Paulina Álvarez

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Paulina Álvarez
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Datos generales
Nombre real:Paulina Álvarez
Fecha de nacimiento:29 de junio de 1912
ciudad de Cienfuegos,
provincia de Oriente,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fecha de fallecimiento:22 de julio de 1965 (53 años)
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Información artística
Otros nombres:Emperatriz del Danzonete
Género(s):Danzonete

Paulina Álvarez (Cienfuegos, 29 de junio de 1912 - La Habana, 22 de julio de 1965) fue una cantante afrocubana.

La llamaron la Emperatriz del Danzonete, y con ese sobrenombre su público la identificó siempre, aunque con su excepcional voz podía interpretar todos los géneros cubanos.

Síntesis biográfica

Nacida en la ciudad de Cienfuegos, dio tempranas muestras de sus prodigiosas facultades vocales y musicales. De niña se radica con su familia en La Habana. Allí realiza estudios elementales de música en la Academia Municipal. Sus primeras presentaciones las ejecuta a los nueve años en beneficios de las sociedades Unión Fraternal, Centro Maceo- otrora Centro de Cocheros- y otras, celebrados en los teatros Campoamor, Esmeralda y Martí. En 1929 se presenta en la pequeña emisora 2-PC de Ángel Bertematy ubicada en la calle Hospital interpretando el son-pregón El Manisero, compuesto en 1928 por Moisés Simons.

Ese mismo año sale a la luz un género musical que la coronaría: el danzonete, creado por Aniceto Díaz. La creación del danzonete, con la obra Rompiendo la rutina, desembocó en la presencia de la lírica vocal en los marcos de la charanga. Esto dio origen a lo que algunos musicólogos denominan el danzón cantado, y la inserción de un cantante en el formato. Comienza a destacarse en este estilo como cantante de la Orquesta Elegante desde 1931. Se presenta como cantante solista de esta orquesta en la emisora CMCJ[1] -la de mayor potencia y popularidad en ese momento- y sus primeros éxitos los cosechó con la interpretación del bolero-son Lágrimas Negras de Miguel Matamoros y la canción Mujer divina de Agustín Lara.

Se convirtió en la primera mujer que interpretó vocalmente el danzonete y que lo llevó a un disco fonográfico. Se realizó especialmente para su tesitura una instrumentación del primer danzonete, titulado, Rompiendo la rutina. El locutor Ruiz del Vizo, de la emisora CMCJ, la bautizó como La Emperatriz del Danzonete, motivado por su elegancia, buen gusto y modo original de interpretarlo. A decir de Oni Acosta Llerena:

"Bautizarla como emperatriz significaba el comienzo de una carrera y junto a ella irían de la mano una serie de cambios propios de alguien que tenía toda la potencialidad de influir en los lógicos y esperados -para muchos- derroteros de un género que podía renovarse a conciencia". (Comunicación personal, 11 de octubre de 2021)

Durante los años comprendidos entre 1931 y 1938 permaneció en orquestas del mismo formato. Destacan entre ellas la de Neno González, Ernesto Muñoz , Hermanos Martínez, Castillito y Cheo Belén Puig. Su popularidad alcanza niveles elevados en la llamada década de oro del danzonete (1929-1938), así lo evidencia su posicionamiento en las principales orquestas de baile y emisoras radiales del momento. En la radio logró convertirse en artista exclusiva de la emisora CMQ desde 1934.

Sin embargo aspiraba a más, y la aspiración se concretó con la fundación de su propia orquesta, compuesta por músicos excelentes que le seguían y respetaban además por sus conocimientos musicales, obtenidos en sus estudios de teoría y solfeo, piano, guitarra y canto, en la Academia Municipal de La Habana, hoy Amadeo Roldán.

Su popularidad fue enorme. Grabó discos con las principales firmas mundiales. Llenaba los escenarios más importantes en el ámbito nacional. Su voz se radia diariamente. Hoy es posible disfrutarla gracias a la magia de las grabaciones. Es indudable su magnífica afinación, el timbre hermoso y su amplia extensión. Los críticos hablan de que su excelente cuadratura le permitían un gran dominio de la expresión y el fraseo. No era raro que tuviera que demostrar sus cualidades, cuando cantaba al aire libre y sin micrófono, en muchas verbenas.

Para diciembre de 1938 ya se anuncian sus actuaciones con orquesta propia. Decide conformar la suya debido a la discriminación que por concepto de género era sometida. Señala a Germinal Barral (Don Galaor, 1939) que lo que la motivó a hacerlo fue la injusticia y la ingratitud de los directores de orquestas hacia ella. Superó las restricciones impuestas por los presupuestos patriarcales para el sistema de creación artística, en el cual los hombres tenían el control y las mujeres principalmente se destacaban como cantantes, pianistas, arpistas, flautistas y violinistas.

Pausas en su carrera

¿Por qué repentinamente Paulina Álvarez decidió a mediados de los años 50 retirarse de manera temporal?

Se dice que por “algunas decepciones”.

¿Cuáles serían? No importa. Lo cierto es que en 1956 volvía a los escenarios, a las orquestas, a las actuaciones solistas, a la radio y la televisión, como si nunca hubiera faltado.

Volvía a ser temas famosos y nacían otros nuevos. Queda en la memoria de los años una lista representativa: “Rompiendo la rutina” “La violetera”, “Mimosa”, “Campanitas de cristal”, “El verdulero”, “Obsesión”, “Aprietas más”, “Vagando”, “Échale solfeando”, “No vale la pena” y “Ritmo pa' mí”.

Últimos momentos

Su último momento en público ocurrió en el programa de televisión Música y Estrellas. Allí cantó y bailó con otra estrella de la música cubana, el gran Barbarito Diez y con una de las orquestas emblemáticas de Cuba, la Orquesta Aragón.

Muerte

Paulina Álvarez, la Emperatriz del Danzonete, falleció en La Habana el 22 de julio de 1965, a los 53 años.

Referencias

Fuentes