Euzophera pinguis
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Abichado del olivo. Lepidóptero que afecta principalmente al tronco del olivo y puede incluso causar la muerte a ejemplares jóvenes. El insecto coloniza el tronco a través de las heridas causadas durante la poda. Las medidas preventivas para evitar daños y heridas en los troncos son de gran importancia en el control de esta plaga.
La dificultad de su control químico se debe a que la plaga se desarrolla dentro del tronco y no en el exterior.
Sumario
Características
Es una plaga que produce daños de consideración en plantaciones jóvenes y que a veces están relacionados con la susceptibilidad varietal.
• Adulto. Es una polilla de color crema, con una envergadura alar de 20 a 25 mm. Las alas anteriores presentan dos bandas pálidas en zigzag. Las posteriores son prácticamente blancas con un fino borde pardo.
• Huevos. Los huevos son ovalados, aplanados y reticulados, su color es blanquecino, virando a rosáceos y finalmente se oscurecen a medida que se acercan a su eclosión, su tamaño es de 1 x 0,75 mm.
• Larva. Esta es blanquecina con matices amarillentos o verdosos, llega a alcanzar los 25 mm, su cabeza y las placas torácicas son negras.
• Crisálida. Es de color marrón y tiene una longitud de 10-15 mm, se desarrolla dentro de una estructura de seda poco tupida.
Reproducción
Los adultos alcanzan el máximo de vuelos en el mes de abril, se aparean, depositando las hembras la puesta entre las grietas de la madera, heridas de poda y en la zona de inserción de las ramas. Las larvas neonatas, que alcanzan su máxima población en mayo, penetran en el interior de la madera, de la cual se alimentarán hasta completar su ciclo. Finalmente puparán en el interior de un capullo de seda en la propia galería excavada.
En verano desciende la actividad de larvas y adultos, y desde septiembre a octubre se produce una segunda generación, menos abundante que la primaveral. Afrontan el invierno en estado de larva activa, en el interior de la madera, hasta el mes de febrero, cuando pupan de cara a reaparecer como adultos en la primavera.
Síntomas y daños
Presencia de fisuras y abultamientos en la corteza, debidos a la existencia de galerías excavadas por la larva que impiden el flujo de savia.
La existencia de glomérulos exteriores de color marrón unidos por hilos de seda. Son debidos a la acumulación de deyecciones y serrín extraído por la larva, que se va acumulando en la entrada de la galería. Esto impide la entrada de la luz y de enemigos naturales de la larva Euzophera pinguis. Para su reconocimiento no hay más que levantar la corteza en los puntos que observemos la presencia de dichos cúmulos de material de desecho y seguir excavando a lo largo de la galería hasta la localización de la larva o pupa.
La pérdida de coloración de las hojas localizadas en las ramas atacadas por el insecto. Este síntoma es especialmente agudo en los extremos de las ramas más altas, aunque a medida que se va desarrollando el ataque se puede observar en el resto del árbol.
Fuerte defoliación en las ramas ya infestadas, que generalmente da lugar al secado de la rama y si se trata de árboles jóvenes puede provocar la muerte del olivo. La mortandad es muy alta en olivos jóvenes comprendidos entre los 4 a 10 años.
Esta plaga dirige sus ataques principalmente hacia árboles vigorosos. Los primeros indicios visibles que presenta un árbol atacado no son aparatosos, y no se advierten desde el primer momento, cuando se advierte el daño ya es demasiado tarde.
Medidas preventivas
Las medidas preventivas son muy importantes: provocar las mínimas heridas posibles, evitar los golpes de sol en los troncos, vigorizar los árboles tras heladas o granizadas, entutorar bien los plantones para evitar heridas y huir de la poda y desvaretado en los periodos de máximo vuelo de adultos.
Otra forma muy eficaz es la capturan de los machos de esta especie, con el fin de reducir los apareamientos, por lo que las hembras no copuladas tendrán huevos inviables. De este modo se reduce la población de la plaga.
Para hacer capturas masivas se aumenta la cantidad de trampas por superficie, según situación y homogeneidad de las parcelas. Una trampa controla una superficie de 1.000 m2. Esto se traduce en una densidad de 10 trampas por hectárea.
Medidas de control
Químico
Se debe destruir las orugas neonatas en cada una de las dos generaciones, antes de que penetren en el interior de la madera.
Pulverizar la madera, especialmente las heridas en ramas principales y sobre el tronco en plantaciones jóvenes.
Utilizar una mezcla con aceite de parafina. Aplicación del preparado mediante brocha directamente a las heridas de poda y posibles ubicaciones de las puestas.
Hoy en día en plantaciones comerciales no resultan muy económica por lo costosa que resulta la mano de obra, y con el inconveniente de provocar quemaduras cuando se aplica a temperaturas superiores a 25ºC.
Biológico
Utilizar depredadores como los himenópteros Iconella myelolenta y Phanerotoma ocularis.
Medidas culturales
Colocación de trampas cebadas con feromona para la detección precoz de la plaga y su seguimiento poblacional.
Fuentes
https://www.agrologica.es/informacion-plaga/euzofera-abichado-olivo-euzophera-pinguis/
https://www.euzopherapinguis.com/
https://www.agrochem.es/productos/feromonas/feromonas-sexuales/euzophera-pinguis
https://www.phytoma.com/sanidad-vegetal/avisos-de-plagas/agusanado-del-olivo-euzophera-pingueis
https://probodelt.com/informacion-de-plagas/abichado-del-olivo-euzophera-pinguis/

