Leónidas Ripoll

Leónidas Ripoll
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Juegos Olímpicos de Invierno Sochi-2014.
NombreLeónidas Ripoll Zaragoza
Nacimiento23 de diciembre de 1982
Rusia Bandera de Rusia Rusia
ResidenciaBandera de Rusia Rusia
NacionalidadRuso
Notas
Leónidas Ripoll, un ruso de sangre española en los Juegos Olímpicos de Sochi

Leónidas Ripoll Zaragozí . El joven ruso de origen español, nació el 23 de diciembre de 1982.Su madre y su padre son profesores de ciencia. Leónidas, pese a que entre sus cuatro abuelos uno solo no es ruso, aquel republicano que se refugió en Rostov y del que ha heredado los apellidos Ripoll-Zaragozí, se siente español y eso le hizo acercarse a la delegación de España en Sochi-2014, con su perfecto dominio del castellano. Su relación con España es tan estrecha que cada año pasa sus vacaciones en Altea, el pueblo de su abuelo. "Nuestra familia es española y visitamos España cada año. Pasamos las vacaciones en el mar"

Historia Generacional

Leónidas y sus Padres

Nieto de un republicano alicantino que se exilió en la ciudad rusa de Rostov del Don, trabajó como voluntario en el evento y su presencia fue de gran ayuda para la delegación de nuestro país.
Su tabla de snowboard con los escudos de la selección y del Real Madrid y una foto de Raúl González, se hizo muy popular entre deportistas y dirigentes españoles. "La fabriqué yo. No hay otra igual", lanza orgulloso.

Su abuelo, Baltasar Ripoll, nació en 1917 en Altea (Alicante) y participó en la Guerra Civil española en el bando republicano. Tras la contienda estuvo refugiado en Bizerta (Túnez) seis meses, antes emigrar en agosto de 1939 a Rostov del Don, en Rusia, donde trabajó en una fábrica de componentes eléctricos, "Krasnyi Aksai".

Durante la Segunda Guerra Mundial, Baltasar Ripoll, que murió en 1981, sirvió en la KGB y combatió en Rumanía. Casado con una rusa, tuvo un hijo, Francisco, el padre de Leónidas, nacido en 1945 en Rostov del Don, y una hija, Encarnación.
Francisco Ripoll Zaragozí, padre de Leónidas, nacido en Rusia, es profesor universitario de Economía y uno de los miembros de la comunidad española residente en Rostov del Don, que cuenta con unas 60 personas, descendientes de los hombres, mujeres y niños que llegaron tras la Guerra Civil, y que se reúnen periódicamente. Rostov del Don, donde nació y vive Leónidas, es una ciudad costera de poco más de un millón de habitantes, en el sudoeste de Rusia, a unos 1.000 km de Moscú, frente a la península de Crimea. "Soy ingeniero de ferrocarriles y trabajo como profesor universitario asistente en Rostov del Don. No conocí a mi abuelo Baltasar, ya que nací el 23 de diciembre de 1982. Mi madre, que es rusa, y su padre, son también profesores de ciencias", afirma Léonidas, de 31 años.

Afinidades

El joven ruso de origen español se declara un enamorado del deporte y un fanático del Real Madrid. "Hago baloncesto y participo en competiciones locales, como la liga de la ciudad de Rostov del Don. Juego en el equipo de la universidad donde trabajo. Pero como todos los españoles, soy un loco del fútbol", explica el joven, que con doce años se hizo hincha del Real Madrid.
"Soy madridista desde 1995, cuando Raúl y sus compañeros ganaron la Liga española. Pero mi hermano es del Barça y mi padre es valencianista. Soy miembro de la peña madridista rusa Fondo Ruso. La primera vez que vi jugar en directo al equipo y hablé con los jugadores fue en 2007, en Moscú, en un torneo amistoso llamado Copa de los Ferrocarriles". Le encantan los deportes de la nieve. "Vivo muy cerca de las montañas del Cáucaso y tengo posibilidades allí de hacer snowboard. Comencé a practicarlo en 2006 y voy cada invierno a Elbrus, la montaña más alta de Europa, de 5.642 metros, para continuar en este deporte", indica. "Tomé la decisión de presentarme como voluntario en Sochi-2014 a finales de 2012. Todos los voluntarios querían estar en el hockey sobre hielo. Este deporte creo que en Rusia es más popular que el fútbol. Por eso lo puse en primer lugar, pero luego coloqué como segunda opción Esquí/Snowboard", señala.
Después le tocó pasar unas pruebas y una entrevista por teléfono para ver cuál era su nivel de inglés. "En la entrevista telefónica que tuve que pasar me preguntaron muchísimas cosas: la historia de los Juegos, la historia del esquí y del snowboard, mis características personales y otras preguntas. Casi media hora. Después pasaron meses de esperanza y fe esperando la respuesta", explica. "A finales de agosto de 2013 recibí una carta del comité de selección que decía: ¡SOCHI TE DICE Sí! Después tuve que cumplir una educación a distancia sobre mi lugar de trabajo, las obligaciones y otras cosas",

Experiencias

La experiencia fue inolvidable para este ruso con nombre español que va cada verano a Altea, el pueblo de su abuelo. "Cada día fue diferente en Sochi, muy diferente. Las obligaciones no fueron duras. Tuve que organizar, ayudar. Cuando teníamos tiempo libre practiqué esquí y snowboard. Pude asistir a tres partidos de hockey, entre ellos el duelo por el bronce y la final. También fui a las ceremonias de apertura y clausura. Fue magnífico e involvidable", explica. "Nunca me he sentido tan bien fuera de casa como en los Juegos de Sochi. Hice nuevos amigos, conocí a deportistas, que fueron muy amables y accesibles, traduje entrevistas a campeones olímpicos para la prensa de fuera de Rusia", relata entusiasmado.
Durante los Juegos Olímpicos de Invierno, el Real Madrid de baloncesto jugaba un partido en una ciudad rusa llamada Krasnodar, distante unos 300 km de Sochi, y Leónidas agarró el coche e hizo el viaje de ida y vuelta para ver el partido.Cuando juega el Real Madrid frente a un equipo ruso, va con los blancos, pero si se enfrentasen España y Rusia en un partido decisivo no sabe con quién iría. "Con las dos", resuelve diplomático.

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