Javier Méndez

Plantilla:Personaje deportivoUn León Azul Javier Mendez

Sus comienzos y curiosidades

Nacido en la playa habanera de Santa Fe el 22 de abril de 1964, comenzó a practicar el fútbol, que era su deporte preferido, aunque jugaba a las cuatro esquinas y al flojo, como casi todos los niños cubanos.
Y esta es otra de las facetas de Javier Méndez: las lesiones. Dice que quizás algún día escriba un libro sobre todos los tropiezos de este tipo que ha sufrido, desde que en el estadio Eduardo Saborit se levantó toda la piel de un muslo durante un partido de fútbol, aquel rasponazo futbolístico determinó para que Javi cambiara el balón y los tacos por la pelota, el guante y el bate, aunque las lesiones siguieron siendo sus eternas acompañantes.

Su ídolo

Agustín Marquetti fue siempre su ídolo: "Y cuando logré jugar junto a él aquello fue inolvidable, verme en el mismo terreno con ese pelotero a quien tanto admiraba, y que a partir de ese instante se convirtió en mi principal formador como bateador, ayudándome muchísimo en el sistema de bateo, en la paciencia, ecuanimidad y tranquilidad a la hora de batear, esa acción que yo personalmente disfruto al máximo".

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Su trayectoria dentro y fuera del terreno

Con la tranquilidad más grande del mundo, la misma que cuando empuñaba el aluminio o la madera, Javier Méndez González recuenta su trayectoria deportiva, que es toda su vida, llena de momentos regulares y malos, pero sobre todo buenos, como los de esta última Serie Nacional, en la cual bateó 19 jonrones, más que en ninguna otra, superó los dos mil imparables e implantó la nueva marca de 381 dobles, y otra para torneos de 90 juegos, con 92 carreras impulsadas ya no vigente hoy.También se emociona cuando recuerda que posee el récord nacional absoluto de bateo para un torneo en la pelota cubana en todos los tiempos, con sus 462 de promedio, implantado en 1997, durante la Copa Revolución.Esas eran algunas de sus metas, pues la restante también la alcanzó: ganar por cuarta ocasión un campeonato nacional con el equipo Industriales.

Como a muchos otros atletas cubanos, a mí han tratado de comprarme para que pase al profesionalismo, y sobre todo para que desertara. Y mi respuesta siempre fue la misma: no hay oro en el mundo que valga más que el cariño de este pueblo. Tuve otra posibilidad de responder no tan diplomáticamente, que fue cuando le di un piñazo en Winnipeg a aquel provocador de la mafia anticubana, que se lanzó al terreno con un cartelito que por poco se tiene que comer y a quien todavía le debe estar silbando el oído
Militante del Partido Comunista de Cuba desde 1992, Javier no piensa abandonar el béisbol, pero a su título de Licenciado en Cultura Física, quiere añadir otros conocimientos de idiomas y computación, "porque hay que estar a la altura de la cultura general integral que el Comandante en Jefe se ha propuesto ofrecerle a nuestro pueblo, del cual soy parte activa como un simple ciudadano que no quiere quedarse atrás".

Sus consejos

A los que vienen detrás o comienzan ahora, esos jóvenes y niños que sueñan con vestir un día el uniforme con El 17 Azul, Javier Méndez les aconseja mucha disciplina y tesón, sacrificios y entrenamientos, no darse jamás por vencido y salir al terreno siempre a ganar y a ofrecer un buen espectáculo al público, que se lo merece todo. Y defender la bandera, porque los peloteros anteriores a mí, los de mi generación, y también los que van surgiendo ahora, siempre nos hemos caracterizado por poner bien en alto el nombre de la Patria y por cumplir con lo que el pueblo espera de nosotros, porque somos hijos de este heroico pueblo
Y es que ese público, en cualquier estadio del país, lo ha premiado siempre con una ovación cuando se anuncia su turno al bate, cuando impulsa una carrera, conecta un hit, un doble o un jonrón o realiza uno de esos fildeos de leyenda, que estremecen al graderío y logran que se hable de pelota por largo rato, gracias a hombres como este que, muy casero y familiar, siempre con su esposa e hijos, y que responde al nombre inolvidable de Javier Méndez González, El 17 Azul, de Industriales y de Cuba.

Fuentes