El acompañante

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El acompañante
Información sobre la plantilla
Drama | Cuba
260px
Película cubana que muestra una historia interesante, ligera y simpática
Estreno2015
DirectorPavel Giroud
PaisCuba

Sipnosis

Los acontecimientos transcurren en Cuba, en los años 80, cuando los primeros enfermos de SIDA son aislados y tratados clínicamente en un lugar conocido como Los Cocos. Tiempo de prejuicios e incertidumbres, en que no mucho se sabía sobre la enfermedad y la manera de evitar su proliferación. A los contagiados se les asigna un acompañante que deberá estar con ellos en cada salida al exterior y llevar un informe detallado de lo que hacen. Es así que el enfermo ( Armando Miguel) es supervisado por un campeón de boxeo (Yotuel Romero) quien, sancionado por doparse, debe estar un año fuera del cuadrilátero. Ambos hombres, por excepción y necesidad del guión, convivirán juntos en una misma habitación del centro asistencial y ahí, entre buenos momentos de humor, y otros no tanto, nacerá una amistad. El enfermo es un hombre simpático e inadaptado que cuenta con triste ironía cómo, después de haber realizado él solo una gran hazaña bélica en tierras africanas, pierde su libertad en un hospital que trata de alargarle la vida. Y él, a la manera del Jack Nicholson de Atrapado sin salida (Milos Forman, 1975) tiene que alcanzar esa libertad a cualquier precio, incluyendo las peripecias de una salida ilegal del país. El boxeador, por su parte, desea redimirse y demostrar que sigue siendo el mejor. Hay en El acompañante situaciones y personajes a los que le faltan cuidado y calado, lo mismo en su concepción literaria, que en las plasmaciones escénicas y, por lo tanto se mueven en un espacio en el que (no obstante las buenas actuaciones d algunos interpretes, a partir de lo que está pidiendo), predomina la arquetípico. Así encontramos al médico, villano hasta lo inimaginable, que se quiere acostar con la bella enferma y luego sigue haciendo atrocidades al más puro estilo del folletín decimonono, el apostador, reiterando con subrayados propios de un cómic su afán por jugar, el entrenador de boxeo (con todas las escenas referidas al entrenamiento y luego el combate final al más puro estilo de lo muchas veces visto –con ese hombro dañado que obliga al protagonista, zurdo, a virarse a la derecha, algo que cualquier boxeador sabe, pero el de la película se extraña que pueda hacerse--, el alto, jefe militar, padre del enfermo, que niega con saña al hijo héroe porque se contagió con el SIDA, el montaje paralelo final, el protagonista viviendo momentos terribles de su enfermedad, mientras el boxeador gana la pelea, la mujer que prepara la salida del país y además de dinero, le pide al enfermo sangre para contagiar a su marido preso y así, en lugar de purgar 20 años tras las rejas, vaya a comer bien al sanatorio, aspecto ya tratado desde otra trama más complicada y verosímil por el autor.

Fuente

Web oficial.Artículo de Rolando Pérez Betancourt. periódico Granma 7 de diciembre del 2015, página 6 de Culturales.