El Correo de las Damas. El Correo de las Damas fue un periódico — la palabra revista no era aún de uso en la época, al menos en Cuba— de pequeño formato, apenas 17 cm de largo por 13 de ancho, reconocido como la primera publicación insular de ese carácter dedicada al “bello secso”. En el “Prospecto” inicial exponían: “La mujer que carece de aulas donde instruirse, la mujer que tiene tanta o más disposición que el hombre para las ciencias, aquí encontrará remediada de algún modo esta desgracia, pues es bien sabido que los papeles públicos ilustran. La casada y la doncella, la soltera y la viuda, la joven y la anciana, el ama y la criada, la culta ciudadana y la inculta pastorcilla hallarán todas en nuestro ‘correo’, cuanto pueda serles útil y al mismo tiempo curioso y deleitable”. Se publicó dos veces a la semana, miércoles y sábado, a partir del mes de marzo, constaba de cuatro páginas y se imprimió, primero, en el taller de Don Matías José de Mora y después en la Imprenta del Gobierno y la Capitanía General. Se vendía en la librería de Don Juan de la Puerta y en la tienda de los Pedraxas, en la calle de Ricla. Llevaba como epígrafe, debajo del título, la frase latina “Miscuit utile dulce”. Alcanzó a publicar 74 números (el último correspondió al 28 de noviembre de 1811) y tuvo más de 200 suscriptores entre “Señoras y Señores”, según un listado publicado en una de las entregas, donde estaban incluidos algunos de los personajes muy relevantes de la época, marqueses y condes, marquesas y condesas. Fue, sin duda, un éxito.
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