Mayarí

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Los Primeros Tiempos

La tierra mayaricera es pródiga en su historia, al encerrar en ella las manifestaciones de la existencia del hombre más antiguas de Cuba y quizás de Las Antillas, con una periodicidad de 5000-7000 años antes del presente, pudiendo alcanzar hasta 10000 años.

Esta comunidad denominada por los científicos, proto-arcaicos, dejó un ajuar construido a base de piedra tallada, el sílex, como confirmación auténtica de su existencia en este territorio. Descubierta por el científico cubano Antonio Núñez Jiménez y un grupo de aficionados. Ha sido estudiado por prestigiosos investigadores de esta ciencia. En la actualidad se reportan 53 sitios pre - agroalfareros.

Las manifestaciones líticas de este grupo se encuentran diseminadas por todo el territorio, tanto a orillas de los ríos como en tierra adentro, aunque su mayor concentración se encuentra en el curso medio del Río Mayarí, en la parte de Los Melones, Río Arriba, Lajas, Arroyo Seco, Los Tibes y Granadillo. También se ubican sitios en Levisa, Santa Rita, Loma de la Yaya y Pinares de Mayarí.

El principal asentamiento se encuentra en los farallones de Seboruco (Monumento Nacional), de la que toma su nombre la Cultura Seboruco. Se estima que era un grupo nómada, que vivía en abrigos rocosos, sin descartar la posibilidad de algún tipo de construcción muy rústica en lugares descampados. Allí se encontró además un resto humano, perteneciente a esta cultura. Se trata de una niña de trece años en posición acuclillada con varios objetos de piedras evidentemente asociados como ofrendas funerarias. También se han hallado tres pictogramas en la pared izquierda de la cueva de los cañones, como manifestación del arte primitivo de nuestros primeros habitantes.

En abril de 1982 el arqueólogo aficionado José A. Visiedo Ferrara reportó el hallazgo de una pieza tallada en silex, que evidentemente era utilizada como punta de lanza para la caza de animales; y que fue adoptada por la Asamblea Municipal del Poder Popular como símbolo mayaricero.

Por las características de las evidencias se supone que este hombre fuera de constitución física fuerte. Los asentamientos de Seboruco y Levisa I indican su especialización en la casa de mamíferos medianos y pequeños, la captura de reptiles, moluscos terrestres y marinos. Se destaca la gran variedad de útiles de piedra entre los que aparecen puntas, cuchillos, tajadores, percutores, buriles, raederas, raspadores. Se estima que en períodos más recientes reajustaron su economía hacia la pesca y recolección.

En la década del 60 se descubrió un nuevo sitio arqueológico en Arroyo del Palo, a 5 kilómetros de la ciudad, que centró la atención de arqueólogos e historiadores. Se trata de una cultura aborigen totalmente nueva para la ciencia a la que se le ha dado el nombre de grupo Mayarí. Este grupo vivió entre los siglos IX al XI de nuestra era, o sea entre el 800 y el 1100, se han encontrado sitios con rasgos similares en Mejías (Cueto), Santa Rosalía I (Banes), la Línea y Vuelta Larga I (Mayarí).

Su característica esencial es el empleo de la cerámica como rasgo cultural importante y definido. Las vasijas de dimensiones pequeñas, decoradas con incisiones grabadas que forman líneas entrecruzadas y punteadas, paralelas al borde, en algunos casos con asas simples, comparables con los estilos Mellacoide u Ostinoide, pero se nota la ausencia de burenes, lo que ha provocado dudas a cerca del carácter agricultor de este grupo. No se descarta la posibilidad de prácticas agrícolas incipientes.

En su ajuar se han encontrado objetos de piedra, concha y hueso: percutores, majaderos, dagas y bolas líticas, buriles, hachas, gubias, un collar de cuentas de pescado y como instrumento excepcional una flauta de hueso de ave que mide aproximadamente 10cm. La utilización de piedra pintorea evidencia que decoraban su cuerpo. En Arroyo del Palo se reporta el hallazgo de 2 esqueletos humanos con cráneos no deformados, uno de ellos vinculados a ofrendas funerarias. Se alimentaban de queloneos, tortugas, crustáceos, reptiles y pescado.

El lugar de hábitat se sitúa a orilla de los ríos, utilizando abrigos rocosos, pero es posible que hayan construido algún tipo de vivienda en lugares descampados, como en Mejías de Barajagua, actual municipio de Cueto.

La actividad económica que practicaban incluye la caza, la pesca y recolección, se supone que practicaba una incipiente agricultura, aunque en sus instrumentos se nota la ausencia de burenes.

De esta cultura en la actualidad, hay muchas incógnitas, lo que constituye un reto para los científicos.