La visión final de Daniel
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La visión final de Daniel es el nombre dado a los capítulos 11-12 del libro de Daniel, precisamente por la visión que Daniel tuvo en ellos.
A veces también se suele añadir el capítulo 10 en conjunto.
Sumario
Cronología
El texto de Daniel 11:1 dice que Daniel recibió esta visión en «el primer año de Darío el Medo», probablemente en el año 538 a.N.E.
Curiosamente, la Septuaginta y la traducción de Teodoción traducen Daniel 11:1 como «el primer año de Ciro» en lugar del «primer año de Darío»
Los hechos
En el capítulo 11, un ángel (posiblemente Gabriel) le cuenta a Daniel una visión larga y detallada sobre lo que viene. Básicamente, se trata de una pelea constante entre dos potencias que no se sueltan: el rey del norte y el rey del sur (Spoiler: son los antiguos reinos de Siria y Egipto). Van y vienen, se atacan, hacen pactos y se traicionan sin pena. En medio de todo este drama, aparece un rey súper arrogante que no sólo profana el templo, sino que también se va contra los que siguen fielmente a Dios.
En el capítulo 12, el ángel le dice a Daniel que justo cuando parezca que todo está perdido, entrará en acción el arcánguel Miguel, y todos los seres vivos van a resucitar, unos para vida eterna, y «otros para vergüenza y confusión perpetua». Al final, el ángel le dice a Daniel «tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará».
Interpretación histórica
Daniel 11
Daniel 11:2. Los Cuatro Reyes Persas
Suponiendo que el reinado de Darío el Medo coincidiera con el de Ciro, se contarían los reyes que le sucedieron, los cuales fueron Cambises, Smerdis (también conocido como Bardiya o Gaumata), Darío I, Jerjes y Artajerjes. Tras ellos, gobernaron otros siete monarcas hasta que el Imperio Persa cayó ante Alejandro Magno. Jerjes es recordado especialmente por su riqueza y por haber participado en numerosas batallas contra los griegos, por lo que él sería el candidato perfecto a identificarse este cuarto rey que viene luego de Darío, el medo.
Daniel 11:3. El Rey Valiente
El rey valiente se identifica con Alejandro Magno, quien, en apenas cinco años de campaña militar, logró desmantelar el Imperio Persa y establecer el dominio griego en la región (1 Macabeos 1:1).
Daniel 11:4. Repartido por los Cuatro Vientos
Tras la muerte de Alejandro en el año 323 a.N.E., se desató una prolongada lucha dinástica durante 20 años, culminando en la división de su imperio en cuatro grandes regiones. Esta división dio origen a dos bloques principales: los Ptolomeos, que gobernaron Egipto y Palestina (el rey del sur), y los Seleucidas, que controlaron Siria, Mesopotamia y Persia (el rey del norte). Este periodo de fragmentación continuó durante más de 40 años hasta que los sucesores directos de Alejandro perdieron el control.
Daniel 11:5. Ptolomeo I Soter
Durante los primeros años de la lucha sucesoria, Ptolomeo I se destacó como un hábil político y gestor de alianzas, aunque también experimentó derrotas, como la campaña contra Antígono en el año 309 a.N.E.. Para el año 306 a.N.E., ya había consolidado su poder y se proclamó rey en Egipto.
Daniel 11:5. Seleuco I Nicátor.
Después de la muerte de Alejandro, Seleuco, quien fue uno de los generales de Perdicas, experimentó altibajos, llegando a tomar brevemente Babilonia. Sin embargo, tras verse obligado a retirarse cuando Antígono tomó el control, Seleuco recuperó Babilonia y estableció allí su poder. Este periodo abarca las primeras décadas del imperio de los Seleucidas.
Daniel 11:6. Fracasada Alianza entre Ptolomeos y Seleucidas
Hacia el año 246, Ptolomeo II Filadelfo trató de consolidar su influencia mediante un enlace matrimonial con Antíoco II de los Seleucidas, en un intento de estabilizar relaciones y coordinar intereses. Sin embargo, la alianza se desintegró rápidamente debido a intrigas y conflictos internos, dando paso a un periodo de guerras recurrentes entre ambos reinos que se extendió durante unos 50 años.
Daniel 11:7. Ptolomeo III Euergetes
En los años siguientes, Ptolomeo III, al saber de la muerte de Antíoco II, tomó la iniciativa de invadir Siria con el objetivo de vengar a su hermana Berenice, quien había sido asesinada junto a su hijo en medio de una conspiración interna. Esta invasión logró la captura de ciudades importantes como Antioquía; sin embargo, posteriormente los Seleucidas recuperaron estas regiones.
