palestina, la ancestral "tierra prometida".

Sionismo. Podemos definir sionismo como aquel movimiento político encaminado a la reunión nacional de los judíos. Esta definición permite diferenciar con claridad los de judío y de sionista, conceptos que la propaganda sionista ha querido confundir pero que cualquiera con el más mínimo sentido común puede distinguir. El concepto de judío tiene dos acepciones que el DRAE ya distingue: por un lado el judío es el perteneciente al pueblo que habitó la actual Palestina en tiempos pretéritos y por otro, también se denomina judío a quien profesa la fe de Moisés. En un inicio ambas acepciones estaban unidas estrechamente pero con el proceso de secularización paulatino de la comunidad judía se hizo pertinente la diferenciación. Nosotros al hablar de los judíos nos referiremos a los individuos que se sienten pertenecientes a una tradición cultural común, esta definición engloba a las dos acepciones usuales del término “judío”.

Objetivos

Los objetivos del sionismo fueron puestos en práctica por la Organización Sionista Mundial (órgano político del Movimiento Sionista), fundada en 1897 en Basilea por Theodor Herzl, considerado el padre del sionismo en general y de la rama política en particular (otras ramas son: el sionismo socialista, el sionismo revisionista, el sionismo religioso, etc).

Hasta el Holocausto, la idea sionista compitió con otra corriente igualmente extendida, sobre todo en Estados Unidos y Europa occidental, que no consideraba a los judíos como pueblo sino como minoría religiosa que debía integrarse y luchar por su plena igualdad en las sociedades en las que vivían. Una forma extrema de esta última idea preconizaba incluso la renuncia a la religión judía. El sionismo conjuga dos elementos: independencia y soberanía por un lado, y la centralidad de Israel en la identidad judía por el otro. Los objetivos del movimiento sionista están delineados en el Programa de Jerusalén, cuya última versión dice:

Los objetivos del sionismo son:

  • La unidad del pueblo judío y la centralidad de Israel en la vida judía.
  • La reunificación del pueblo judío en su patria histórica, Eretz Israel, a través de la Aliyá desde todos los países del mundo.
  • El fortalecimiento del Estado de Israel basado en la visión profética de justicia y paz.
  • La preservación de la identidad del pueblo judío a través de la promoción de la educación judía, hebrea y sionista, y los valores espirituales y culturales judíos.
  • La protección de los derechos de los judíos en todos los lugares.

Antes del sionismo

El sionismo tomó su nombre de Zion, una de las colinas de Jerusalén . Este movimiento, aunque se originó formalmente en Europa central y del Este a fines del siglo XIX, es en gran medida la continuación del antiguo y arraigado sentimiento judío de que su "destino histórico" se encuentra en Palestina.

Desde los siglos XVI y XVII una serie de "Mesías" promovían el regreso de los judíos a la "tierra prometida". Y aunque cien años después se creó el movimiento Haskala ("iluminación"), que pedía a los judíos que se asimilaran a la cultura secular occidental, el interés de regresar a Palestina renació a principios del siglo XIX, sobre todo entre los judíos rusos y de Europa del Este, que sufrían detenciones y arbitrariedades en los pogroms zaristas. Esta situación los llevó a formar la organización Hoveve Zion (adoradores de Zion), que proponía el asentamiento de granjeros y artesanos judíos en Palestina.

Teodor Herzl y la oficialización del sionismo

El sionismo adquirió un alcance político gracias a Teodor Herzl, un periodista austríaco que pensaba que los judíos eran capaces de asimilarse a la cultura occidental, pero era algo imposible de lograr en vista del antisemitismo que reinaba en toda Europa. Así, argumentaba, las presiones externas obligaban a los judíos a formar una nación propia en un solo territorio, para llevar una vida normal.

