Tribu bará
Bará | |
|---|---|
| Localización | |
| País(es) | Brasil |
| Región | las márgenes del Río Vaupés y sus afluentes -Tiquié, Papuri, Querarí |
La tribu Bará En la actualidad, los indios que viven en las márgenes del Río Vaupés y sus afluentes -Tiquié, Papuri, Querarí y otros menores- integran diez y siete etnias. Muchos de estos pueblos indígenas también viven en Colombia en la cuenca del Río Apaporis (tributario del Japurá -o ‘Caquetá’ como se le denomina en Colombia a dicho río), cuyo principal afluente es el río Pira-Paraná.
Historia
La historia de contacto de los pueblos del Vaupés con los no indígenas es muy antigua, bien anterior al gran auge del caucho en la entrada del siglo XX. Remite a las sólidas incursiones de los portugueses en busca de esclavos en la primera mitad del siglo XVIII. Pero a pesar del impacto de esos raptores y del contacto traumático y duradero con los caucheros, esos comerciantes estaban mas interesados en los cuerpos de los indios que en sus almas. Por eso, cabe decir, que en términos religiosos y tal vez sociales también, fueron los misioneros quienes provocaron las mayores transformaciones.
La penetración efectiva de los misioneros comenzó al final del siglo XIX, con la llegada de los Franciscanos. Ellos, y los Salesianos que los siguieron, vieron la cultura de los pueblos del Vaupés a través de los lentes de sus propias categorías religiosas: las malocas de los indios eran consideradas “antros libertinos y promiscuos”, sus fiestas de danza “ocasiones de indecencia y embriaguez”, los payes eran “charlatanes” que incitaban al pueblo, y el culto de Yurupari no era otra cosa que el “culto al Diablo” en persona. Sin conocer, y sin la mas mínima intención de saber lo que esas cosas realmente significaban, los misioneros comenzaron a destruir una civilización en nombre de otra, quemando las malocas de los indios, destruyendo sus ornamentos de plumas, quebrando sus recipientes de chicha, persiguiendo a los payes y mostrando los Yuruparis a las mujeres y a los niños reunidos en la iglesia.
Los padres, al mismo tiempo que atacaban los fundamentos de la cultura indígena transformaban sus sociedades, encerrando a las personas en poblados con casas rígidamente ordenadas -una para cada familia-, y removiendo a la fuerza a sus hijos para que fueran educados en las escuelas o internados. Bajo el estricto régimen de los internados, los niños fueron enseñados a rechazar los valores y los modos de vida de sus padres: se les incentivaba casarse dentro de su propio grupo, se les prohibía hablar las lenguas que les conferían identidades múltiples e interconectadas, etc. Para los misioneros, solamente era importante una identidad: la identidad indígena genérica, que impedía el progreso de la “civilización”.
Como reacción inicial contra la explotación de los comerciantes, las presiones de los misioneros y las epidemias que diezmaron la población indígena, irrumpieron una serie de movimientos milenaristas en la región del Vaupés durante la segunda mitad del siglo XIX. Vistiéndose de padres e identificándose con Cristo y sus santos, los payes-profetas dirigieron al pueblo en la “Danza de la Cruz”, una fusión entre los rituales de Caxiris y los Dabucuris tradicionales con los elementos del catolicismo, en los que se prometía la liberación de la opresión de los blancos y el alivio de los “pecados” que demostraban ser la causa de las epidemias.
Así como los misioneros fueron rechazados por sus ataques contra la cultura indígena, también fueron bien recibidos como fuente de bienes manufacturados, como defensores de los indios contra los peores abusos efectuados por los caucheros, y como proveedores de la educación que los niños indígenas necesitarían para salir bien librados en las nuevas circunstancias. De 1920 en adelante, los Salesianos establecieron en el lado brasilero de la frontera, una cadena de misiones por toda la región, alcanzando el Alto Tiquié a comienzos de los años cuarenta, y destruyendo la última maloca en los años sesenta.
Lengua
Las diez y siete etnias hablan lenguas de la familia Tukano Oriental (con excepción de los Tarianos, cuya lengua tiene origen Arawak), y hacen parte de una amplia red de intercambios que incluye matrimonios, rituales y comercio. Mediante esta red se conforma un conjunto socio-cultural bien definido, comúnmente llamado “sistema social del Vaupés/ Pira-Paraná”, que a su vez hace parte de un área cultural mas amplia que abarca poblaciones de lengua Arawak y Makú.
La familia lingüística Tukano Oriental abarca por lo menos diez y seis (16) lenguas, entre las cuales está el Tukano propiamente dicho. Esta lengua posee el mayor numero de hablantes, y es usada no solamente por los Tukano, sino también por los demás grupos del Río Vaupés en su parte brasilera, así como en sus afluentes Tiquié y Papuri. De ese modo, el Tukano pasó a ser empleado como lengua franca, permitiendo la comunicación entre los pueblos con lenguas paternas bien diferenciadas y, en muchos casos, no comprensibles entre sí.
En algunos contextos, el Tukano pasó a ser mas usado que las propias lenguas locales. La lengua Tukano también es dominada por los Makú, ya que estos necesitan de ella en sus relaciones con los indios Tukano. Ya las lenguas clasificadas como Tukano Occidentales son habladas por pueblos que habitan la región fronteriza entre Colombia y Ecuador, como los Siona y los Secoya.
