Siboneyes en el Cerro
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Comunidad Primitiva Los Casiguaguas del Cerro.
En los entornos del río Almendares, llamado “Casiguaguas”, fueron sitios de asentamiento de estos aborigenes.
Descubrimientos arqueológicos
Siempre los especialistas pensaron que los entornos del río Almendares, llamado “Casiguaguas” por los aborígenes, fueron sitios de asentamiento de estos primitivos pobladores. Pero no existía un trabajo arqueológico que así lo refrendara con rigor científico.
Fortuitamente, frente al río, en el Kilómetro 3,5 de la Avenida de Rancho de Boyeros, actual municipio Cerro, se realizaba una excavación industrial por los terrenos de la fábrica de montacargas, cuando aparecieron las primeras evidencias aborígenes. El suceso, ocurrido en 1968, fue informado a la Academia de Ciencias y las piezas fueron colectadas y clasificadas por los especialistas Milton Pino y Ramón Dacal, del Departamento de Arqueología. Pero el sitio quedó en el olvido por más de 20 años.
No fue hasta el año 1992 en que el Dr. Ovidio Ortega Pereira, al frente de un grupo de especialistas, y como parte del censo arqueológico en el territorio, realiza las investigaciones pertinentes que concluyen con el hallazgo que denominaron “Casiguaguas I”, en alusión dado al río, originalmente por los aborígenes, y por ser el primero de los descubrimientos arqueológicos en el área.
El 20 de enero de 1992 se iniciaron las labores con el cateo diagnóstico. Se utilizó la técnica de la estratigrafía artificial por capas de 0,20 metros. Más tarde se trazó una trinchera de 2 x 2 metros, mediante el sistema de coordenadas cartesianas, siguiendo la estratificación natural del sitio.
Las evidencias arqueológicas se hallaron entre 1,30 y 1,90 metros de profundidad, inmersas en una capa negra. La perforación continuó hasta los 2,10 metros, con una tierra más clara, pero arqueológicamente estéril. El sitio está emplazado en una zona baja, sujeta a frecuentes inundaciones.
Vida y cultura
La comunidad aborigen cuyo residuario se halló en el Casiguaguas I, se identifica como pre- agroalfarero, de tradición mesolítica y de economía apropiadora. Por la dieta se infiere que en ellos prevaleció la caza y la recolección. Muchos de los restos corresponden a jutías, entre ellos cuatro especies extinguidas de nuestra fauna; mamíferos, reptiles, aves, quelóneos, y crustáceos. También aunque en menor medida, se hallaron restos de pescado. Llama la atención que debió mantener un constante tráfico fluvial con la costa, a través de embarcaciones, como lo demuestran los numerosos restos dietarios de gasterópodos y crustáceos marinos.
El residuario aborigen descubierto en el Cerro se corresponde con la cultura Ciboney, llamada también “Cultura de Caracol” por la rica tradición conchera manicuaroide, con herramientas hechas con los grandes moluscos univalvos y el manto de gasterópodos, tan abundantes en las playas caribeñas. En el ajuar del “Casiguaguas I” se hallaron platos, vasijas, y una gubia biselada.
En el ajuar lítico del “Casiguaguas I” se hallaron numerosas herramientas por talla directa, como son: percutores, lascas, tajadores, laminillas, muescas y núcleos microlíticos. Estas piezas demuestran el desarrollo de una industria microlítica de silex, bien diferenciada de los primitivos grupos de la cultura Seboruco- Mordán, protoarcaica, generadora de la industria macrolítica del paleolítico.
Referencia
Historiador del Municipio Cerro Carlos Bartolomé Barguez
Fuentes
- Historia del Cerro/Biblioteca Pública Domingo del Monte del Municipio Cerro.

