Parque Serafín Sánchez (Sancti Spíritus)
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Parque Serafín Sánchez (Sancti Spíritus), antigua Plaza de San Francisco, también conocida como Plaza de Recreo, está ubicado en el casco histórico de la Ciudad de Sancti Spíritus, su historia se remonta a finales del siglo XVII . Ha sido lugar de acontecimientos históricos y culturales de gran envergadura, a través de todos los tiempos, para todos los espirituanos. Es el centro comercial, cultural y de recreación de la ciudad.
Sumario
Historia
Su historia se remonta a finales del siglo XVII, cuando fue erigida en ese sitio la ermita de la Veracruz, que a partir de 1716 estuvo acompañada del convento de San Francisco, regido por la orden monástica más numerosa entonces en América. Frente a los templos, había un espacio llamado Plaza de San Francisco o Plaza del Convento, cuyo carácter religioso fue cambiando cuando se dispuso ubicar allí el mercado de la ciudad y la Real Factoría. Este lugar se fue rodeando, indistintamente, de casas con portales y de colgadizos, que en el siglo XIX fueron remodeladas. En virtud del esplendor alcanzado por la ganadería, la producción de tabaco y cierto despertar azucarero, las élites enriquecidas reclamaron transformaciones en la ciudad e influyeron en el gobierno local para materializar sus anhelos. Como consecuencia, se construyó en 1831 el puente sobre el Río Yayabo; se fundó el periódico El Fénix en 1834; cinco años después, se edificó el Teatro Principal; además de empedrarse las calles y mejorarse los espacios públicos. Comenzó entonces el apogeo de la Plaza de San Francisco, escoltada por dos de las vías más importantes de la ciudad: la calle de igual nombre (hoy Máximo Gómez) y la calle Real (Independencia). Ambas fueron preferidas por las más distinguidas familias para edificar sus residencias y por ellas desfilaban actividades festivas, entierros, procesiones; pero fue sobre todo la calle Real el eje religioso, administrativo y comercial del pueblo. Para transformar la Plaza se contó con el apoyo del gobernador Nicolás del Llano, la cooperación monetaria del vecindario y de compañías dramáticas, y el esfuerzo de herreros, albañiles y peones. Se dotó de árboles, flores, verjas de hierro, alumbrado de gas y se animó con frecuentes retretas. Fue el único lugar de la ciudad realzado de tal manera, por eso fue el principal sitio de esparcimiento y paseos elegantes (cambió el nombre por Plaza del Recreo), el logro más significativo en cuanto a las plazas coloniales espirituanas. Su gran relevancia se reafirmó en la segunda mitad del siglo XIX, cuando los jesuitas adquirieron la ermita y el convento, los repararon, embellecieron y acondicionaron como iglesia y escuela, respectivamente, a las que acudían los hijos de las más encumbradas familias. A finales de esa centuria, durante la guerra de liberación, se acentuó el deterioro de la Plaza, sobre todo, porque ambos edificios religiosos fueron empleados con fines muy dispares a los que fueron creados: sociedad de recreo, hospital militar y depósito de municiones. Así, en 1899 comenzó la demolición de la iglesia.
Siglo XX
Con el advenimiento del siglo XX, una fiebre modernizadora se apoderó de la ciudad. Nuevas influencias culturales, técnicas, gustos y caprichos quedaron marcados en las construcciones y espacios públicos. La urbanización se expandió al norte, sur y sureste; pero el centro de la ciudad no se desplazó. En los alrededores de la Plaza, se eliminaron o remodelaron antiguas edificaciones para adecuarlas a las nuevas funciones requeridas por las clases que se enriquecían: bancos, oficinas, sociedades culturales, instalaciones de servicios y viviendas, todas con un tratamiento formal diferente y con tendencia a la monumentalidad, acorde con la mentalidad de sus dueños o usufructuarios. La Plaza cambió drásticamente: fue demolido el convento y se ejecutaron varios proyectos para transformarla en parque, hasta que en 1911 se presentó el de mayor envergadura, cuya conclusión fue en 1914, según consta en Actas Capitulares.
Actualidad
Con algunas transformaciones en cuanto a su tamaño y mobiliario, el Parque Serafín Sánchez ha llegado al siglo XXI con una rica historia y espera la realización de un plan integral de remozamiento que le devuelva la imagen añorada por los espirituanos. Aunque en ese entorno aparecen edificaciones de diferentes siglos, a su alrededor se completó un programa de obras eclécticas, que todavía sobresalen por su solidez y belleza, incluidos hoteles, cines, teatro y comercios, cuyo punto cimero llegó en 1929 con la terminación de la antigua Sociedad El Progreso, ahora Biblioteca Rubén Martínez Villena. Las mejores palpitaciones de sus coterráneos siguen convergiendo en este parque, desde donde Fidel se dirigió a los espirituanos aquel memorable 6 de enero, donde se han celebrado múltiples fechas patrias, donde los bustos de José Martí y Serafín Sánchez Valdivia escoltan ambos extremos, donde convergen presurosos el carnaval del Santiago Apóstol, ferias de artesanía y el libro, donde sobreviven los hoteles Perla y Plaza, los cines, comercios; donde los espirituanos siguen tejiendo su ciudad.
Fuente
Libro de las construcciones espirituanas.

