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{{Lugares_celebres|nombre=|imagen=|mapa=|descripcion=|nombre_del_autor=|ubicacion_geografica=}}La Habana Vieja Patrimonio de la Humanidad. Parte más antigua de la actual Ciudad de La Habana. Único espacio que abarcó la ciudad durante los primeros siglos coloniales donde tienen asiento las fortalezas, los grandes monumentos antiguos, que la convierten en el conjunto colonial más rico de América Latina.<br>
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<br>Fundada la Villa de San Cristóbal de La Habana el 25 de julio de 1514 por el primer teniente gobernador que tuvo la Isla, Diego Velázquez de Cuéllar<br>En 1519 se celebró el establecimiento de la Villa en el Puerto de Carenas que es el mismo que hoy ocupa nuestra capital, el 16 de noviembre, por ser esa la nueva fecha de la festividad de San Cristóbal, patrono de La Habana.<br>En las dos primeras décadas era La Habana sólo un núcleo de bohíos a la orilla de la bahía, desde el lugar que en la calle de Tacón ocupaban hasta hace poco las Secretarías de Estado, Justicia y Gobernación, hasta el sitio que ocupa la Lonja del Comercio, El centro de la población era ya la Plaza de Armas, residencia de los principales vecinos, poseedores más que propietarios, de estancias de cultivo para el abastecimiento de los navíos de tránsito.<br>En 1556, durante el mandato del capitán Diego de Mazariegos, dispuso la Corona que fuese La Habana la residencia oficial de los Gobernadores de la Isla, quedando desde entonces, por ello y por las condiciones topográficas especiales del lugar y principalmente de su puerto, convertida definitivamente La Habana en capital de la Isla.<br>Incendiada y destruida casi totalmente la muy pobre y modesta Villa por el pirata francés Jacques de Sores, en 1555, al comenzar a reconstruirse la población, ya el Cabildo ordenó levantar planos con el trazado de calles y demarcación de solares, concediéndose por aquél las licencias a los vecinos para la fabricación de sus casas en los terrenos que previamente habían solicitado.<br>
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<br>Desde 1538 la Corona había decidido fortificar La Habana, la Fuerza, no se terminó hasta 1540, pero en 1545 se demostró que no tenía más que el nombre y ello se comprobó cuando el pirata francés Jacques de Sores, asaltó La Habana el 10 de julio de 1555.<br>En 1556 ordenó la Corona la construcción de otra fortaleza, cuyas obras no se empezaron hasta el 1 de diciembre de 1558. La Fuerza se terminó en 1574.<br>En 1630 se concluyó la fortaleza de El Morro y en 1593 se puso en condiciones aceptables el Castillo de la Punta.<br>En 1592 concedió el Rey Felipe el título de ciudad a La Habana.<br>En esa fecha, y ya desde 1575, sólo contaba la hasta entonces Villa con cuatro calles importantes o reales, algunas más, secundarias, y desde luego, la ya mencionada plaza pública, siendo la calle más importante la de Los Oficios, ocupada en casi su totalidad por establecimientos.<br>En 1634, una Real Cédula de 24 de mayo, señalaba La Habana como "Llave del Nuevo Mundo y antemural de las Indias Occidentales”.<br>
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<br>Por los años 1667 a 1674 se comenzó la obra de la muralla que debía rodear y defender la población, terminándose, con el camino cubierto y los fosos, en 1797. Las murallas no sólo llenarían una finalidad de defensa bélica —que en realidad sólo fue utilizada en su parte marítima cuando la toma de La Habana por los ingleses, en 1762— sino que también servirían de base para la división de la ciudad en dos grandes zonas: Intramuros y Extramuros.
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<br>Dentro de la primera zona, quedó encerrada lo que se ha llamado La Habana antigua o De Intramuros, o sea desde la orilla izquierda del mar hasta las calles de Ejido y Monserrate y dentro de la segunda zona o sea, La Habana nueva o moderna o De Extramuros, se comprendió toda la extensión y ampliación experimentada por la ciudad a medida que fue desarrollándose y creciendo, primero, hasta los límites determinados por el torreón de San Lázaro, el Cementerio General o sea de Espada, y la esquina de Tejas, y después en sus sucesivas expansiones.<br>El crecimiento de la población fuera de su recinto amurallado, hizo de las murallas algo innecesario y que constituía estorbo, no sólo para el mejor tránsito y tráfico en la ciudad sino también para los fines mismos de resguardo y defensa, por lo que desde 1841, el Ayuntamiento habanero demandó el derribo de murallas, no accediéndose a ello por la Corona hasta 1863, por Reales Ordenes de 22 de mayo y 11 de junio de ese año, gracias a las gestiones en este sentido realizadas por el general Gutiérrez de la Concha que desempeñaba entonces el Ministerio de Ultramar. El derribo se inauguró el 8 de agosto del citado año en la parte donde se abrían las puertas llamadas De Monserrate que miraban respectivamente, a las calles de Obispo y O'Reilly.<br>Pero no obstante esa demolición, ha seguido conservándose, si no oficial, sí tradicional y popularmente, la división de la Ciudad en Intramuros y Extramuros, o sea en La Habana antigua y moderna.<br><br><br>
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Revisión del 08:41 28 dic 2009

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La Habana Vieja Patrimonio de la Humanidad. Parte más antigua de la actual Ciudad de La Habana. Único espacio que abarcó la ciudad durante los primeros siglos coloniales donde tienen asiento las fortalezas, los grandes monumentos antiguos, que la convierten en el conjunto colonial más rico de América Latina.


