Un mambí del siglo XX
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Introducción
Con la creación de este libro, los autores hemos pretendido fortalecer valores de sencillez, honradez y humanismo; éticos, revolucionarios, patrióticos e internacionalista, a través de la narración de momentos importantes de la vida de Julián Morejón Jiber. Es una manera de cumplir las orientaciones de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, al plantear que la patria necesita viva la historia de sus héroes. La modestia de nuestro protagonista nos obligó a acudir en todos los casos con sumo orgullo a diversas obras publicadas donde él está; nos obligó a visitar a quienes fueran jefes y compañeros en el combate, en unidades militares, en los surcos de caña; nos obligó a llegar hasta la puerta de familiares, amigos, vecinos de su bario y su natal Quemado de Güines. De ellos emanó, como el agua de una fuente, la riqueza inagotable del negro y humilde campesino, cuya etapa juvenil vivió en medio de la efervescencia revolucionaria de la década del cincuenta; cómo se sumó a ella, clandestinamente, desde 1957, al integrarse al Movimiento Revolucionario 26 de Julio y lanzarse en armas ese mismo año, en el lomerío del Escambray, escenario en el que se unió a la columna invasora del combate Ernesto Che Guevara hasta el triunfo de la revolución. Luego participó como jefe de compañía en la lucha contra bandidos, en la misma sierra que llegó a conocer como a sus manos. Fue segundo jefe del Batallón 339 de milicianos, primera unidad en entablar combate contra los mercenarios yanquis en Playa Girón. Cumplió tres misiones internacionalistas en África. Permaneció en las Fuerzas Armadas Revolucionarias hasta 1984. Tras la jubilación, participo en veintiuna zafras azucareras como machetero y actualmente, sin muestra e agotamiento, porque Julián no se cansa, trabaja en el organopónico Revolucionario, reparto Escambray, de Villa Clara. Fundador del Partido Comunista de Cuba y del Ejército Central. Por su trayectoria, lo identificamos como mambí un mambí del siglo XX, que arribó al XXI y lo vemos caminar por la calles del reparto Escambray con su paso lento, casi inadvertido por su sencillez, siempre de verde olivo y con su sombrero de guano, cumpliendo una tarea y otra. Así combina su único orgullo: el abrazo a la causa revolucionaria y su origen campesino. Si grande es por estas características, más lo es por su historia y conducta ejemplar.
Mi Origen
Mis abuelos maternos eran de origen africano, pertenecía a las tribus mandingas. Uno de ellos se nombraba Concepción Morejón, él fue quien me escribió y lo hizo así, con su apellido; los paternos eran de nacionalidad jamaicana. Mis bisabuelos fueron esclavos en la zona de Rancho Veloz, en un lugar llamado San Vicente. Mi papa se llamaba José Manuel Leal, Falleció cuando yo tenía cinco años y mamá, Antonia Jimber, la perdí recién cumpliendo diez años. Los dos fallecieron jóvenes. Nunca supe la causa real de la muerte, si fue por cáncer u otra enfermedad; yo estaba bastante chiquito. Mi abuela, quien me crio, nunca me hablo de eso. Sí que se enfermaron en momentos diferentes, uno a pocos años del otro. Antes la gente morían por cualquier cosa por sencilla que fueran la mayoría de la veces nadie sabía de qué.
Ideas Revolucionarias
Julián nació unos meses después de la salida del Tirano Gerardo Machado del poder, quien había dejado al país en pesas condiciones económicas y con un numero elevado de familia que lloraban la perdida de algún ser querido. A partir de este momento, entre golpes de estado y gobierno entreguista, ajenos totalmente las necesidades del pueblo las ideas de hombre como Antonio Guiteras, Eduardo Chibás, Jesús Menéndez… fue creciendo física y políticamente Julián, hasta que apareció la figura de Fidel Castro con un cello muy propio de líder que lo distinguió entre toda la juventud cubana. Fue, precisamente, la conducta de Fidel quien perfilo su disposición de lanzarse a la lucha, en busca de la verdadera libertad.
Fuente
Casa Editorial Verde Olivo
