Crupet
Crupet | |
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| Información | |
| Idioma | Francés |
| Región | situado en la región de Valona |
| Correspondencia actual | Provincia de Namur |
Crupet: Es un pequeño pueblo en medio de los bosques, esta en el fondo de un estrecho y fortuoso valle. Tiene un castillo de esos que nunca se olvidan, una iglesia guerrera y un tilo centenario empeñado en sobrevivir.
Sumario
Historia
El pueblo de Crupet es conocido por su donjón del siglo XIII, la iglesia de San Martín, sus casas solariegas de los siglos XII a XVI, sus fábricas de cal y sus antiguos molinos de viento. Crupet es también famosa por la gruta artificial dedicada a San Antonio de Padua y el diablo, construida en 1900. Se construyó allá por el siglo XII como una robusta torre cuadrada para defender la frontera, y ese remate tan especial se añadió 400 años más tarde, para hacer la vida un poco más cómoda cuando los avatares guerreros empezaban a preferir otras sendas... Hoy es propiedad privada (... como lo fue siempre...) y no se puede visitar, pero puedes entrever su exterior desde los huecos que dejan los árboles que lo rodean. Se cuenta que hay un pasadizo subterráneo que lo comunica con la también guerrera torre de la iglesia, en la parte alta del pueblo... A lo largo de los siglos, el "castillo" desempeñó a la perfección su papel... Y en él se refugiaron sus habitantes no pocas veces para resguardarse de los asaltos. La última vez, durante la Segunda Guerra Mundial... Sin embargo el pueblo nunca sufrió grandes destrucciones y ha cambiado poco en los últimos siglos. Nunca fue un lugar de demasiado tránsito.
Las Gruta de san Antonio
La tercera "construcción" del pueblo es la más inconcebible de todas ellas. Unas grutas artificiales, tan absolutamente kitsch que son pura verdad. Son la otra cara del pueblo, pero en el fondo, hijas incuestionables de este lugar único. Frente al carácter guerrero del castillo y de la iglesia, el desenfreno vintage de un cura genial que, siguiendo el lema de los Caronderet, los señores del lugar, previó y proveyó. Allá por 1900, viendo la crisis de religiosidad que afectaba a la región, el cura decidió crear un elemento que fomentase la piedad popular. No hizo una ermita o una capilla, que habría sido lo fácil. No, hizo algo espectacular, exactamente a la medida de la religiosidad popular. Nada de proyectos academicistas. Una asombrosa "Sagrada Familia" de piedra con estalactitas hechas con balletas y cemento, ocupada por unas figuras multicolores de escayola tamaño natural, que iban a conectar de maravilla con la sensibilidad popular. Metidos en obras, las ideas avanzaban tan deprisa que el buen cura había dejado un pequeño detalle sin resolver. El proyecto no contaba con un santo al que dedicárselo. Y así, hubo que ponerse a buscar uno a toda prisa. Se pensó en la Virgen de Lourdes, en el Sagrado Corazón... y finalmente alguien sugirió San Antonio de Padua[... ¿Por qué? Pues porque sí... Se han sugerido varias explicaciones, seguramente ciertas, pero tan casuales como cualquier otra. Lo cierto es que San Antonio era un santo que encajaba perfectamente en el proyecto: un santo milagroso y milagrero, cercano... y sobre todo, un buen santo al que peregrinar. ¡Adjudicado! ... Un santo que, por cierto, ni se llamaba Antonio ni era de Padua... El buen hombre había nacido en Lisboa y su nombre era Francisco… pero así son las cosas del Señor... La obra se comenzó en 1900 y en ella trabajaron todos los hombres del pueblo, los domingos durante tres años, para traer y colocar más de 300 toneladas de piedra extraída de los bosques de los alrededores. Las grutas fueron inauguradas solemnemente el 12 de julio de 1903. Todavía no estaban todas las figuras, pero con lo que había bastaba. Desde el año siguiente, el día del santo, el 13 de junio se convirtió en cita obligada de peregrinación a las sorprendentes grutas, un fantástico universo de piedra, hormigón, escayola de colores y flores de tela, en el que el visitante acaba por convertirse en una figura más... Hasta el punto de que, para llegar a la parte posterior de la gruta debes atravesar la más "truculenta" de todas las escenas, por ese estrecho camino que pasa junto al lecho de San Antonio moribundo, de tamaño natural. Todo un "punto" no apto para "estómagos" sensibles comprobado.
La iglesia y el Tilo
En la parte alta del pueblo están la iglesia y el viejo tilo centenario. Este, como un espectro, resucitado de entre los muertos. Porque en 2001 fue dado por muerto, víctima de un tratamiento radical con pesticidas. Pero algo debe tener este lugar, porque cuando ya nadie lo esperaba, las hojas comenzaron de nuevo a salir y ahora cada año asombra con un vigor que en el fondo nadie sabe de dónde sale... La iglesia tiene, como el castillo, una torre también cuadrada, también de origen guerrero... y también de la misma época. Y al igual que la fortaleza, con el tiempo también vio cómo se le añadía un “sombrero”. Aunque en este caso, mucho más modesto... Algunos dicen que está inspirado en el casco de los soldados españoles que pasaron por aquí. Con el tiempo la torre también vio cómo a sus costados le iba creciendo una iglesia más moderna... y muchos siglos después, a comienzos del siglo XX, una sorprendente construcción que ahora te toca descubrir.
Características Geográficas
Crupet es un pueblo de más o menos 500 habitantes pequeño y pintoresco pueblo situado en un valle de la Valonia se trata de un lugar muy conocido por su castillo y sus grutas.
Transporte
Es difícil llegar hasta crupet en transporte público. La estación de tren más cercana esta en Assesse, aproximadamente a cinco kilómetros. En coche, hay que tomar la carretera E-411 Bruselas - Luxemburgo, y salir en Assesse para, a continuación, seguir las indicaciones hasta Crupet.

