Cocina de Chile

Cocina chilena

Chile es un país único por su variedad de climas, paisajes, y sobre todo las personas. Todo esto se refleja en su cocina, elaborada principalmente a base de carnes, aves, pescados, mariscos, frutas y verduras. Donde no pueden faltar las empanadas, humitas, pastel del choclo, cazuela de ave , bistec a lo pobre, caldillo de congrio, sopa de machas, pescado al horno, carbonada, siempre acompañados de un pan recién salido del horno y un vaso de vino. La comida Chilena condensa tradiciones, sabores, variedad de cultura, aromas de la tierra. La gastronomía de Chile es producto de la amalgama de la tradición indígena con el aporte colonial español, combinando sus alimentos, costumbres y hábitos culinarios. A lo largo del tiempo, ha tenido aportes menores de cocinas europeas por parte de inmigrantes, como la alemana e italiana; sin embargo, en el siglo XX tuvo una importante y marcada influencia de la reconocida cocina francesa. Estos elementos conforman lo que se conoce actualmente como cocina criolla chilena.


Productos Marinos

Un elemento característico del ámbito culinario chileno es la variedad y calidad de pescados y mariscos, favorecida por la situación geográfica en la que se encuentra el país. Entre otros productos están el pulpo, lenguado, albacora, bacalao, cochayuyo, merluza, corvina, palometa, raya, mero y atún. El congrio colorado, negro o dorado se toma frito, al horno, o en un guiso, conocido como caldillo de congrio, que mereció una oda del poeta chileno y ganador del premio Nobel Pablo Neruda. La corriente de Humboldt provoca a que la oferta del marisco sea muy amplia y cualificada como la de pescados: locos u orejas marinas, langostinos, ostiones, gambas, erizos, machas (almejas), cangrejos gigantes, centollas, camarones, ostras, langostas, percebes, picorocos, incluso anguilas que son parecidas a los chanquetes. [[A lo largo de Chile se encuentran miles de especies. Sólo en la costa deLa Serena y Coquimbo]] se encuentra una gran variedad de especies de peces; en el consumo de mariscos, los erizos y los picorocos (percebes), ambos prácticamente son ajenos a la cocina de casi todas las demás naciones, productos que a futuro pudiesen llegar a constituir propuestas novedosas en el mercado exterior. Otros casos importantes lo revisten la presencia de las langostas de Juan Fernández (preparadas bajo el nombre de «perol de langosta»), la centolla, el mejillón, el krill austral, etc. En el sur están las ostras gigantes, las navajuelas y el huepo de Chiloé. En fin, el mar chileno da una amplia calidad y variedad productos marinos a la gastronomía nacional y al mercado exterior, ya que Chile es uno de los principales países exportadores en el mundo de productos del mar, ocupa el segundo lugar mundial en la exportación de harina de pescado y el primero en la exportación de salmón de alta calidad y libre de contaminación (30% del mercado mundial), sobrepasando a Noruega en el 2006; actualmente una importante fuente de riqueza por la exportación a Japón, Estados Unidos, incluso a Europa; de igual forma es importante la cría de truchas.


Repostería

En el siglo XVII, las monjas dieron un gran impulso a la repostería colonial chilena, y de allí proviene la expresión, válida hasta hoy, «hecho con mano de monja», para decir que un postre es exquisito. Fue una época pródiga en esta faceta culinaria hasta entonces desconocida. Las religiosas imitaban, con almendras y pastas, desde los más delicados dulces hasta frutas naturales, servicios de mesa, vasos e incluso servilletas. A estas imitaciones, se les llamó «contrahechos» de las monjitas, llegando a ser tan perfectas que muchas veces llevaron al engaño. Otros postres son el alfajor, el dulce de membrillo, los duraznitos de la virgen, el manjar,[4] las sustancias, entre muchos otros, y constituían los regalos típicos de las navidades coloniales. También la influencia española de la repostería judeo-morisca marcó su herencia gastronómica con recetas como los alfajores, las alojas de papaya o de piña, las compotas y frutas en almíbar elaboradas con frutas autóctonas, huevo mol, el manjar,[4] sin olvidar las frutas de sartén como los buñuelos y los picarones. Otras dulces conocidos, y bastante consumidos, son el brazo de reina, el chumbeque, los churros, los cuchuflíes, los dulces de La Ligua, las empanadas dulces, los empolvados, la leche asada, el pan de Pascua, este último sobre todo en época navideña, y las tortas curicanas.