En 1897, Herzl organizó el primer congreso sionista en Basilea, Suiza, cuyo programa decía: "el sionismo quiere crear un hogar para los judíos en Palestina, al amparo de la ley pública". El centro de este movimiento se estableció en Viena, donde Herzl publicó su semanario oficial Die Welt (El mundo). Los congresos sionistas se reunían anualmente hasta 1901 y después cada dos años. Cuando el gobierno otomano rechazó la propuesta de Herzl de otorgar la autonomía a Palestina, los sionistas buscaron el apoyo de Gran Bretaña.

En 1903 el gobierno británico ofreció a los judíos 6 mil millas cuadradas deshabitadas en Uganda para que se establecieran, pero los sionistas rechazaron esta oferta e insistieron en Palestina. Con la muerte de Herzl en 1904, el liderazgo sionista se trasladó de Viena a Colonia y después a Berlín. Antes de la primera Guerra Mundial, sólo una minoría de judíos pertenecían al sionismo, la mayoría rusos, dirigidos por judíos austríacos y alemanes. El sionismo era la única asociación mundial de judíos democráticamente organizada; desarrolló una intensa propaganda a través de oradores y panfletos, creó diarios en diversos idiomas e infundió ímpetu al "renacimiento judío" en las letras y las artes. El desarrollo del hebreo moderno se llevó a cabo durante este período.

La migración sionista a Palestina y la Declaración de Balfour

El fracaso de la revolución rusa de 1905, la proliferación de pogroms y la represión que siguió provocó la migración de grandes cantidades de jóvenes judíos rusos a Palestina. En 1914, había cerca de 90 mil judíos en Palestina; 13 mil de ellos vivían en 43 asentamientos agrícolas, muchos de ellos financiados por el filántropo judío francés Barón Edmond de Rothschild.

Con el estallido de la primera Guerra Mundial, el sionismo se extendió. El liderazgo lo asumieron ahora los judíos rusos que vivían en Inglaterra. Los sionistas Chaim Wizmann y Nahum Sokolow promovieron la Declaración de Balfour, donde los británicos prometían apoyar a los judíos en la creación de un estado nacional judío en Palestina. Esta declaración fue incluida en el mandato británico de la Liga de las Naciones sobre Palestina (1922).

En los años siguientes, los sionistas construyeron varios asentamientos urbanos y rurales en Palestina, perfeccionando la organización autónoma y fortaleciendo la vida cultural y educación hebreas. En marzo de 1925, la población judía en Palestina se estimaba oficialmente en 108 mil; ocho años después ascendía a 238 mil. La inmigración judía fue moderada hasta el ascenso del nazismo en Alemania.

Oposición árabe al sionismo

Bajo el mandato británico, muchos campesinos árabes fueron desarraigados de sus aldeas y despojados de sus tierras, cuando terratenientes ausentes vendían sus propiedades a los sionistas. La población árabe temía que, eventualmente, Palestina se convirtiera en un estado judío y hacían todo lo posible para resistir a los sionistas y a la política británica que los apoyaba. Hubo varias revueltas árabes, especialmente en 1929 y 1936-39, que provocaron que los ingleses limitaran el apoyo a los sionistas, lo que causó una ola de atentados terroristas sionistas contra los árabes y los ingleses. La escalada del nazismo, la exterminación de judíos en Europa y el acoso que sufrieron en buena parte del mundo, provocó que un gran número de judíos buscaran refugio en Palestina y muchos otros, especialmente de los Estados Unidos, se unieran al sionismo. Como la tensión árabe-sionista crecía, los británicos decidieron dejar el asunto en manos de la ONU. Ésta propuso, en noviembre de 1947, la división del territorio en dos naciones separadas, la árabe y la judía, así como la internacionalización de Jerusalén. En 1948, una vez creado el estado de Israel, las organizaciones sionistas de todo el mundo se dedicaron a reunir fondos para apoyar a los israelíes y a los inmigrantes judíos que se establecían en Palestina.