Daniel 11:10. Seleuco III y Antíoco III el Grande
Tras los conflictos internos, Seleuco III ascendió al trono, aunque su reinado fue breve, ya que murió durante una campaña contra Pérgamo. Su hermano, Antíoco III el Grande, tomó las riendas y realizó significativas victorias, especialmente en el año 218 a.N.E., al conquistar Palestina y retirar el control que había ejercido el reino de los Ptolomeos sobre esa región.
Daniel 11:11–13. Ptolomeo IV Filopator y las Guerras Sirias
Durante la Cuarta Guerra Siria, Ptolomeo IV intentó en vano obtener victorias decisivas frente a Antíoco III. Aunque logró frenar el avance de los Seleucidas hacia el sur mediante maniobras diplomáticas y tácticas militares, eventos como la batalla de Rafia en el año 217 a.N.E. fueron especialmente notables. Tras la victoria en Rafia, Ptolomeo IV pudo mantener el control sobre Palestina hasta su muerte en el año 204 a.N.E., pero las tensiones continuaron y llevaron a la siguiente fase de conflictos.
Daniel 11:14–16. Ocupación de Palestina por Antíoco III.
Posteriormente, Antíoco III, tras obtener una victoria importante en la batalla de Panion en el año 200 a.N.E., consolidó su dominio sobre Palestina, arrebatándola a Egipto y estableciendo de manera firme el control de los Seleucidas en la región.
Daniel 11:17–19. Derrota de Antíoco III por Roma
En el contexto de sus esfuerzos por expandir su poder, Antíoco III se enfrentó a las fuerzas romanas, que estaban afianzando su posición en Grecia. Las batallas de los años 191 y 190 a.N.E. marcaron una significativa derrota para Antíoco, resultando en condiciones de rendición y tratados de paz estrictos que impusieron importantes restricciones al reino Seleucida.
Daniel 11:20. Seleuco IV Filopátor. (187–175 a.N.E.). Hijo de Antíoco III. Tuvo un reinado pacífico la mayor parte del tiempo. La excepción a que se hace alusión en este versículo fue cuando despachó a Jerusalén a uno de sus principales funcionarios, Heliodoro, para apropiarse de fondos que, según se le había informado, o bien eran excesivos para las verdaderas necesidades o estaban siendo acaparados por facciones antiseleúcidas. Antes que Onías III, el sumo sacerdote, pudiera llegar a Antioquía para apelar la decisión y ofrecer una explicación, Seleuco fue asesinado en una conspiración liderada por Heliodoro, con la complicidad, sospechada por los historiadores, de Antíoco IV
Daniel 11:21. Antíoco IV Epífanes. El texto bíblico lo señala como un hombre vil, y ciertamente lo fue. Su título “Epífanes” significa “dios manifiesto”, pero la gente lo apodó Epímanes (loco). Aunque era un miembro de la descendencia real, el trono le habría correspondido al hijo de Seleuco, Demetrio (quien en cambio estaba ocupando el lugar de Antíoco como prisionero en Roma). Otra intriga tenía que ver con el trono. Estableció una corregencia con su sobrino (un menor), quien pocos años después fue asesinado.
Daniel 11:22 – El Príncipe del Pacto
Onías III fue arrestado por orden de Antíoco, mientras que su propio hermano Jasón conspiró para quitarle el cargo. Para lograrlo, le pagó una gran suma a Antíoco y le prometió colaborar en la helenización de Judea, es decir, promover la cultura griega por encima de las costumbres judías. Tres años después, otro personaje llamado Menelao, probablemente con el respaldo del grupo de los Tobíades, ofreció todavía más dinero y terminó quedándose con el puesto de sumo sacerdote. Onías fue asesinado hacia el año 171 a.N.E., y muchos lo identifican con el “príncipe del pacto” que menciona este versículo. Otros piensan que se refiere a Ptolomeo VI.
El “ejército arrollador” mencionado podría representar a los enemigos internos de Antíoco, entre ellos políticos rivales, opositores dentro del pueblo judío, o incluso potencias extranjeras como Egipto.
Daniel 11:25 – Primera Guerra Egipcia (169 a.N.E.)
Antíoco finalmente se lanzó a cumplir su deseo de anexar Egipto a su imperio. Su invasión parece haber sido provocada por una creciente hostilidad desde Egipto, e incluso puede haber sido en respuesta a una acción militar egipcia previa. El primer choque ocurrió entre Pelusio y Gaza, en noviembre del 170 a.N.E. A pesar de esto, Antíoco logró tomar Menfis y consiguió la rendición de Ptolomeo VI.
Daniel 11:26–28 – Ptolomeo VI Filométor (181–146 a.N.E.)
