Movimiento literario

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Movimiento artístico-literario
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Concepto:El movimiento artístico-literario constituye una unidad que se desarrolla en el tiempo y se manifiesta en un contexto histórico, social y cultural concreto.

Movimiento artístico-literario. Es una unidad que se desarrolla en el tiempo, quiere decir que tiene carácter procesal, va marcando etapas y tendencias en el desarrollo del arte y la literatura . Cada movimiento es continuador de otros a los que niega, retomando lo positivo y llevando el proceso artístico-literario a nuevas cualidades y estadios de desarrollo; por lo tanto, en la articulación de movimientos se dan leyes dialécticas como la unidad y lucha de contrarios y la ley de la negación de la negación.

Principales características

  • Se manifiesta en un contexto histórico, social y cultural concreto.
  • Es una unidad que se desarrolla en el tiempo, quiere decir que tiene carácter procesal, van marcando etapas y tendencias en el desarrollo de la literatura. Cada movimiento es continuador de otros a los que niega, retomando lo positivo y llevando el proceso literario a nuevas cualidades y estadios de desarrollo; por lo tanto, en la articulación de movimientos literarios se dan leyes dialécticas como la unidad y lucha de contrarios y la ley de la negación de la negación.
  • Puede estar regido por varios métodos de creación artística o por un solo método artístico; por ejemplo, en el movimiento del realismo crítico burgués; prima el método de la objetividad realista, pero está matizado o influenciado por rasgos de métodos de otros movimientos como es el de la idealización romántica: la caracterización de personajes de obras realistas como El Rojo y el Negro, de Sthendal, está teñida de muchos rasgos idealizados, propios del romanticismo. Un mismo método puede reiterarse en varios movimientos.
  • Surge por necesidades expresivas condicionadas socialmente y no solo como una reacción artística opuesta a la estética de un movimiento anterior. Un movimiento es un nuevo paradigma artístico – literario que surge como necesidad para atender nuevas problemáticas que no pueden ser asumidas de un modo convincente por las formas establecidas. Nuevas condiciones históricas y estéticas acarrean nuevas interrogantes y problemas, nuevas formas y temáticas de expresión que niegan las anteriores, pero a su vez retoman lo positivo enriqueciéndolo. Es preciso destacar que en un mismo contexto histórico pueden coexistir dos o más movimientos literarios.
  • Reúne un grupo de artistas y escritores a partir de afinidades ideo–temáticas, compositivas y lingüísticas, experiencias de vida y métodos de creación artística, lo que no implica renunciar a su individualidad.

Un ejemplo: El Barroco

El Barroco es un movimiento artístico-literario que aparece finalizando el siglo XVI e inicia una nueva época en el desenvolvimiento artístico del siglo XVII. Se desarrolla en todas las manifestaciones del arte y ofrece un carácter distinto al del Renacimiento. Fue considerado como una reacción contra el arte renacentista del siglo XVI, debido a que el Barroco abandona las formas clásicas de aquel y se presenta como desmesurado y extravagante.

Los artistas se preocupan por otras facetas y aspectos del reflejo de la realidad y de la estimación de la vida del hombre y de su mundo circundante, en correspondencia con la complejidad de su momento histórico.

En la creación literaria, los escritores barrocos se lanzan a la búsqueda de nuevas sonoridades en el verso, creadas por violentas alteraciones de la sintaxis regular, antítesis fuertes, y un uso desmedido de tropos y figuras literarias. En España sus dos figuras cumbres son Góngora y Quevedo, los cuales defienden tendencias diferentes dentro del mismo movimiento.

Luis de Góngora y Argote (15611627), representa el punto culminante del cultismo o culteranismo que, en síntesis, busca los fuertes contrastes de imágenes, en que las palabras rebuscadas, las alusiones a elementos de las antiguas culturas, las metáforas rotundas y los largos símiles son constantes en su poesía. Veamos, por ejemplo, este soneto:

SONETO La dulce boca que a gustar convida un humor entre perlas destilado, y a no invidiar aquel licor sagrado que a Júpiter ministra el garzón de Ida,


amantes, no toquéis si queréis vida. porque entre un labio y otro colorado Amor está de su veneno armado, cual entre flor y flor sierpe escondida.


No os engañéis las rosas, que a la aurora diréis que aljofaradas y olorosas, se le cayeron del purpúreo seno:


¡manzanas son de Tántalo, y no rosas, que después huyen del que incitan ahora, y sólo del Amor queda el veneno!


Francisco de Quevedo y Villegas (15801645), es el máximo representante de la tendencia conceptista, su poesía trabaja conceptos profundos en que los contrastes entre la vida y la muerte son motivos dominantes, el carácter efímero de la vida y la preocupación por el destino de España, abordados en diversos tipos de composiciones en las que predominan los hipérbatos, antítesis y una profusión de figuras y tropos. Véase, por ejemplo:

CONOCE LAS FUERZAS DEL TIEMPO ¡Cómo de entre mis manos te resbalas! ¡Oh, cómo te deslizas, edad mía! ¡Qué mudos pasos traes, oh, muerte fría, pues con callado pie todo lo igualas!


Feroz, de tierra el débil muro escalas en quien lozana juventud se fía; mas ya mi corazón del postrer día atiende el vuelo, sin mirar las alas.


¡Oh, condición mortal! ¡Oh, dura suerte! ¡Que no puedo querer vivir mañana sin la pensión de procurar mi muerte!


Cualquier instante de la vida humana es nueva ejecución, con que me advierte cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.

Por su parte, en Hispanoamérica, es justo destacar la relevancia de la obra de Juana de Asbaje, conocida en nuestras bellas letras como Sor Juana Inés de la Cruz (16511695):

A SU RETRATO Este que ves, engaño colorido, que del arte ostentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engaño del sentido;


este en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores. y, venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido;


es un vano artificio del cuidado; es una flor al viento delicada, es un resguardo inútil para el Hado;


es una necia diligencia errada, es un afán caduco; y bien mirado, es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.

Obsérvense las diferencias en la estructuración de las ideas, de selección y combinación lingüística, del uso de los tropos y figuras; aunque los tres ejemplos sean sonetos; pero a su vez, nótese una temática común: la preocupación por la fugacidad de la vida, de la belleza y todo lo terrenal y humano, muy característica del sentir barroco.


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