Corrientes del sionismo

En los primeros días del movimiento sionista se acostumbraba agregar la palabra "sionista" un adjetivo que atestiguaba las distintas corrientes y sus formas de llevar a cabo esta ideología. Sionismo político - era la corriente de la cual Hertzel era su representante, que tenía necesidad de sintetizar su labor en primer lugar a una acción política, la de conseguir el charter (edicto de derechos políticos) para posibilitar la acción en Israel con la aceptación de una potencia y su respaldo, como condición para el establecimiento de un hogar Nacional Judío. Sionismo realizador - era la corriente de un movimiento sionista que demandaba la inmigración a Israel, crear asentamientos, consolidarse en el aspecto económico sin condicionar esta actividad con la obtención de derechos políticos. Esta corriente fue liderada por Menajem Ussishkin. Sionismo sintético - esta corriente del sionismo se consolidó luego de la primer guerra mundial, el representante era el doctor Jaim Weitzman, era una corriente para equilibrar entre el sionismo político y el realizador. Los fundamentos de este sionismo eran: realización política, flexibilidad en la búsqueda de un común denominador de todas las ideas sionistas. Sionismo religioso - era la corriente del movimiento sionista cuyos pensadores eran los rabinos Alkalai, Kalisher, Mohiver y Hanetziv (Naftali Tzvi Iehuda Berlin). En el fundamento de esta corriente se entrelazaron la religión con el nacionalismo judío, el anhelo de devolver al pueblo de Israel no solo libertad política sino también su Torá. un judaísmo de preceptos era una condición para la existencia de un pueblo en su tierra. Sionista socialista - esta corriente puso como fundamento la igualdad social en la nueva sociedad que estaba creado en la tierra de Israel. El fundador de esta corriente fue Najman Sirkin que creía que el sionismo era una necesidad histórica - económica para el pueblo judío y para el trabajador judío que se le ha otorgado la responsabilidad histórica de liberar a su pueblo. De esta idea sionista - socialista se crearon varios movimientos juveniles, movimientos de asentamientos y partidos políticos en el estado. Sionismo espiritual - este pensamiento nacional judío moderno con ideología sionista fue creado y fundado por Ajad Haam. A su modo de ver el surgimiento nacional del pueblo de Israel será a través de creaciones espirituales judías sobre la tierra de Israel - la patria histórica del pueblo. Ajad Haam no creía en la posibilidad que en la tierra de Israel se pudiera albergar a todas las masas de Israel. Según él, el sionismo no debería dar una solución económica del pueblo sino a la problemática espiritual. Sionismo revisionista - esta corriente creada por Zeev Zabotinsky que en 1925 quiso modificar la prudente idea de Jaim Weitzman (ver sionismo sintético). Entre las metas del sionismo revisionista: presionar constantemente a Gran Bretana para formar un estado judío en los dos lados del Jordán, obtener mayoría de judíos en la tierra de Israel, preparación de un ejército para la juventud, una posición agresiva ante Gran Bretana. De las filas del sionismo revisionista se crearon los movimientos de Etzel y Leji. Sionismo general - Hasta los años 20, así eran apodados los sionistas que participaban de los congresos sin pertenecer a un partido. Con el correr de los años se consolidaron los "sionistas generales" a movimientos ideológicos y eran representantes de la organización sionista general que era un partido central en la organización sionista. Sus fundamentos eran: sionismo al estilo Basilea sin agregados ideológicos, y que el sionismo obtenga la primicia ante todo interés tanto de partidos como individual disciplina nacional en cada acto sionista.


La Organización Sionista

La Organización Sionista Mundial, fue creada en el primer congreso sionista en Basilea en 1897. Era el ente principal del pueblo judío para el establecimiento del Estado de Israel. Hasta la creación del estado la dirección sionista operaba como "el gobierno en camino". Ella funcionaba para el resurgimiento nacional judío dentro del pueblo, así como la inmigración y el asentamiento judío en la tierra de Israel. Así también funcionaba como medio de información entre los políticos para conseguir un reconocimiento nacional para sus finalidades sionistas. Sus esfuerzos dieron sus frutos con la declaración de Balfour en 1917, con ella se consiguió la simpatía del gobierno británico al anhelo sionista de crear un hogar nacional judío en la tierra de Israel. Desde la creación del estado las actividades del movimiento se centraron especialmente en la diáspora para fortalecer al pueblo judío en los ámbitos de educación judía, alentar la inmigración y la lucha contra la asimilación.

