Rita Longa

Plantilla:Personaje artístico

Rita Longa Aróstegui (La Habana, Cuba, 14 de junio de 1912 – La Habana, Cuba, 29 de mayo de 2000). Escultora y profesora. Desde muy pequeña sintió una gran atracción por el fascinante mundo de la plástica, que pudo desarrollar a plenitud y con gran elegancia en la creación de sus obras, que instaló en Cuba y otras importantes locaciones de países pertenecientes al continente americano y Europa como Madrid y Oleiros en España, Belgrado en Yugoslavia y Santiago de Cuba y La Habana, en Cuba.
Su alto vuelo imaginativo se volcó en la representación monumental del grupo familiar de venados que se puede observar a la entrada del Parque Zoológico de La Habana; también en la famosa bailarina del internacionalmente conocido cabaret Tropicana; en la imagen de la llamada Virgen del Camino, que hoy es el símbolo del municipio capitalino de San Miguel del Padrón, o la aldea taína de Guamá, en la Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas, por solo mencionar algunas de las más conocidas.
A lo largo de sus prolíficos 88 años de vida, la escultora participó en más de diez exposiciones colectivas en Nueva York y también en otros países de Europa y el Caribe, además de diversas muestras personales organizadas en Cuba desde fines de la década de los años 20 hasta 1997.
Por su larga y exitosa carrera, que dejó plasmada en una amplia obra artística de gran calidad y belleza creadora, Rita Loga Aróstegui recibió múltiples reconocimientos, entre los que se destaca el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1995.
Los galardones que le otorgaron están avalados, sobre todo, por la crítica y la admiración del público, que la acompañó hasta su última morada en el habanero Cementerio de Colón, el 29 de mayo del año 2000.
Aunque ella no está físicamente entre nosotros, por su prolífica obra se mantiene vigente, pues según expresa la especialista Graziella Pogolotti, el pueblo de la Isla “la admira, la reconoce y la recuerda, aun sin nombrarla”.
De ella dijo también Alonso: “El diapasón de esta creadora es amplio; va desde la pequeña obra —digamos de cámara— hasta el conjunto monumental o la estructura destinada a calificar el ambiente; toca los materiales provisionales y también los definitivos, donde la mano tuvo ocasión de concretar con todas las consecuencias del caso la idea con las posibilidades que da el bronce, el mármol, la madera... Semánticamente, encontramos en su labor un gusto por lo sensual, lo táctil, la sublimación de formas que escogieron las líneas del cuerpo femenino como emblema de masas reconocibles, penetradas del vacío rozando en ulterior desarrollo la abstracción, pero muy a menudo ligadas a ese norte que marca un rumbo en el cual la coherencia revela el esfuerzo”.