Camilo Cienfuegos en Buey Arriba
El 25 de noviembre de 1956 Camilo formó parte de los 82 expedicionarios que dirigidos por Fidel Castro, salieron hacia Cuba desde el puerto mexicano de Tuxpan. Desembarco efectuado el 2 de diciembre de 1956 en el lugar conocido por playa Las Coloradas, Niquero.
Camilo Cienfuegos Gorriarán, el Señor de la Vanguardia, es recordado a diario por muchos cubanos; pero aún más por los campesinos de la Sierra Maestra con los cuales compartió alegrías y tristezas, durante su estancia en el hoy municipio de Buey Arriba.
Sumario
El joven Camilo y la causa revolucionaria.
A partir del 10 de marzo de 1952, Cuba es gobernada por el dictador Fulgencio Batista Zaldívar, el que asume el poder mediante un golpe de Estado. Fidel Alejandro Castro Ruz y Abel Santamaría Cuadrado son los organizadores de las acciones armadas del 26 de julio de 1953 que militarmente fueron un fracaso. Pero moralmente no, porque la población se va uniendo poco a poco a los diferentes grupos antigubernamentales, sobre todo al Partido Ortodoxo de Chibás y después al Movimiento 26 de julio.
El joven Camilo Cienfuegos al igual que la juventud de entonces realizaba acciones callejeras y chocaba a menudo con las fuerzas represivas. Fichado por el BRAC (Buró de Represión de Actividades Comunistas) por ser revolucionario se ve obligado a abandonar Cuba por segunda vez y marchar hacia los Estados Unidos el 25 de marzo de 1956. Allá logró hacer contacto con amigos de Fidel y luego pasó a México, siendo incluido, el último, en la expedición del Granma. Formando parte así de los 82 revolucionarios que realizaron la riesgosa travesía que concluyó el 2 de diciembre de 1956 en Los Cayuelos, Belic, Niquero.
El teniente del Ejército Rebelde.
Después de la diáspora de Alegría de Pío, el 5 de diciembre de 1956, Camilo quedó unido al grupo dirigido por el capitán Juan José Almeida Bosque, donde está Che Guevara, y en esas difíciles condiciones forjan una inquebrantable amistad.
El reencuentro en Cinco Palmas el 18 de diciembre de 1956 y la seguridad de Fidel en la victoria van fortaleciendo los ánimos y aumentando los soldados dispuestos a luchar contra Batista.
Por su desempeño en los días angustiosos de diciembre y enero y por su arrojo en el ataque al cuartel de La Plata, el 17 de enero de 1957, Camilo Cienfuegos es ascendido a teniente y jefe de la escuadra de vanguardia de la Columna 1 José Martí.
En los días siguientes a la acción de La Plata, mientras se le tendía, en la zona de Arroyo del Infierno, una emboscada al entonces teniente Ángel Sánchez Mosquera, Camilo es obligado a “rendirse” a manos de Che Guevara por moverse de su posición trayendo un casco que capturó en la acción anterior.
La felonía del campesino Eutimio Guerra causó malestar en los rebeldes, primeramente, y después provocó, el 9 de febrero de 1957, la muerte del recio combatiente Julio Zenón Acosta en Altos de Espinosa y la dispersión temporal de la columna. Camilo y Che quedan de nuevo junto a Almeida.
Su entrada a Buey Arriba.
Dada la movilidad de los rebeldes, estos llegan al territorio del actual municipio de Buey Arriba al amanecer del 2 de mayo de 1957 -guiándolos Guillermo García Frías y Camilo- provenientes de la zona cercana al Turquino. Camilo llega al barrio de Santa Ana el día 3 de mayo de 1957 donde Fidel había contactado abiertamente con la población y acampado.
El Señor de la Vanguardia.
El 10 de septiembre de 1957 Fidel vaticina el combate de Pino del Agua y va hacia la zona de Soñador con Ciro Frías en la vanguardia y Camilo Cienfuegos en la retaguardia; pero deja a Efigenio Ameijeiras como refuerzo.
