César Vallejo

César Vallejo
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Nacimiento1892
Santiago de Chuco, pueblo de los Andes peruanos
Fallecimiento1938
NacionalidadPeruano
EducaciónFilosofía y Letras
OcupaciónEscritor
Obras destacadasPoemas:"A mi hermano Miguel", "Masa", "Los heraldos negros", "Los pasos lejanos ", "Un hombre pasa con un pan al hombro", "Traspié entre dos estrellas".

Datos Biográficos

Un poeta profundamente humano: César Vallejo

César Vallejo es uno de los poetas de la lengua española que goza de mayor preferencia entre los jóvenes hispanohablantes, tanto de aquellos que se dedican a la creación Literaria, como de los que la disfrutan en calidad de lectores. Quizás estés tú entre esos jóvenes; quizás te sumes a ellos ahora.

Trayectoria

¿De dónde le vino a este hombre el alto aliento poético que lo mantiene completamen¬te actual, a pesar de haber nacido en 1892? Indiscutiblemente estuvo dotado de un especial talento artístico, pero es seguro que las circunstancias en que vivió matizaron esas innatas facultades. Mestizo, de abuelos españoles y abuelas indias, procedía de una modesta familia establecida en Santiago de Chuco, pueblo de los Andes peruanos. Crecido al calor de diez hermanos mayores, sintió de manera muy fuerte el amor filial y fraternal; y ese sentimiento se hizo en el extensivo al género humano, en primer lugar al hombre sencillo, de pueblo, desposeído. Por ello pudo escribir, por ejemplo, poemas como "A mi hermano Miguel" -posiblemente la mejor obra sobre el luto familiar escrita en lengua española - y "Masa", que has podido leer en el libro Poesía universal y a los que podrás volver ahora con más detenimiento. Por supuesto, no solo con los sentimientos y con el talento se puede hacer buena poesía; es necesario también tener conocimientos. César Vallejo los tenía sobrados, tanto; sobre la poesía y la literatura en general, como sobre la lengua española, su vehículo expresivo. En su Perú natal se licenció en Filosofía y Letras. Mientras estudiaba ejerció varios oficios, entre ellos la enseñanza, durante algún tiempo. Pero sobre todo leyó mucha poesía, fundamentalmente la modernista, prueba de ello es la innegable huella de Darío en su primer libro, Los heraldos negros, publicado en 1918.

Por los cuadros de santos en el muro colgados mis pupilas arrastran un ¡ay! de anochecer; y en un temblor de fiebre, con los brazos cruzados, mi ser recibe vaga visita del Noser.

Vallejo no fue nunca, ni siquiera en sus primeras pro¬ducciones, enteramente modernista; se ha dicho que dentro de la poesía de ese momento en Hispanoamérica, Los heraldos negros resultaba un libro raro o poco entendible, por el sentimentalismo desmesurado de varios de sus poemas, desconocido hasta entonces, y por su alteración ortográfica y caligráfica. Recién salido de una cárcel peruana donde había sido llevado en compañía de un hermano por absurdas acusaciones -según su propio decir-, publica en 1922 su segundo poemario: Trilce, Vallejo es aquí un poeta nuevo, no ya raro. Sucede que con el, la poesía en lengua española encuentra su mas alta expresión dentro de la "vanguardia", como se te ha dicho anteriormente.


Pienso en tu sexo. Simplificado el corazón, pienso en tu sexo, ante el hijar maduro del día. Palpo el botón de dicha, esta en sazón. Y muere un sentimiento antiguo degenerado en seso.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos. Oh estruendo mudo. jOdumodneurtse!

Claro que ya antes habían surgido algunas tendencias de vanguardia como el ultraísmo, en España, y su precursor hispanoamericano, el creacionismo y con seguridad Vallejo los conocía; sin embargo su poesía, aunque muy renovadora, resultaba esencialmente distinta a la de aquellos. El surrealismo, con el que tiene evidentes puntos de contacto Trilce, no apareció en Europa, específicamente en Francia, sino hasta dos años después. ¿Como expli¬car entonces tamaña anticipación, diríase que osadía, de este latinoamericano, mestizo por añadidura, que aún no había salido de su suelo natal? Parece indiscutible que de nuevo las circunstancias personales matizan su creación. La experiencia del presidio, aunque breve, dejó profundas huellas en el poeta, laceró su espíritu. Allí comprendió cabalmente la injusticia social. Si hasta entonces se condolía del indio explotado, ahora sentía profundamente la grandeza de los humildes y lo irracional de la separación en clases sociales de los seres humanos. Ahora su amor al hombre se ensancharía aún más, hasta convertirse en solidaria compasión. Trilce es un producto de la cárcel. En ella escribió Vallejo la mayoría de los poemas que componen el libro; en ella, con ayuda de los reclusos, y de forma artesanal, lo editó; pero fundamentalmente, porque en la cárcel encontró Vallejo la forma descamada y violen¬ta de componer versos, que lo convertirían en uno de los poetas mayores de la lengua castellana. En esta obra continua latente el sentimentalismo de Los heraldos negros, pero es un sentimentalismo rabioso, rebelde, que necesita quebrar la sintaxis, romper la métrica, alterar el tiempo, escalonar versos, crear nuevas palabras; el propio título del libro es muestra de esto último. Según algunos estudiosos el poeta lo ha formado de la unión de las tres primeras y las tres ultimas letras de triste y dulce. Quizás nos quiera sintetizar la idea que parece presidir toda su obra: triste es el dolor de los hombres, dulce es su vida en hermandad. El traje que vestí mañana no lo ha lavado mi lavandera: lo lavaba en sus venas otilinas, en el chorro de su corazón, y hoy no he de preguntarme si yo dejaba el traje turbio de injusticia.

Poco después, en 1923, se trasladaría Vallejo a Paris para no regresar más a América. Vivió allí en contacto con intelectuales y artistas, sin detener su producción poética. Durante su vida en Europa visitó varios países, entre ellos la Unión Soviética y España. El primero lo ayudó a radicalizar su pensamiento y llegar a militar en el Partido Comunista; escribió a propósito su libro [[Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin. En España, país al que amó profundamente y al que debe su paso de hombre rebelde a hombre revolucionario, se adhirió a los republicanos durante la Guerra Revolucionaria de ese país. Este acontecimiento históri¬co, que conmovió a los grandes talentos artísticos del momento y en el que se involucraron de una u otra forma los intelectuales mas progresistas del orbe, encontró en Vallejo un emotivo cantor, así lo evidencia el poemario España, aparta de mi este cáliz, obra en la que se explaya su militancia política.

Muerte

En 1938 murió César Vallejo que había profetizado: Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo.

Después de su Muerte

Póstumamente, en 1939 apareció su libro Poemas humanos, que escrito entre 1923 y 1937, incluye una colección homónima, Poesía en prosa y el antes citado España, aparta de mí este cáliz. Un cementerio parisino guardaría su cadáver, pero su obra poética, profundamente humana y a la vez autóctonamente americana se inscribiría por siempre en el patrimonio de la cultura universal.

Fuentes

  • Libro de Español Literatura de 12 grado