Enrique Gumersindo Castellanos Alfonso

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Plantilla:Personaje histórico


El Coronel güinero Enrique Castellanos Alfonso: Expedicionario del “Virginius”.


Situación en Cuba. 1844


En pleno apogeo del siglo XIX, Güines, al igual que toda Cuba, estaba sometido al oprobioso régimen colonial, y en plena vigencia del cruel e inhumano sistema de la esclavitud. Saqueos, despojos, explotación, injusta desigualdad, abusos y castigos, y muchos males, se agolpaban entre múltiples contradicciones.


En pleno 1844, en que gobernaba en Cuba el Capitán General Leopoldo O´Donell, conocido como el ¨ Año del Cuero ¨, ocurrían persecuciones, prisión, destierros, torturas y muertes contra todos los mestizos y negros, así como contra personas de pensamiento liberal, tras la fachada y so pretexto de la llamada Conspiración de la Escalera, que en realidad debía nombrarse como la Represión de Las Escaleras, ya que éstas estaban ubicadas en múltiples sitios de todas las regiones, sobre todo en los ingenios, para castigar y dar golpes y latigazos en condiciones onerosas e infrahumanas a los componentes de las dotaciones de esclavos negros africanos.


Datos biográficos


Con la alborada de 1844, el día 13 de enero, nacía Enrique Gumersindo Castellanos Alfonso, (1844-1873), en una patria esclavizada y llena de ignominias, en el local que ocupa hoy la bodega La Marina, en avenida 77 entre las calles 80 y 86, Güines.


Al iniciarse la Guerra de los Diez Años, a pesar de que con razón se atribuye exigua incorporación de las provincias occidentales a la misma, muchos hijos de Guines y de estas provincias se incorporan a la llamada Conspiración de Occidentes, y otros, aunque este no haya sido el escenario activo de la justa rebelión, parten por vías muy diversas para luchar junto al resto de los cubanos hacia las zonas orientales y unirse al Ejército Libertador, con plena disposición a realizar sacrificios y ofrendar sus vidas si resultaba necesario. Ejemplos múltiples tenemos, y éste, nuestro objeto de estudio es uno más.


El padre de Enrique era Clemente Castellanos Fornaris; lo de Castellanos por camagüeyanos emparentados con Agramontes, Sánchez y Arangos; y lo de Fornaris por los bayameses emparentados con Zenea. La madre, Antonia Alfonso Díaz, era descendiente de isleños canarios radicados en la zona guinera.


Enrique Castellanos estudió mecánica y electricidad en Estados Unidos, al igual que otros hermanos.


De una forma u otra, varias embarcaciones cooperaron en la guerra, como el Galvanic, Mary Lowell, Catherine Whiting, Grape Shot, Salvador, Perrit, Hornet, William, Herald of Nassau, George B. Upton, Jessie, Florida, Anna…


El vapor Virginius había sido adquirido en la emigración por Manuel de Quesada, con el objetivo de apoyar la lucha revolucionaria que se libraba en los campos cubanos con hombres, armas, ropas, medicinas y vituallas en general.


La primera expedición se había realizado el 29 de julio de 1871 y había provisto a los insurrectos con modernos fusiles Spencer y Rémington. En la segunda, por la costa sureña de la Ciénaga de Zapata, se entregaron y resultó un fracaso.


Venía un total de 155 personas en la tercera expedición, entre tripulantes e integrantes; la nave fue sorprendida por el barco español Tornado, y resultaron apresados el 31 de octubre de 1873 cerca de Jamaica, y fueron conducidos a Santiago de Cuba, cuyo Gobernador, el Brigadier Burriel, dispuso que los tripulantes fueran sometidos a Consejos de Guerra Verbales bajo la acusación de ¨ Piratería ¨.


No se tuvo en cuenta que la embarcación fue capturada en aguas internacionales, que llevaba bandera norteamericana, y que no encontraron armas debido a que durante la persecución las mismas fueron lanzadas al mar.


El veredicto no se hizo esperar, y los expedicionarios comenzaron a ser fusilados en grupos, y en el primero, el 4 de noviembre de ese 1873, caían fulminados los de mayor graduación: el Jefe de la Expedición, el Brigadier General Bernabé de Varona (Bembeta), Pedro de Céspedes (hermano del Padre de la Patria y Presidente de la República en Armas Carlos Manuel de Céspedes), así como el Brigadier William O´Ryan, y Jesús del Sol.


Así, despiadadamente prosiguieron las ejecuciones hasta un número de 53 personas, y entre ellas el Coronel guinero Enrique Gumersindo Castellano Alfonso.


Se lanzaron enérgicas protestas de los gobiernos británico y norteamericano.
En el Virginius había ciudadanos ingleses, y el gobierno de dicho país había advertido que no permitiría que sus súbditos fueran detenidos en altamar por simples sospechas de estar dedicándose a actividades antiespañolas. El Gobernador de Jamaica dispuso que el 6 de noviembre la fragata Niobe partiera hacia Santiago de Cuba, y al presentarse en el puerto santiaguero, su Capitán, Lambton Loraine amenazó con bombardear la ciudad si proseguían las ejecuciones, logrando así que éstas se detuvieran momentáneamente, pero el 8 de noviembre hubo nuevos fusilamientos, motivo suficiente para que el Niobe bombardeara la ciudad y entonces se le pusiera punto final a las mismas.


Se logró salvar 112 vidas, las cuales fueron entregadas ante el barco norteamericano Juniata, que con el Virginius, se llevaron a los sobrevivientes hacia Estados Unidos.


El mismo Presidente de la República española en aquellos momentos, Emilio Castelar, criticó y censuró duramente la conducta de Jovellar, Gobernador y Capitán General de Cuba en aquellos momentos.


Por su parte, a raíz de los hechos del Virginius, la iglesia católica en Santiago de Cuba sufrió un cisma. Se impuso como Arzobispo de aquella diócesis al cura Pedro Llorente, beneficiado así por haber aplaudido la ejecución de los revolucionarios; estuvo disfrutando de su cargo hasta que fue excomulgado por el Papa por usurpación de funciones, y aún así fue defendido por la intransigente reacción.

Fuente:


Lic. González Ab. (Investigador Agregado.) Museo Municipal Güines.