Su pasado. Breve reseña histórica


Fundación


Fundada la Villa de San Cristóbal de La Habana el 25 de julio de 1514 por el primer teniente gobernador que tuvo la Isla, Diego Velázquez de Cuéllar
En 1519 se celebró el establecimiento de la Villa en el Puerto de Carenas que es el mismo que hoy ocupa nuestra capital, el 16 de noviembre, por ser esa la nueva fecha de la festividad de San Cristóbal, patrono de La Habana.
En las dos primeras décadas era La Habana sólo un núcleo de bohíos a la orilla de la bahía, desde el lugar que en la calle de Tacón ocupaban hasta hace poco las Secretarías de Estado, Justicia y Gobernación, hasta el sitio que ocupa la Lonja del Comercio, El centro de la población era ya la Plaza de Armas, residencia de los principales vecinos, poseedores más que propietarios, de estancias de cultivo para el abastecimiento de los navíos de tránsito.
En 1556, durante el mandato del capitán Diego de Mazariegos, dispuso la Corona que fuese La Habana la residencia oficial de los Gobernadores de la Isla, quedando desde entonces, por ello y por las condiciones topográficas especiales del lugar y principalmente de su puerto, convertida definitivamente La Habana en capital de la Isla.
Incendiada y destruida casi totalmente la muy pobre y modesta Villa por el pirata francés Jacques de Sores, en 1555, al comenzar a reconstruirse la población, ya el Cabildo ordenó levantar planos con el trazado de calles y demarcación de solares, concediéndose por aquél las licencias a los vecinos para la fabricación de sus casas en los terrenos que previamente habían solicitado.


Fortificaciones


Desde 1538 la Corona había decidido fortificar La Habana, la Fuerza, no se terminó hasta 1540, pero en 1545 se demostró que no tenía más que el nombre y ello se comprobó cuando el pirata francés Jacques de Sores, asaltó La Habana el 10 de julio de 1555.
En 1556 ordenó la Corona la construcción de otra fortaleza, cuyas obras no se empezaron hasta el 1 de diciembre de 1558. La Fuerza se terminó en 1574.
En 1630 se concluyó la fortaleza de El Morro y en 1593 se puso en condiciones aceptables el Castillo de la Punta.
En 1592 concedió el Rey Felipe el título de ciudad a La Habana.
En esa fecha, y ya desde 1575, sólo contaba la hasta entonces Villa con cuatro calles importantes o reales, algunas más, secundarias, y desde luego, la ya mencionada plaza pública, siendo la calle más importante la de Los Oficios, ocupada en casi su totalidad por establecimientos.
En 1634, una Real Cédula de 24 de mayo, señalaba La Habana como "Llave del Nuevo Mundo y antemural de las Indias Occidentales”.


La Muralla


Por los años 1667 a 1674 se comenzó la obra de la muralla que debía rodear y defender la población, terminándose, con el camino cubierto y los fosos, en 1797. Las murallas no sólo llenarían una finalidad de defensa bélica —que en realidad sólo fue utilizada en su parte marítima cuando la toma de La Habana por los ingleses, en 1762— sino que también servirían de base para la división de la ciudad en dos grandes zonas: Intramuros y Extramuros.


Intramuros y Extramuros


Dentro de la primera zona, quedó encerrada lo que se ha llamado La Habana antigua o De Intramuros, o sea desde la orilla izquierda del mar hasta las calles de Ejido y Monserrate y dentro de la segunda zona o sea, La Habana nueva o moderna o De Extramuros, se comprendió toda la extensión y ampliación experimentada por la ciudad a medida que fue desarrollándose y creciendo, primero, hasta los límites determinados por el torreón de San Lázaro, el Cementerio General o sea de Espada, y la esquina de Tejas, y después en sus sucesivas expansiones.
El crecimiento de la población fuera de su recinto amurallado, hizo de las murallas algo innecesario y que constituía estorbo, no sólo para el mejor tránsito y tráfico en la ciudad sino también para los fines mismos de resguardo y defensa, por lo que desde 1841, el Ayuntamiento habanero demandó el derribo de murallas, no accediéndose a ello por la Corona hasta 1863, por Reales Ordenes de 22 de mayo y 11 de junio de ese año, gracias a las gestiones en este sentido realizadas por el general Gutiérrez de la Concha que desempeñaba entonces el Ministerio de Ultramar. El derribo se inauguró el 8 de agosto del citado año en la parte donde se abrían las puertas llamadas De Monserrate que miraban respectivamente, a las calles de Obispo y O'Reilly.
Pero no obstante esa demolición, ha seguido conservándose, si no oficial, sí tradicional y popularmente, la división de la Ciudad en Intramuros y Extramuros, o sea en La Habana antigua y moderna.