Antisionismo

El sionismo no recibió en sus comienzos - fines de siglo XIX - el apoyo mayoritario de los judíos. En particular, no contó con las simpatías de la mayoría de los judíos de Europa occidental, que creyeron poder considerarse a sí mismos como ciudadanos con plenos derechos en sus respectivos países, tras los aires de emancipación y tolerancia que trajo consigo la Ilustración. La forma más exacerbada de oposición a las ideas sionistas se conoció como integracionismo (también llamado «asimilacionismo»), y afirmaba que el sionismo era análogo al antisemitismo, en la medida en que ambos niegan la condición de nacionales de un determinado país a los judíos. Una manifestación extrema de integracionismo es la conversión a la fe cristiana. Un ejemplo anecdótico de antisionismo fue el de Edwin Samuel Montagu, ministro judío del Gobierno británico que puso muchas trabas a la redacción de la Declaración Balfour tachándola de antisemita. La oposición al sionismo existía también entre el movimiento Bundista en Europa oriental, que buscaba la autonomía cultural de los judíos en los países donde vivían; así como de la mayoría de los judíos ortodoxos. Entre estos últimos sigue habiendo algo de ambigüedad e inclusive hostilidad al sionismo. El caso Dreyfus fue determinante para inspirar a Herzl, al considerar al sionismo como única solución plausible y efectiva contra el antisemitismo europeo. El impacto emocional del Holocausto convenció definitivamente a numerosos judíos asimilados, socialistas y ortodoxos, refractarios con el sionismo, que quedaban en Europa.

En Europa oriental, lugar donde el sionismo se hizo fuerte debido en muy gran medida a las incesantes persecuciones a que eran sometidos los judíos por el zarismo, la idea de un Estado judío, o incluso de pueblo judío, fue rechazada por numerosos judíos miembros de organizaciones revolucionarias, marxistas o anarquistas, quienes consideraban que la condición de judío derivaba de la religión y que, una vez erradicada ésta, la distinción entre judíos y no judíos desaparecería. Estas ideas no impidieron, sin embargo, que hubiese también un importante movimiento sionista marxista.

La población árabe de Palestina, apoyada por el nacionalismo árabe, se opuso al sionismo, negándose a aceptar la partición del Mandato Británico de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe, según la recomendación de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947. Por esta razón, los estados árabes de la zona apostaron por la destrucción del novel Estado judío, desencadenando una guerra que se saldó con el exilio de cientos de miles de árabes palestinos, la ampliación de Israel más allá de los límites previstos en el plan de partición de la ONU y la ocupación por parte de Egipto y Transjordania de la parte asignada al Estado árabe. Este conflicto se conoce como Guerra de Independencia de Israel en la historiografía israelí y como Nakba (desastre) en la árabe. El conflicto se hizo sentir más allá de las fronteras palestinas, ya que las comunidades judías que habitaban en países árabes (muchas desde antes de ser arabizados e islamizados), se vieron obligadas a emigrar en las décadas siguientes, víctimas potenciales del «antisionismo». El fenómeno tuvo características diferentes según los países, aunque en general liquidó prácticamente las comunidades hebreas en países árabes. Algunas fuentes hacen hincapié en la judeofobia y en las migraciones inmediatamente posteriores a la guerra de 1948, mientras que otras señalan un proceso de emigración mucho más largo y debido a una multiplicidad de factores, entre los cuales siguen estando los ecos del conflicto árabe-israelí, a los que se añaden económicos, culturales y otros. He aquí un cuadro que lo resume:


Fuentes