Plantilla:Personaje/doc

Adalberto Gómez Núñez. Colaboró con el Movimiento 26 de Julio en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista . En 1961 participa en los combates durante la invasión imperialista por Playa Girón, como miembro del batallón de la PNR, donde muere en combate.

<br>Contenido:<br><br>• Datos biográficos <br>• Labor revolucionaria <br>• Muerte <br>• Fuentes

Datos biográficos

Adalberto nació el 23 de diciembre de 1934 en la Casa Real Progreso en Mantilla, La Habana, donde por entonces vivían los padres Irma Delia Núñez Lemus y Adalberto Gómez, quien pese a ser miembro de la Policía Nacional por más de veinte años, nunca pasó de ser un sencillo vigilante honesto, enemigo del abuso.
El matrimonio no duro mucho tiempo y Delia asume la crianza del pequeño que comenzó sus primeros estudios en una escuelita “paga” de la barria¬da habanera de Lawton, donde permaneció por espacio de tres o cuatro años tras los cuales pasó a la escuela “Galván”, ubicada en la misma zona y dirigida por dos viejos militantes del Partido Socialista Popular en la que concluyo el sexto grado, matriculando posteriormente estudios superiores en la Escuela Pública No. 2 de Guanabacoa.
Su interés por superarse y el afán de convertirse en contador lo llevaron a realizar varias gestiones para incorporarse a la Escuela Profesional de Comer-cio de la Habana, donde no es aceptado. Finalmente ingresa en la Escuela de Comercio de La Víbora, un centro privado auspiciado por empresas privadas y asociaciones fraternales.
En este centro docente logró alcanzar el último año de la carrera ganándose el res¬peto y cariño de sus compañeros de estudios, a quienes logro aglutinar y organizar por lo que fue elegido presidente de la Asociación de Alumnos de la escuela.

La situación familiar se torna más difícil cuando la madre rompe su segundo matrimonio y queda sola al frente de la familia, esta vez con dos bocas para mantener y Adalberto que ya es un joven con necesidades y aspiraciones propias comienza a trabajar como mozo de limpieza en el Periódico Información, donde el salario es pésimo y el ambiente hostil.
Las amistades acuden en su ayuda y se trasladó para el Periódico Avance, donde desempeña las mismas labores, pero su continua superación y carácter afable le permiten ascender hasta llegar a ser jefe de archivo de dicho periódico. Ya a finales del 58 Adalberto pretender contraer matrimonio y para lograr reunir el dinero que necesita planifica salir del país para trabajar, planes que se ven definitivamente suspendidos con el Triunfo de la Revolución.
Labor revolucionaria
A mediados de 1959, a instancias de los numerosos amigos que tuvo dentro de las filas del Movimiento 26 de Julio, con el que colaboraba, solicita su ingreso a la Policía Nacional Revolucionaria donde se le designo como vigilante no. 2680 a la Tercera Estación, donde su alegría y conocimiento de oficina y de ingles lo convierten en imprescindible.
A inicios de 1961 se encontraba inmerso en los preparativos de la, por fin, próxima boda. Es entonces que se produce el cobarde ataque mercenario; la Comandancia convoca a los combatientes de las unidades de la capital a integral el Batallón de Combate de la PNR que partiría para el combate. Adalberto no vaciló en dar el paso al frente, imponiéndose a su jefatura que anteriormente había limitado su participación en la lucha contra bandidos por las labores que desempeñaba.
Muerte
Cuando lo autorizan muy opti¬mista le dice a la madre: “Mami, pertenezco al batallón de combate de la PNR que partirá hacia Girón. Aplas¬taremos a esos bandidos que han desembarcado. Ya me voy... por fin tendré la oportunidad que tanto había deseado: combatir en defensa de la patria.”
“Las sombras de la noche comenzaban a cernirse sobre la carretera que va de Playa Larga a Girón. Los transportes de policía que han logrado rebasar el ataque de la aviación norteamericana se detienen al borde del camino. Adalberto desciende de uno de ellos. La sonrisa no se le ha borrado de los labios y la chanza amistosa y estimulante le brota a raudales”
“Una figura familiar se recorta contra el fondo gris oscuro de la tarde. Es Tirso Martínez, revolucionario del 26 de Julio, amigo entrañable y fotógrafo de “Avance” que había cumplido varias misiones peligrosas en el Escambray durante la insurrección. El grito brota alegre:

- ¡Flaco! ¡Flaco!. Tírame una foto…

Una foto; una foto más de las muchas que le hiciera antes. Pero Tirso está preocupado; sabe desde horas antes del infierno que se va a desatar. Su preocupación amistosa se traduce en una palabrota…No lo vuelve a ver más”

“La tropa pasa lo noche al borde de la carretera. El ataque masivo ha sido señalado para las cinco de la mañana… El batallón de la Policía y otros dos batallones de Milicias que se les han unido…inician el avance incontenible y mortal.”

“… A las seis de la mañana un B-26 los acosa implacablemente. Sin dejar de avanzar se repliegan a ambos lados de la carretera. Adalberto va a la cabeza. Ha avanzado tanto que si no fuera por lo grande que es apenas lo distinguirían. A las nueve de la mañana topan con un fuerte fuego de artillería; empiezan a caer los hombres pero el avance continua implacable. A las once y media aún continua el barrage de los artilleros mercenarios, pero nuestro avance no se ha detenido pese a la nube de metralla que nos envuelve por todos lados… Adalberto se desploma. Tres balas de calibre cincuenta se le han clavado en las entrañas…a treinta metros de las defensas enemigas… vuelve a levantarse del campo y avanza unos metros más antes de caer definitivamente”

Caía definitivamente, el muchachote bueno y sano de los amigos, el gigante jovial e imprescindible de la unidad, el niño-hércules de la familia, el nieto del heroico mambí, Fernando Nuñez Álvarez, escolta del Generalísimo Máximo Gómez Báez”.

Por los servicios prestados dentro de las filas de la Policía Nacional Revolucionaria y el heroísmo con que combatió en Playa Girón fue ascendido al grado de cabo post morten.