Debido al significativo número de personas de la cuenca del Vaupés que residen en el Río Negro y en las ciudades de San Gabriel de Cachoeira y Santa Isabel, se estima que cerca de veinte mil (20.000) personas hablen Tukano. Las demás lenguas de ésta familia son habladas por poblaciones menores, y predominan en regiones mas limitadas. Tal es el caso de los Kotiria y los Cubeo en el Alto Vaupés que residen en la zona que queda encima de Yavaraté; de los Pira-Tapuya del Medio Papuri; de los Tuyuca y los Bará del Alto Tiquié; y de los Desana que radican en comunidades localizadas en el Río Tiquié, el Papuri y sus afluentes.
Localización
El Río Vaupés tiene aproximadamente mil trescientos setenta y cinco kilómetros (1.375 Km.) de extensión. Desde su desembocadura en el Río Negro, hasta la desembocadura del Río Papuri, el Río Vaupés se sitúa en territorio brasilero y recorre cerca de trescientos cuarenta y dos kilómetros (342 Km.). Entre este punto y la desembocadura del Querarí, el Vaupés sirve de frontera entre Brasil y Colombia por mas de ciento ochenta y ocho kilómetros (188 Km.). A partir de ahí, hasta su cabecera, el Río Vaupés se ubica en territorio colombiano y recorre ochocientos cuarenta y cinco kilómetros (845 Km.). H. Rice (1910), navegando por el Vaupés, contó treinta (30) cascadas grandes y sesenta (60) pequeñas.
Después del Río Blanco, el Río Vaupés es el mayor tributario del Río Negro. Actualmente, el nombre de “Uaupés” es más usado en el Brasil (en Colombia se habla de “Vaupés”), aunque también se conoce y se le llama “Caiari”. En su curso, el Vaupés recibe las aguas de otros grandes ríos como el Tiquié, el Papuri, el Querarí y el Cuduyari.
Los principales núcleos de poblamiento del Río Vaupés son la ciudad de Mitú, que es la capital del departamento del Vaupés en Colombia, y Yavaraté, que se ubica en el lado brasilero y es la sede de un distrito del municipio de San Gabriel de Cachoeira. Además de ser un centro de ocupación tradicional de los Tariana, Yavaraté también alberga una gran misión de Salesianos y un pelotón fronterizo del ejercito. Existen dos (2) misiones salesianas mas en la cuenca del Vaupés, la de Taracuá (que se ubica en la confluencia del Vaupés con el Tiquié), y otra en el Alto Tiquié conocida como Pari-Cachoeira. También hay un destacamento del Ejercito en la confluencia del Querarí con el Vaupés, y otro en Pari-Cachoeira.
Organización social
Los grupos Tukano son patrilineales y exogámicos, lo que significa que los individuos pertenecen al grupo de su padre, hablan su lengua, y deben casarse con miembros de otros grupos que, idealmente, hablen otras lenguas. Externamente, los grupos son equivalentes pero distintos; internamente, cada uno tiene un número de clanes ordenados jerárquicamente. Los ancestros de esos clanes eran los hijos del primer ancestro de la Anaconda, y el orden de nacimiento, que corresponde al orden de emergencia del cuerpo de su padre, determina su clasificación: los clanes de posición mas alta son colectivamente considerados “hermanos mayores” para aquellos de posición más baja.
La posición del clan se asociada a una jerarquía, y sutilmente se correlaciona con la residencia: los clanes de mas alto grado tienden a vivir en lugares mas favorables, esto es, en las partes mas bajas de los ríos, mientras que los clanes de menor grado viven con frecuencia en las áreas de las cabeceras o en las partes mas altas de los ríos. La clasificación del clan también tiene sus correspondencias rituales: los clanes de posición mas alta, las “cabezas de la Anaconda”, son “jefes” que patrocinan los principales rituales y controlan los ornamentos de danza del grupo y los Yurupari; los clanes de posición mediana son especialistas en danzas y cánticos; debajo de ellos están los Chamanes, y seguidamente, el grado mas bajo, es ocupado por los clanes siervos (servidores), la “cola de la Anaconda”, que a veces se identifica con los Makú semi-nómadas que viven en las zonas interfluviales.
Esa jerarquía de papeles especializados y privilegios rituales se hace muy evidente durante los rituales colectivos en que se recitan las genealogías y se enfatizan las relaciones jerárquicas y de respeto. De manera mas sutil, esa jerarquía también se refleja en la vida cotidiana. Comúnmente, los habitantes de una maloca corresponden a un grupo de hombres estrechamente emparentados -como los hijos del mismo padre o de dos o mas hermanos-, que viven juntos con sus esposas e hijos. Cuando una mujer se casa, deja su maloca natal y se va a vivir junto a su marido.
Simbólicamente, la maloca es la reproducción en miniatura del universo, y sus habitantes constituyen tanto una réplica como un precursor del ideal de organización de clanes recién descrito. De esta manera, el padre de la comunidad que habita la maloca seria el ancestro-Anaconda del grupo entero y sus hijos serian los ancestros de los clanes que de ella se originaron. Siguiendo esa lógica, el hijo mayor y hermano mayor es generalmente el jefe de la maloca, por lo que no es raro que sus hermanos menores sean bailarines, cantadores o Chamanes, cuyos papeles habitualmente corresponden al orden de nacimiento. Pero poder y posición social dependen también de la energía y las iniciativas personales, no se basan solamente en organización formal, parentesco u orden de nacimiento