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Reseña Histórica de la Ciénaga de Zapata


Por: Julio A. Amorín

Como hija de la imaginación, desidia, abandono y aislamiento antes de 1959, fue creada una imagen desvirtuada de ella: escalofriantes asesinatos, pantanos o tembladeras empecinadas en extinguir la especie humana, ofidios y cocodrilos antropófagos e insectos vampiros implacables, convirtieron a la Ciénaga de Zapata en el África tenebrosa de Cuba.


Prehistoria

Hombres pertenecientes a las culturas Mesolítica y Neolítica conformaron la prehistoria de estos húmedos parajes, asentándose sobre un eje cársico a partir de Venero Prieto hasta Bartolina (como se muestra en la imagen de la izquierda).

Por los estudios arqueológicos realizados, podemos afirmar que la mayor población correspondió al hombre Mesolítico Medio, quien tuvo como vías de origen el norte del continente suramericano a través del arco antillano en fechas que oscilan entre 2000 y 1000 A.N.E.

Eran portadores de una industria de piedra en volumen de tradición Banwaroide (mayor antigüedad en el sitio Banwari Trace, en la isla de Trinidad), que al entrar en contacto con otras comunidades asentadas en el territorio cubano con anterioridad, asimilaron la tradición Manicuaroide(amplia utilización de la concha). Por lo que la industria de la concha es el rasgo distintivo de los hombres prehistóricos cenagueros. Utilizando las técnicas de percusión, fractura y abrasión, más el conocimiento empírico, estos artesanos elaboraron más de treinta herramientas, que podemos agrupar en: vasijas, platos, cucharas, gubias, picos, martillos, raspadores, cuchillos, hachas, puntas para lanzas y arpones.

Aunque el insigne historiador Cosculluela dejó ver a través de sus fascinantes descripciones, vestigios de la familia Arauca; hasta hace muy poco tiempo se consideró la Ciénaga como asiento solo del aborigen mesolítico. Pero desde que la señora Brunilda Pérez (vecina del poblado de Cocodrilo) halló y donó al Museo de Girón, dos hermosas hachas petaloides el 15 de noviembre de 1987 y la Expedición de Censo y Exploración Arqueológica efectuada por el estudioso Adrián Álvarez Chávez con un equipo de trabajo el 10 de septiembre de 1996, colectó dos hachas petaloides más (ver imagen a la izquierda), de mano de la señora Toala Borges Benitez ¡cambió radicalmente esa opinión, ante tantas evidencias materiales Neolíticas!

Los Subtaínos (neolíticos temprano) eran hombres fuertes, de estatura media y de buena presencia. Arribaron a Cuba en el año 500 N. E. Procedentes de las costas Venezolanas en oleadas sucesivas. Eran portadores de técnicas agrícolas de determinado nivel de desarrollo con una antigua tradición ceramistas. Se puede apreciar que su ajuar era muy abundante y variado, evidenciado en la gran cantidad de objetos de cerámica, piedra, concha, hueso, madera, cestería y textiles. El hombre neolítico, con un mayor grado de desarrollo, donde la base de su sustento económico recaía en la agricultura(economía productora), no debió permanecer por mucho tiempo en un entorno como el nuestro - poco factible para desarrollar esta actividad - puesto que restringidas son las áreas en la ciénaga donde su suelo puede proporcionar un sustento agrícola por espacio prolongado de tiempo. Solo la franja de suelo ferralítica roja de Plasencia - Soplillar - Molina - San Blas presenta características propicias.


Tiempos de Piratería

De 1530 hasta 1830 la Ciénaga y sus cayos fueron un refugio seguro y sitio de avituallamiento de una numerosa falange de "lobos de mar", sobresaliendo: Diego Pérez, Gilberto Girón, Cornelius Joels, Olonés, Legraude, Morgan y Grandmond. La prolongada presencia de bergantines, veleros, pataches y bajeles con bandera negra y osamenta humana como símbolo, no solo enturbiaron las cálidas aguas del Mar Caribe que baña nuestro litoral, sino también influyeron notablemente en la primera actividad económica (ganadería) y folklore de la cuenca.

Muchos topónimos apuntan hacia aquellos "bandoleros de mar": Los ya citados Diego Pérez y Gilberto Girón; caletas Ávalo, El Ingles; Buenaventura, que tuvo en su fundador (Diego Ventura) a un cercano pariente de tales malhechores.

La Ciénaga con sus numerosos cayos se libró de tan denigrantes inquilinos, cuando E. U. con la anuencia de España organizó oficialmente un escuadrón naval para exterminar la piratería en el caribe (1821 - 1830), compuesto por los bergantines Esterprise y Spark, las goletas artilladas Schark, Porpoise y Gampus, bajo el mando del almirante David Poster.