Estando las dos columnas en La Mesa, el 10 de octubre de 1957, Che le solicitó a Fidel el canje de Lalito por Camilo para mejorar la situación. La petición fue aceptada, y Che bautizó a su subordinado y amigo como: EL SEÑOR DE LA VANGUARDIA.
El capitán Camilo Cienfuegos realizó de inmediato la riesgosa misión de capturar y fusilar al bandido y desertor Ricardo Chang, conocido como chino Chang, y a 5 de sus compinches; y más tarde capturó 3 más que corrieron igual suerte.
Al regreso de cada acción, Camilo siempre iba para el Alto de Los Matamoros, en la Base Guerrillera de El Hombrito, lugar que bautizó como: “El regreso de Batán”, al recordar un programa radial.
Estando desde el 14 de noviembre de 1957 en la base guerrillera a la cual había vuelto a recibir instrucciones del argentino Che lo manda el 26, del propio mes, para La Nevada, porque se enteró de la llegada del temible Ángel Sánchez Mosquera por la zona de Mal Verde.
El 7 de diciembre de 1957, desde Altos de Conrado -donde desde el 5 espera que los esbirros suban-, Camilo le escribe a Téllez para que le repare un arma y le pide una canana y un par de botas 48.
Sus combates.
Alto de El Cojo.
Camilo llegó el 27 de noviembre de 1957 a La Nevada con sólo 12 hombres y de allí se fue para el Alto de El Cojo, donde llegó al otro día. Dividiendo la escuadra en dos para la emboscada, se puso a leer un libro de poesía de José Ángel Buesa, mientras se fumaba un tabaco, plácidamente.
Con un temple increíble, Camilo dejó que el esbirro Antonio Manso, Tono, que guiaba a los casquitos, estuviera casi arriba de él y dijera: ¡están cerca, siento el olor a tabaco! para dispararle a boca de jarro con la Thompson. La sorpresa fue efectiva, se desbandaron los casquitos de la vanguardia y se capturó un Garand; pero Joel Pardo fue herido en el hombro, y la resistencia se hizo imposible por el nivel de fuego del enemigo, que fue reforzado por la columna del capitán Sierra Talavera.
El Naranjo de Mal Verde.
Unidas las dos fuerzas en las cercanías de Mal Verde, pretendieron cercar a los rebeldes en la finca El Naranjo, de Andrés Torres, librándose allí un enconado combate contra los hombres de Camilo, Ciro Redondo, Raúl Castro Mercader, Israel Pardo Guerra y otros oficiales de la Columna 4. Pero al cambiar de posición el valiente capitán Ciro fue muerto de un balazo en la cabeza. Finalmente la retirada escalonada se logró y los barbudos marcharon para La Mesa, El Guayabo y El Hombrito, respectivamente. Che quedó en El Guayabo y Camilo en Santa Ana, mientras Mosquera avanzó hacia la base guerrillera, que fue evacuada totalmente.
Alto de Conrado.
Dirigido por el Comandante Ernesto Che Guevara contra la columna de Ángel Sánchez Mosquera. El 8 de diciembre de 1957, en la mañana, se oyen los aprontes de los casquitos que se preparan para subir. Camilo, con la Thompson lista, espera detrás de un gran almacigo; pero el teniente Ibrahim Aniceto, inquieto, se apresura y dispara, perdiéndose el factor sorpresa. Pese a todo se evita el avance enemigo; la acción fue un éxito, se detuvo la columna; pero el Che y otros rebeldes fueron heridos y llevados para La Mesa. Mientras Camilo queda de jefe de todo. Mosquera asoló El Hombrito y con sus heridos y muertos se instalo el 16 de diciembre de 1957, en Minas de Bueycito. Aquí combatieron por vez primera y única en Buey Arriba, Che y Camilo.
El combate de la Estrella.
