Medio siglo escuela de artes

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“Medio Siglo de la creación de la primera escuela de Instructores de Artes en Cuba”
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PaísCuba
Ubicaciónwww.casasdecultura.cult.cu


Historia

En Cuba con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959, se produjo una gran revolución cultural, y para ello el gobierno revolucionario contó con el apoyo de la intelectualidad existente en aquellos momentos, la cual no vaciló para formar aquellos jóvenes que llegaron a La Habana de todas partes del país desde los primeros días de febrero de 1961, para ingresar en la Primera Escuela de Instructores de Artes.

En un programa de televisión, Fidel Castro comparece ante un panel de periodista y habla de la importancia de los instructores de arte y de lo que va a pasar con la primera escuela. Posteriormente en un encuentro con los intelectuales cubanos realizada entre los días 16 y 30 de junio de 1961 en el Salón de Actos de la Biblioteca Nacional José Martí, Fidel reflexiona con los participantes acerca de la actividad cultural del país y sobre la posibilidad de implementar diferentes iniciativas que propiciarán la participación de nuestro pueblo en los procesos culturales y su acceso a lo mejor del arte cubano y universal.

Fidel animaba a los intelectuales, expresando: …“Creo que sin ser optimistas no se puede ser revolucionario, porque las dificultades que una Revolución tiene que vencer son muy serias y hay que ser optimista.”… La idea salió de él, pues tenía claro cuánto necesita el pueblo cubano para hacer realidad tantos sueños truncados.

En ese encuentro con los intelectuales y artistas cubanos, el líder de la Revolución cubana los convoca…“pongan su granito de arena en esa obra que al fin y al cabo será una obra de esta generación. Vamos a librar una guerra contra la incultura.”… Y aquel claustro profesoral que era de lujo respondió al llamado. Estaba formado entre otros por: Onelio Jorge Cardoso que impartía literatura, Ana Lasalle en dirección; el crítico Rine Leal que enseñaba historia del teatro y Félix Pita Rodríguez, todos dirigidos por Marta Besa

La Revolución tuvo una etapa en que una serie de iniciativas dimanaban de distintos organismos, entre ellos el Instituto Nacional de Reforma Agraria. INRA, dirigido en los primeros años por el destacado intelectual Antonio Núñez Jiménez, quien promueve la realización de actividades de extensión cultural en varios lugares del país, fundamentalmente en la capital. Fue el INRA quien lanzó la convocatoria a los primeros instructores de arte, que sería la oportunidad no solo de llevar la cultura al campo, a las granjas y a las cooperativas que se iban creando, además muchos jóvenes podían convertirse en instructores de música, de baile y de teatro. Esta convocatoria era para jóvenes mayores de 15 años, aunque entre los aceptados muchos entraron con menos de 14 años que al terminar iniciaron la escuela Nacional de Arte.

Existían muchas dificultades materiales para llevar esta idea de Fidel. Ya se habían perdido muchos talentos en campos y ciudades del país, el proyecto no se detuvo, la convocatoria los puso al descubierto y el pueblo se convirtió en actor creador.


Antes del triunfo de la Revolución la selección natural de los profesionales, dejó en la ignorancia a quién sabe cuántas decenas de miles de jóvenes, sencillamente por falta de oportunidad. Pero los nuevos proyectos abrían el camino a todas esas inteligencias, creando las condiciones para todo talento artístico, literario, científico o de cualquier orden, para que pudiera desarrollarse.

Escuelas Instructores de Arte

La Escuela de Instructores de Arte que se inició cincuenta años atrás (1961) dio a sus alumnos una atención excepcional y éstos respondieron no solo aprendiendo sus especialidades artísticas, además sumándose a las tareas de la Revolución a las que fueron convocados. En aquellos momentos ocurrieron una serie de acontecimientos en los cuales estuvieron involucramos con mucha madurez. Mencionamos: el ataque a Playa Girón por mercenarios procedentes de Estados Unidos, el Huracán Flora, la primera recogida de café que se hizo en el país, entre otras tareas. Por eso, cuando conversamos con aquellos primeros instructores encontramos repetidos testimonios que expresan la satisfacción de haber podido estar allí en aquella escuela que le dejo mucho más que su formación como profesionales, sobre todo les formó el carácter, los valores y la disciplina.

Con la primera graduación de Instructores de Arte en el año 1962, todos esos instructores, se pusieron en función de hacer realidad esta idea tan humanitaria. Ellos mismo continuaron diagnosticando qué niño tenía vocación e indicaron a qué niño había que becar, e hicieron más; despertaron el gusto artístico y la afición cultural en los adultos, dándole otro sentido a la vida de los campesinos y pobladores de aquellos lugares, donde; antes de las Revolución ni siquiera soñaban en cosas como estas.

La labor de los Instructores de Arte fue más allá de las Casas de Cultura y la Enseñanza Artística en las comunidades; muchos de ellos tuvieron que ocupar cargos de cultura en los sitios donde cumplían su servicio social. Y hoy una buena parte de ellos son altos dirigentes de la Cultura en Cuba. Salieron con la idea de que serían instructores de una comunidad, pero las exigencias y las necesidades de una revolución cultural muy grande, los obligó a sacrificarse y a superarse a sí mismos. Se cumplió esa sentencia que dice que siempre el talento sale adelante.

Fidel lo dijo desde el inicio de la Revolución: “Esas son más que ideas o sueños: son ya realidad de la Revolución. Estamos pidiendo el máximo desarrollo en favor de la cultura y muy precisamente en función de la Revolución, porque la Revolución significa, precisamente, más cultura y más arte.” Los resultados obtenidos en los primeros años de Revolución se han multiplicado con la incorporación de los Instructores de Arte de las posteriores graduaciones. Cuba exhibe un amplio trabajo en función de elevar la cultura de la población, el acceso y participación del pueblo en la cultura es cada vez más relevante, hemos avanzado mucho en el estudio de las raíces culturales, el reconocimiento de sus valores, el desarrollo de éstos y la investigación del folklore, además; mucho se ha logrado con la extensión de los servicios culturales a las zonas rurales y montañosas. En fin que con orgullo decimos que el modelo social cubano de la cultura se ha convertido en un insustituible instrumento de transmisión de valores éticos que favorecen el crecimiento humano.

Fuente:Licenciado Andrés Callejo Hernández/ Consejo Nacional de Casas de Cultura/Ministerio de Cultura de Cuba