Cocina rápida

Durante el siglo XX, se desarrolló una característica «comida rápida chilena», tipo de comida que se estila vender en locales pequeños de comida llamados fuentes de soda o en locales de venta ambulante. Entre los sándwiches más antiguos están los dos más famosos, conocidos por los nombres de sendos políticos chilenos, un exministro y un expresidente:

  • Barros Jarpa, que consiste en un sándwich de queso derretido y jamón, y
  • Barros Luco, que, a diferencia del anterior, lleva queso derretido y carne a la plancha.

Otro plato de comida de este tipo es el pollo a las brasas, conocido en Chile desde antaño como «pollo Spiedo», el cual es muy popular por su forma rápida de adquirirlo. Otros, como los calzones rotos, las empanadas de queso, las manzanas confitadas, el pan con chicharrones, los picarones y las sopaipillas, y el sándwich, coloquialmente «sánguche», de potito, que se vende tradicionalmente a la salida de los partidos de fútbol. Todos ellos se estila venderlos en forma ambulante en la calle. Este tipo de comida, sobre todo la que expende en la calle, es consumida con frecuencia por gran parte de la gente, por sus bajos precios y por la falta de tiempo para cocinar en casa; sin embargo, al ser comidas altas en grasas y glúcidos, han provocado el aumento de la obesidad en la sociedad chilena, problema de salud que está afectando cada día a más personas.


Bebidas

En Chile, las bebidas tradicionales son la chicha, el pisco chileno y el vino. Este último es la principal bebida alcohólica, principalmente en sus cepas Cabernet Sauvignon, Carménère, Chardonnay, Merlot y Sauvignon Blanc,[5] y es conocido en todo el mundo por su aroma, calidad y cuerpo, lo que lo ha llevado a obtener varios premios mundiales. Entre las bebidas alcohólicas nacionales, se encuentran:

  • El cola de mono, sobre todo en época navideña,
  • El jote,
  • El pajarete,
  • La piscola, también llamada «combinado nacional», que tiene al 8 de febrero como su día de conmemoración,
  • El pisco sour,
  • El ponche de culén,
  • El ponche de frutas, mezcla de vino y fruta de la estación (chirimoyas, duraznos o frutillas). En caso de la mezcla de vino con frutillas, se denomina borgoña a la mezcla con vino tinto y clery a la mezcla con vino blanco,
  • El serena libre,
  • El terremoto,
  • La vaina chilena.
  • El melón con vino, que tiene su día nacional el 15 de febrero.

En la zona norte hay una variedad de bebidas (como los aperitivos mango y papaya sour) y batidos (guayaba, mango y maracuyá, entre otros) en base a frutas tropicales. También hay bebidas dulces no alcohólicas de consumo popular, como el típico mote con huesillo, el batido de piña, los camotes en almíbar, la macedonia, el plátano con leche y el ponche de fruta.


Referencias

  • Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) (2009). «Catastro vitícola nacional 2009» (ASP). www.sag.cl. Consultado el 23 de julio de 2011.
  • ↑Prieto, M. Francisca (24 de junio de 2012). «Yerba mate 2.0, las razones que la hacen popular hoy» (ASPX). www.emol.com. Consultado el 26 de junio de 2012.
  • ↑Collier, Simon (2004) (en inglés). A History of Chile, 1808-2002. Cambridge University Press. ISBN0521534844.
  • En línea en: http://www.servicioweb.cl/recetas.htm