El 4 de mayo de 1958, mientras se encontraba acampada en un monte conocido por La Estrella, la tropa fue rodeada por el ejército enemigo. Gracias a la serenidad y valor del Jefe Rebelde y de todos sus hombres se rechazó al adversario, después de encarnizado combate, y las fuerzas revolucionarias consiguieron abandonar la zona en horas de la noche.
El combate resultó de tal intensidad que, días más tarde, cuando informaba de la acción al Comandante en Jefe, Camilo Expresó: " Creo que pocas veces el llano haya sido testigo de peleas parecidas".
¿Se debió este cerco a una falta de vigilancia por parte de la tropa revolucionaria? ¿Acaso a un descuido a la hora de seleccionar el lugar del campamento?
No hay ni una cosa ni la otra; por el contrario, fue el sistema de protección del campamento (cuyas postas estaban situadas distantes de él), y el lugar escogido (un monte cruzado por una cañada que servía como trinchera natural) lo que permitió a las fuerzas guerrilleras hacer frente a la difícil situación que se había creado. Desde el día anterior Camilo estaba preocupado por la ausencia del práctico Ramiro Rodríguez. Investigaciones posteriores demostraron que fue él quien condujo a las tropas de la tiranía directamente hasta la antesala del campamento, pero sólo hasta la antesala. Este individuo sería capturado después del triunfo de la Revolución y, tras confesar su traición y delación, ejecutado. Poco antes de comenzar el combate, una de las postas apresó a un sujeto sospechoso que luego, por descuido de la misma posta, logró escapar. Todos los indicios hacen lícito suponer que la misión del detenido era ubicar la posición exacta del campamento rebelde.
Al sonar los primeros disparos y verificarse la presencia del enemigo, el Jefe de la Columna ordenó resistir: Tomamos posiciones y nos dispusimos a pelear hasta la última bala, nunca vi a los hombres pelear con tanto valor, como seis veces intentaron llegar hasta nosotros, todas fracasaron", escribiría Camilo a Fidel, posteriormente.
Pino del Agua.
Ya en la primera quincena fue a La Mesa a reunirse con Fidel y el 15 de febrero de 1958 salió de allí, junto a varios combatientes, rumbo a Pino del Agua. Al empezar la batalla al otro día, Camilo se destacó por su heroísmo y fue herido dos veces. Pero al ver que se tardaban sus soldados en socorrer a un herido grave les dijo: ¡o lo cargan, ustedes, o lo cargo yo!
Finalmente, es montado en el caballo de Rafael Verdecia Liens -quien le obsequió una polluela frita, y fue el dueño del sombrero alón que identificó a su jefe-, mientras Che jaraneaba con él sobre el por qué había sido herido cerca de la nalga y lo mandaba junto a otros para el hospital de La Mesa, donde es atendido por los doctores Sergio del Valle Jiménez y Julio Martínez Páez.
La Posta 7.
En la madrugada del 9 de marzo de 1958 y guiados por Alberto Cabrera Aguilera, Pino, Camilo y sus hombres llegaron al Alto de Silvano Gómez y desde allí tirotearon la Posta 7.
El comandante del Ejército Rebelde.
El miércoles 2 de abril de 1958, a las 12.30 PM salió de El Dorado, Camilo con sus fuerzas hacia los llanos del Cauto. Allá estarán hasta el 24 de junio de 1958 en que regresan por la zona de Canabacoa, rumbo a La Plata. Ese día Camilo acampó en el campamento de El Burrito, en Roldana, y luego siguió hasta El Olimpo donde estaba el teniente Mora. Pero el 25 llegó a la casa de Hipólito Vásquez, en El Descanso, luego de beber leche con café el campesino los guió hasta Rancho Claro, zona de Estrada Palma.
Después de la Ofensiva de Verano y al salir Camilo desde El Salto, el 21 de agosto de 1958, con la Columna Invasora 2, Antonio Maceo llegó el 24 a La Angostura y acampó con su tropa en la casa de los Núñez, en horas de la noche. Desde allí Isaías Núñez los guió hasta cerca del río Yao, a la casa de la Jefa del Movimiento 26 de Julio en Bueycito, María Luisa Roca Alsina, quien los atendió amablemente y les deseó suerte en La Invasión. Nunca más volvió Camilo a Buey Arriba.
