Torta Bejarana

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Torta Bejarana
Información sobre la plantilla
Torta bejarana.jpg
Descripción de la receta
Plato tradicional de Venezuela.
País de origen
Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
Género
Culinario
Ingredientes
plátanos, margarina, bicabornato, clavos molidos, canela, ajonjolí, panela de papelón, bizcochos, queso blanco, pan de horno.

Torta Bejarana.La cocina venezolana es mucho más que arepa ; y aunque éste es el plato más popular de Venezuela en todo el mundo, hay mucho para degustar. La torta bejarana, tiene los sabores de la cocina criolla venezolana, cuyo mestizaje se refleja en esta humilde y deliciosa torta.


Historia

Se iniciaba la última década del siglo XVIII, siendo rey de España Carlos IV, casado con María Luisa de Parma, ambos influenciados por Manuel Godoy. En Caracas, la alta sociedad se encontraba entusiasmada por la última novedad reposteril: la torta que hacían las hermanas Bejarano. Al punto que los caraqueños se encontraban divididos en dos bandos: los que habían probado dicha torta y aquellos que aún no lo habían hecho.

En la Caracas de los siglos XVII y XVIII cualquier novedad era bien recibida ya que a la colonia le estaba prohibido mantener relaciones, importar o exportar objetos, incluyendo telas, bebidas, maquinaria, libros, ron o cacao de cualquier país que no fuera España lo cual, por supuesto, era una incitación al contrabando. Era una sociedad en permanente estado de aburrimiento.

Así que la torta bejarana fue un éxito y que el dinero ingresó con abundancia a la familia, yendo a sumarse al que las malas lenguas decían que ya tenían como producto del contrabando. A las tres hermanitas Bejarano, Magdalena, Eduvigis y Belén, -que la tradición nos indica que eran muy bonitas, de ojos y pelo negros, manos y pies pequeños, cintura estrecha, amplias caderas y piel levemente morena- no tardaron en aparecerles pretendientes, algunos de ellos muy buenos partidos, incluyendo blancos peninsulares. Y aquí empieza el problema, ya que las Bejarano pertenecían a la casta de los pardos.

En el siglo XVIII la sociedad venezolana, que contaba con unas 900.000 mil personas, estaba compuesta por una serie de castas: los blancos peninsulares (aproximadamente unas 20.000 personas) ocupaban los altos cargos de la administración civil y militar. Los blancos criollos, que incluían a nativos de las Islas Canarias, a descendientes de los conquistadores e indias y a hijos de españoles cuyos padres se habían asentado en América, no sobrepasaban las 200.000 mil personas, pero incluso entre ellos había divisiones entre las que se puede señalar la de los “blancos de orilla”, por lo general los canarios o españoles empobrecidos, que solían ocupar el antiguo barrio de La Candelaria. Luego venían los pardos, casta ésta que agrupaba a mestizos (hijos de español e india), mulatos (español y negra), zambos (indio y negra) y una serie de subdivisiones que tenían en cuenta el número de generaciones habidas desde el último antepasado no blanco y, por último, los grupos mas reducidos de indios y negros, fueran estos esclavos o libertos.

A los pardos, las leyes españolas les prohibían el acceso a los cargos públicos, por insignificantes que fuesen. No podían servir en el ejército. Les estaba negada la instrucción académica. Estaba prohibido que se casasen con personas blancas e igualmente estaban impedidos de vestir con telas lujosas (sedas, tafetanes, encajes y terciopelos en el caso de las mujeres), usar joyas de oro o adornadas con perlas o diamantes, utilizar el manto que distinguía a las damas blancas de alta clase -y que dio origen a que dicha clase se la conozca con el nombre de “mantuanos”- , rezar en las iglesias reservadas a los blancos y utilizar alfombrillas para arrodillarse al rezar.

El 3 de junio de 1.793 se promulgó la Real Cédula de “Gracias al sacar” la cual establecía que los pardos podían lograr la dispensa de su condición mediante el pago al fisco real de cantidades de dinero que variaban según el favor al que se aspiraba. Así, se dispensaba de la calidad de pardo o de quinterón, o se podía obtener el derecho al tratamiento de “Don”, mediante el pago de mil quinientos pesos.

Lógicamente, las Bejarano vieron el cielo abierto y se apresuraron a solicitar la dispensa de la calidad de pardas, pagando lo que se les exigía. Y asi, según dice la tradición, un buen día les llegó la disposición real según la cual se ordenaba que “sean tenidas por blancas las Bejarano” -y la malicia popular agregaba “aunque negras sean”-. Pero las chicas no contaban con la reacción de los mantuanos quienes, en 1.796, suplicaron al Rey que suspendiese la aplicación de la Real Cédula, especialmente en las partes que trataban de “dispensación de calidad de pardos y quinterones y títulos de Don” y, entre otros razonamientos, alegaban que “solo ellos (los criollos) conocen desde que nacen o por el transcurso de muchos años de trato en ella, la inmensa distancia que separa a los blancos de los pardos: la ventaja y superioridad de aquellos y la bajeza y subordinación de éstos. Dígnese V.M. considerar: ¿Cómo es posible que los Vecinos y Naturales blancos de esta Provincia admitan a su lado por individuos de su clase para alternar con él a un mulato descendiente de sus propios esclavos o de los de sus padres? A un mulato que puede señalar sus parientes en cualquier servidumbre? Y a un mulato de un nacimiento afeado por un encadenamiento de bastardías y torpezas?.

Aunque la Real Cédula de “Gracias al sacar” no fue suspendida, tal vez como consecuencia de dicha solicitud o por cualquier otra razón, cuando las Bejarano solicitaron se les concediera el derecho de recibir el tratamiento de “Doñas”, les fue negado, agregando el Rey en su mandato que “a pesar de ser tenidas por blancas, no son blancas las Bejarano”. Pero, blancas o pardas, de ellas permanece el recuerdo gracias al trato injusto de que fueron objeto y a la torta que lleva su nombre.


Preparación

Precalientar el horno a 180 °C. Enmantequillar un molde para torta y espolvorear con el ajonjolí. Hervir el plátano hasta que quede como para hacer puré, pelar y triturar. Luego, tostar el pan de horno y molerlo. Después, preparar un melado con el papelón derretido en el agua. Retirar del fuego y colar. Colocar los plátanos, el melado, la canela, los clavos molidos, el bicaborato, los huevo, en un bol y con la ayuda de una batidora mezclar hasta que quede una mezcla homogénea. Verter en el molde. Hornear por 45 minutos, aproximadamente. Retire del horno y deje enfria.


Ingredientes Torta Bejarana

  • 7 plátanos maduros

50 g de margarina

  • 2 huevos
  • 2 cucharaditas de bicabornato
  • 1 cucharadita de clavos molidos
  • 1 cucharadita de canela
  • 4 cucharadas de ajonjolí para decorar
  • 300g panela de papelón
  • 1/4 taza de agua
  • 6 bizcochos rallados
  • 125 g de queso blanco rallado
  • 6 roscas de pan de horno



Fuentes