Bosques Redentores

Hacia 1840, la industria azucarera cubana alcanza un gran auge con la aplicación de transformaciones técnicas. Los bosques que reforzaban la costanera norte cenaguera fueron talados, para que en su espacio creciera la dulce gramínea - de esta manera se satisfacía a los nacientes ingenios, pero asestaba un gran impacto ecológico a la cuenca, los dominios de "Neptuno" y "Plutón" se expandieron considerablemente - proliferaron las plantaciones de caña y con ellas 43 ingenios en toda la zona limítrofe. Para los trabajos agrícolas no se pensó en el obrero asalariado, los hacendados criollos siguieron aferrados a la esclavitud.

Entonces las "repugnantes galeras" continuaron haciendo acto de presencia, portando seres - que arrancados de su madre África - los que no perecieron en ellas o fueron devorados por los escualos, pisaron nuestra cenagosa tierra descalzos y encadenados camino a la costanera norte donde los esperaba una muerte más lenta: La esclavitud. ¡De la misma manera que hubo esclavitud, también existió rebeldía esclava! Los cimarrones - negros indomables - prefirieron soportar los rigores de la gran Ciénaga que mantenerse sumisos ante el "látigo de azúcar" que lentamente los devoraba. Los cayos interiores y en ocasiones la zona Cársica cenaguera, acogieron gustosos a los rebeldes. Los Cimarrones al igual que los aborígenes contribuyeron al habilitamiento y establecimiento de futuros asentamientos poblacionales en el territorio.

En tiempos en que la Cubanía se forjó en la manigua, Cimarrones y Mambises se fundieron para luchar por objetivos comunes: independencia y cese de la esclavitud. Tal parece que litoral, cayos interiores e irregular campanario con sus estrechos senderos, persistieran en resguardar nombres y acciones de los patricios de esta tierra, quienes esparciendo en muchos casos su valiosa sangre por el elemento vital del gran humedal, aferraron como raíz de mangle la antiquísima tradición patriótica del nativo. No solo llenaron de gloria los bosques estos "bravos cubanos", sino que posibilitaron que la educación del gran humedal naciera patriótica, puesto que sus primeros maestros formaron parte del Ejército Libertador:

Pedro Piñán de Villegas: Teniente Coronel. Desempeñándose en el Cuartel general del 5to cuerpo durante la Guerra de 1895. Impartió clases (1905) en Playa "La Gallina".

Coleto Castro Sierra: Soldado del Regimiento de Infantería "Gómez" 4to cuerpo. recuerdan abuelos de hoy - niños analfabetos de ayer - el recio carácter del maestro ¡Quien peregrinaba por los bosques con 70 años encima esparciendo instrucción con su patriótica lanza del saber!


Hispanidad consolida Identidad

Si bien todos estos elementos genésicos tuvieron influencia en la conformación de la identidad cenaguera; son las familias Canarias procedentes del Caimito del Hanábana, Yaguaramas, Batabanó, Jagua y Jagüey Grande, junto a los hispanos peninsulares - que en oleadas migratorias sucesivas arribaron al país entre 1900 y 1925 - quienes se adueñan del protagonismo en la génesis del actual poblador, apellidos: Morejón, Bonachea, Lobato, Niebla, arencibia, Castillo, Sierra y de muchos lares españoles, saturan la población.

Fueron ellos los que a fuerza de laboriosidad y no se sabe cuantos sin sabores, instruyeron a los aisladas familias autóctonas - dedicadas desde siglos a la ganadería extensiva y la caza del cocodrilo y garza real - en las rudas labores forestales. Cada anécdota, historieta, huella forestal (zanjas, carriles, útiles de trabajo, ferrocarriles, dieta y topónimos), se encuentran asociados a la hispanidad.


El hecho que le da a la Ciénaga estatura universal

"La gesta de Girón" ha sido el acontecimiento histórico más estudiado y difundido de la Ciénaga de Zapata. Trascendió allende los bosques y patria, para constituirse en símbolo de victoria, valentía, patriotismo y optimismo de los pueblos del mundo.

A las 5:30 a.m. del 19 de abril de 1961 caía el último reducto mercenario, las arenas de Playa Girón volvían a relucir después de 64 horas de eclipse por la bota invasora.

"... La gratitud infinita de la patria por los que cayeron, ahorrándonos tanto dolor, por lo que puede decirse que nunca tantas vidas se salvaron por las vidas que se perdieron, y que por eso nuestro país, nuestra patria estaría siempre agradecida, y que nuestra consideración hacia sus seres queridos no era privilegio para esos seres queridos, sino respeto al recuerdo de los compañeros caídos(...) porque si el enemigo hubiese ocupado efectivamente, y consolidado un pedazo del territorio nacional, no cabrían en este teatro, ¡no cabrían siquiera en la Plaza Cívica los dolientes que habrían tenido que llorar la perdida de sus hijos o de sus padres, o de sus esposos, o de sus hermanos! (...)"