Sus anécdotas.
Ese “matasanos”
La primera vez que William Gálvez vio a Camilo fue en el Hombrito. El guerrillero ya legendario venía a la “consulta” de Ernesto. Fue también la primera jarana que le escuchara. Estaba risueño y comentó su preocupación de extraerse una muela con el Che.
- ¿Cómo es posible -comentó William- si el Che es médico y seguro no te va a doler?
- No, no es porque me duela, sino porque ese “matasanos” de seguro me saca una buena y no la mala.
Camilo en acción.
El 26 de abril de 1957, estando acampada la columna rebelde en el Alto de Santana y ya entrada la noche, se recibe la noticia de que el grupo Manzanillo estaba rodeado por el enemigo en casa de Lalo Sardiñas. De inmediato, Fidel ordenó a Camilo, partir con la vanguardia en auxilio de los compañeros. En la mañana del siguiente día, la casa de Lalo Sardiñas esta rodeada por el Señor de la Vanguardia y sus hombres, pero este le informa que todos están a salvos en un cafetal próximo a dicha vivienda. Sin pérdida de tiempo, Camilo salió para dicho lugar. Haideé Santamaría, relató este encuentro:“Nosotras estábamos tranquilas en el cafetal. Vemos una gente que camina a prisa, y con cascos, y digo: “Celia, están ahí.“Yo veía venir aquella gente con cascos”. “Celia, baja la cabeza, que nos van a matar. “Y Celia me contesta”:“¿Quién estará limpiando los instrumento de papá?”. “Yo no sabía de que instrumento ella me hablaba.Y yo dije: “Ya. Déjame ver el sol por última vez. “Y cuando voy a mirar el sol, veo la cara sonriente de Camilo con aquellos dientes, porque Camilo tenía unos dientes maravillosos...”
Su sombrero.
Un día llegué yo (Rafael Verdecía Liens, campesino de Sierra Maestra, colaborador del Ejército Rebelde) a caballo a donde ellos estaban: era el día que llevaba un animal para ensillárselo a Camilo, para que se trasladara de un lado a otro, y él coge y se pone mi sombrero y me dice que a mí no me lucía ese sombrero, que le lucía, por ejemplo, al capitán Camilo, y se lo pone, se miró en un espejito y me dice:
- ¿Qué chico? Ponte la gorra esta.
Le digo:
- Bueno, me la llevaré para la casa y me pondré otro sombrero que tengo allá, que inclusive es mejor que este que tengo puesto, que tiene unos cuantos años ya.
Él se quedó con el sombrero y yo lo miraba y me reía y él luego miraba que yo le estaba mirando el sombrero y él se reía y guiñaba un ojo y les hacía señas a los otros compañeros. Y él luego les hacía señas a ellos que yo estaba mirando el sombrero; parece que él pensaba que yo quería el sombrero, pero era mirando que le lucía bien. Ese sombrero que Camilo traía era mío. Era mío y a mí me era orgullo que a él le luciera bien, lo trajera, y que Camilo con ese sombrero luce más bonito todavía. Ese sombrero se lo regalé yo, se lo regalé yo en el sentido que él lo cogió y se lo puso y le quedó bien, me miró y me dijo que le lucía más a él que a mí y se quedó con él.
Su epistolario.
El 19-2-1958 Camilo escribe una carta-resguardo para Fidel y él es el firmante 19 de los 40 combatientes que encabezó Che Guevara. Además le mandó una esquela a su novia para que enseñara a leer a Cantinflas.
El 6-3-1958 le escribió al armero Oris Zaldívar pidiéndole un Remington semiautomático y un Springfield, y que le arreglara su revólver y el de Lidia Ester Doce Sánchez.
Fuentes.
Historiador Ledesme Garcés Rosales.
Museo municipal de Buey Arriba.