Cuando fuimos huérfanos
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Nocturnos. Una impresionante historia que sabe combinar el suspense narrativo con las turbulencias de la política y los vaivenes de una atormentada sensibilidad. Una historia que subyuga desde el principio.
Sinopsis
Inglaterra, años treinta. Christopher Banks se ha conver-tido en el más célebre detective de Londres. Pero hay un enigma que es incapaz de resolver y del que él mismo es protagonista: cuando era niño y vivía en Shangai con su familia, sus padres desaparecieron misteriosamente. La ausencia de sus padres, de los que ni siquiera sabe con seguridad si están vivos o muertos, le atormenta. Y por eso decide enfrentarse al caso de su vida y viaja desde una Europa en la que emerge el fascismo y se avecina la guerra a un Shangai en el que se enfrentan los chinos comunistas y el ejército japonés invasor.
Argumento
Kazuo Ishiguro ha ido creando un universo literario propio, y esta quinta novela nos adentra en un «territorio que podríamos llamar Ishiguiria, un escenario desasosegante, hecho de recuerdos y amenazas, sueños y desarraigo, tan inconfundible a su manera como la Greenland de Graham Greene.
Datos del autor
Escritor británico nacido el 8 de noviembre de 1954 en Nagasaki, Japón. Su familia se trasladó a Inglaterra (su padre, oceanógrafo de profesión, empezó a trabajar en plataformas petrolíferas del Mar del Norte) cuando él tenía seis años, siendo ciudadano británico a todos los efectos. Se graduó por la Universidad de Kent en 1978, haciendo después un posgrado de Literatura Creativa en la Universidad de East Anglia.
Aunque varias de sus novelas están ambientadas en el pasado, como por ejemplo An Artist of the Floating World (Un artista del mundo flotante, 1986, en donde la acción se sitúa en su ciudad natal en los años posteriores al bombardeo atómico de la misma de 1945), ha cobrado relevancia como escritor de ciencia ficción. En Nunca me abandones la historia transcurre en un mundo alternativo, similar pero distinto al nuestro, durante los años 90 del siglo XX.
Sus novelas están escritas en primera persona y los narradores con frecuencia muestran el fracaso humano. La técnica de Ishiguro permite que estos personajes revelen sus imperfecciones de manera implícita a lo largo de la narración, creando así un patetismo que permite al lector observar los defectos del narrador al mismo tiempo que simpatiza con él.
Kazuo Ishiguro ha sido merecedor de numerosos reconocimientos entre los que hay que mencionar el Premio Booker de 1989 por Los restos del día, así como la distinción de Orden de las Artes y las Letras por parte del Ministerio de Cultura de la República Francesa. Pero si hay que destacar un premio, sin duda alguna, hay que hablar del Nobel de Literatura conseguido en el año 2017.

