Juan Ripoll García
Juan Ripoll García. Joven revolucionario asesinado en la Ciudad de Matanzas durante las acciones relacionadas con la Huelga Revolucionaria del 9 de abril de 1958, a manos de los sicarios de la dictadura de Fulgencio Batista, por el cometer el único crimen de defender y luchar hasta la muerte por ver a su patria libre y soberana como lo soñó José Martí.
Sumario
Reseña biográfica
Nacimiento y procedencia
Nació en la Ciudad de Matanzas un 25 de mayo de 1921. Sus padres se nombraron Juan Ripoll Soriano y Regla García Cámona, ambos de procedencia muy humilde.
Vida escolar
Asistió a la Escuela Pública hasta alcanzar el 4to grado de escolaridad, pues las condiciones económicas de la familia le obligaron a abandonar los estudios y comenzar a trabajar desde muy temprana edad.
Vida laboral
Desde la adolescencia comienza a trabajar en diversos lugares hasta alcanzar la mayoría de edad. Su último centro de trabajo fue la destilería Bellamar, ubicada en Pueblo Nuevo (Matanzas).
Actividades insurreccionales
Incorporación al Movimiento 26 de Julio
Junto a Enrique Hart, Machadito y otros se incorpora al Movimiento 26 de Julio, participando en diferentes actividades insurreccionales. Formó parte de los Comandos o Milicias del Movimiento, dedicadas fundamentalmente a las actividades de sabotajes, ya fueran hacer explotar petardos para entorpecer la actividad industrial o comercial, producir apagones, romper vidrieras de comerciantes adictos al régimen, distribuir propagandas, entre otras.
Detención
El 5 de noviembre de 1957 la policía batistiana lo sorprende de madrugada en su casa y se lo llevan detenido. En la prisión lo mantuvieron incomunicado por más de dos semanas. Fue golpeado y torturado, hasta que el 18 de febrero de 1958 lo dejan en libertad, dándole un plazo de 24 horas para que abandone el país.
Expresión de su madre Regla García
“Nosotros –expresa la madre Regla García– le preparamos los papeles para que se marchara del país, pero él se negó a hacerlo. Expresó que nunca abandonaría su patria y que seguiría luchando hasta que la tiranía fuera derribada”.
Otras actividades de sabotaje
El 9 de abril de 1958 participa en compañía de los integrantes de su Comando en acciones de sabotaje en la Zona Industrial de la Matanzas
Regreso a la Ciudad
Al regresar a la Ciudad entra por la calle Contreras y al llegar a la calle Ayuntamiento es identificado el auto de Polito por agentes de la policía, al frente de los cuales estaba Juan Salas Cañizares.
Persecución y asesinato
Ese mismo día 9 de abril de 1958 al auto en el que viajaban los jóvenes revolucionarios Juan Ripoll, Polito y Ruffín le dan persecución hasta que lo alcanzan en la esquina del Instituto de Segunda Enseñanza, donde son baleados y asesinados cobardemente por los sicarios de la tiranía batistiana.
A pesar de encontrarse en desventaja, puesto que solamente estaban armados con revólveres, frente a las ametralladoras de los sicarios, lucharon ferozmente hasta alcanzar la muerte.
Parte oficial de la policía sobre los sucesos de Matanzas
…Morir para vivir…
…“El mediodía de ayer tres individuos armados penetraron en la estación de Radiotiempo y encañonando con sus armas a los empleados…colocaron un disco que portaron los tres individuos y en la cual se incitaba al pueblo a la huelga. Al tener conocimiento el jefe de policía de esta ciudad, el coronel Juan Salas Cañizares, se personó en dicha emisora Radiotiempo en compañía de…”
Ese fue el pretexto. Las balas asesinas troncharon las valiosas vidas de Juan Ripoll García, Julio Ruffín Hoyos y José Antonio Pérez Vidal (Polito), tres jóvenes que decidieron morir para vivir en la obra redentora del pueblo que tanto amaban.
Un rato después un adolescente, con sus libros bajo el brazo, cruzaba por el mismo lugar donde, apenas una hora antes, tres vidas en flor, habían sido transplantadas a la historia. Los asesinos, temerosos, buscaron el carro de bomberos para que regara la acera en la que generosa y rebelde había sido derramada la savia de un nuevo amanecer.
Los asesinos no se imaginaron siquiera que ocho meses después, el pueblo, por el que murieron Polito, Ripoll y Ruffín, les ajustaría las cuentas. Los sicarios murieron para siempre; los valerosos jóvenes viven hoy y sus figuras se agigantan en cada tarea que emprende la Revolución, porque morir por la patria es vivir.
Fuentes
- Periódico Girón. Edición del 9 de abril de 1976
- Centro de Información. Museo Provincial Palacio de Junco. Matanzas.
- Biblioteca Gener y del Monte. Matanzas

