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Daniel 8

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Daniel 9
Información sobre la plantilla
Autor(es):Daniel
Categoría:relato bíblico
Idioma:hebreo
Origen:Hacia 550 a.n.e. aproximadamente

Daniel 8 es el octavo capítulo del libro de Daniel. Un texto religioso presente en la Biblia.

El texto comienza diciendo que Daniel recibió su visión mientras se hallaba en Susa, en la provincia de Elam, junto al río Ulai (Daniel 8:2), aunque también es posible que no estuviera allí en primer lugar, sino que su ubicación formara parte de la visión profética.[1]

Cronología

El texto dice que Daniel tuvo esta visión el tercer año del reinado del rey Baltasar, probablemente hacia el año 550 a.N.E. De ser correcta esta cronología, sería el mismo año en el que Ciro II supuestamente conquistó Media.

Los hechos

En el tercer año de reinado de Belsasar, Daniel recibe su segunda visión. Esta vez, un poderoso carnero se planta ante él. Sus dos cuernos, desiguales en tamaño, simbolizan a los medos y a los persas, y lo vemos arremeter con fuerza hacia Occidente, el Norte y el Sur, arrasando cuanto se interpone en su camino (Daniel 8:3-4).

Cuando el estruendo de aquel animal aún resuena, aparece un cabrío veloz, con un único cuerno reluciente. En un abrir y cerrar de ojos, su cuerno embiste al carnero y lo tumba sin misericordia. Pero la victoria dura poco: el cuerno triunfante se quiebra, y en su lugar brotan cuatro puntas menores, reflejo de cómo el imperio griego acabaría dividiéndose tras Alejandro Magno (Daniel 8:5-8).

La escena cambia cuando de esas cuatro puntas surge un cuerno pequeño, ambicioso y agresivo. Crece sin mesura, desafía al “príncipe del ejército” y profana el Templo, suspendiendo sacrificios y oprimien­­­­­­­­­­­­­­­­­­­do al pueblo (Daniel 8:9-12). La intensidad de su furor hace entender que no se trata solo de un gobernante impío, sino de una fuerza que llevaría a Israel al límite de la desesperación.

En ese momento, un mensajero celestial se acerca a Daniel para desentrañar el misterio: el carnero son los medos y persas, el cabrío remite a Grecia, y el cuerno pequeño anuncia al tirano que, en un futuro aún distante, traería sufrimiento y desafío a la fe de los fieles (Dn 8:15-27). Aturdido por la magnitud de lo visto, Daniel comprende que estas profecías hablan de una época de gran tribulación, pero también de la esperanza última de restauración.

Interpretación histórica

Como el ángel lo explicó, el cabrío es el Imperio Macedonio conquistando al Imperio Aqueménida. El cabrío engrandeciendose (Daniel 8:8) es el imperio de Alejandro expandiéndose rápidamente, los cuatro cuernos son los cuatro imperios en los que se dividió el Imperio Macedonio, que serían el Reino de Macedonia, el Reino de Tracia y Asia Menor, el Imperio Seléucida y el Reino Ptolemaico. Y el cuerno pequeño que sale luego, probablemente sea Antíoco IV Epífanes y el príncipe de príncipes Dios. En cuanto a las 2300 tardes y mañanas, que abarcan el tiempo desde la profanación del templo hasta su restauración, es interesante observar que si se dejara de ofrecer un sacrificio por día (lo que implica 2 sacrificios por día, como era la práctica), el total sería de 1.150 días (aproximadamente 3 años y 2 meses). Antíoco IV Epífanes instituyó sacrificios a sus dioses en el templo el 12 de Quislev (diciembre) del año 167 a.N.E, aunque ya había suspendido los ritos judíos antes de esa fecha (según 1 Macabeos 1:44–51). La fecha exacta de la proclamación y su implementación no se conoce con certeza. La rededicación del templo, después de las secuelas de la revuelta macabea, se realizó tres años después, el 25 de Quislev en 164. Daniel 8:25 dice que el cuerno pequeño 'será quebrantado, aunque no por mano humana'. ¿Cuándo comienza el período, con la prohibición de los sacrificios a finales del año 167 o antes, con la destitución de Onías III del sumo sacerdocio en el año 171? ¿Y cuándo termina, con la reconsagración del sumo sacerdocio en el año 164 o en el año 163, cuando murió Antíoco? O, contrariamente a ambas interpretaciones literalistas, ¿es simbólico el número? No sabemos. Por último, según Daniel 8:25 el cuerno moriría 'quebrantado, aunque no por mano humana'. Curiosamente, Antíoco, según 2 Macabeos 9:5-28, tras haber saqueado y profanado el Templo, se vio afligido por una enfermedad física de gran intensidad. Sus síntomas incluían dolores insoportables, y su cuerpo fue atacado por llagas y úlceras.

La leyenda de Alejandro Magno leyendo el libro de Daniel

En el Libro XI, Capítulo 7 de Antigüedades judías, Flavio Josefo relata que, al llegar a Jerusalén, Alejandro Magno fue recibido por el sumo sacerdote y este le mostró esta profecía de Daniel que hablaba de un rey griego que derrotaría al imperio persa, y Alejandro habría comprendido que dichas palabras lo estaban profetizando, y permitió a los judíos seguir practicando su religión y les otorgó privilegios.

Sobra decir que la historicidad de este relato es muy cuestionable.

Enlaces externos

Fuentes

Referencias

  1. Volver arriba Tremper Longman III. 'Daniel: The NIV Application Commentary'. Pág. 202.