Cuando Ptolomeo VI subió al trono era aún muy joven, así que dos funcionarios, Eulaeus y Lenaeus, quedaron a cargo de su gobierno. Estos consejeros empujaron a Egipto a enfrentarse con Siria, lo cual resultó desastroso. La derrota de Ptolomeo en esta guerra se atribuye generalmente al mal consejo que recibió.
Daniel 11:27 – El sitio fallido de Alejandría
Después de tomar Menfis, Antíoco quiso controlar todo Egipto, pero los alejandrinos se resistieron proclamando rey al hermano menor de Ptolomeo. Antíoco intentó sofocar esta rebelión, pero no logró capturar Alejandría. Apenas regresó a Siria, Ptolomeo VI rompió su alianza con él y retomó la corregencia junto a su hermano.
Daniel 11:28 – Saqueo del templo en Jerusalén
Las fuentes romanas, judías y griegas ofrecen versiones distintas de los hechos, pero todas coinciden en que, durante su regreso desde Egipto, Antíoco entró al templo de Jerusalén y tomó sus tesoros, probablemente buscando financiar sus campañas militares. No se sabe si esto fue justo después de la primera o de la segunda guerra egipcia.
Daniel 11:29–30 – Segunda Guerra Egipcia (168 a.N.E.)
En la primavera del 168 a.N.E., Antíoco volvió a Egipto y logró recuperar Menfis, asegurando el control del Bajo Egipto. Se preparaba para tomar Alejandría y se hizo coronar como rey de Egipto, pero Roma intervino. El cónsul romano Gayo Popilio Laenas se presentó ante él con una advertencia clara: debía retirarse. Cuando Antíoco pidió tiempo para consultar, el cónsul dibujó un círculo a su alrededor en la arena y le exigió una respuesta antes de que saliera de él. Antíoco, humillado por la autoridad romana, no tuvo más opción que retroceder.
Daniel 11:30 – Represalias en Jerusalén
A raíz de un rumor sobre su muerte, Jasón aprovechó para intentar recuperar el sumo sacerdocio, organizando una rebelión contra Menelao. Cuando Antíoco supo lo ocurrido, puede que haya ido personalmente a Jerusalén para controlar la situación. Durante esa intervención, miles de judíos murieron y el templo fue saqueado. En otra versión, Antíoco habría enviado a Apolonio con tropas que, fingiendo traer paz, entraron a la ciudad y luego atacaron brutalmente. En este periodo probablemente se estableció la ciudadela conocida como el Acra, junto al monte del Templo.
Daniel 11:31 – Profanación del Templo
Según los relatos de los Macabeos, Antíoco envió a un hombre llamado Gerón con el propósito de desmantelar la religión judía. Con el apoyo de un considerable ejército, se implantaron prácticas griegas tanto en el templo como en el resto del país. En diciembre del 167 a.N.E., la campaña se intensificó: se suspendieron los sacrificios y se prohibieron el sábado, las festividades y la circuncisión, mientras se establecían lugares de culto griego. El templo fue consagrado a Zeus, transformándose en un centro de adoración pagana y de prostitución religiosa.
Daniel 11:31 – La abominación desoladora
Se interpreta comúnmente como la instalación de una imagen de Zeus Olímpico en el templo. Antíoco identificaba a este dios con Baal Shamem, una deidad popular en Siria, reforzando así su intento de imponer el culto helenístico.
Daniel 11:32 – Corrupción entre los judíos
Muchos judíos apoyaron estas reformas, motivados por beneficios personales. Menelao, el sumo sacerdote, fue uno de los principales aliados de Antíoco, totalmente dependiente de él para mantener su cargo.
Daniel 11:32–35 – La resistencia de los Macabeos
Sin embargo, otros judíos lucharon con valentía contra la helenización, muchos incluso hasta la muerte. La resistencia organizada más importante fue la de la familia asmonea, encabezada por Matatías, un sacerdote. En el año 166 a.N.E., cuando un emisario de Antíoco llegó a su ciudad para imponer las nuevas leyes, Matatías y sus cinco hijos (Juan, Simón, Judas, Eleazar y Jonatán) lo mataron y huyeron, dando inicio a la revuelta. Judas lideró luego la guerrilla, tomando pequeñas ciudades para cortar los caminos a Jerusalén. Tres años después, a finales del año 164 a.N.E., lograron recuperar la ciudad y purificar el templo.
Daniel 11:36–39 – La arrogancia de Antíoco IV
Estos versículos parecen continuar describiendo a Antíoco IV, resaltando su carácter soberbio, sus gastos excesivos para ganar apoyo, y cómo repartió tierras como premio a sus aliados. Todo esto refleja bien el caos y la decadencia del periodo en torno a la profanación del templo.
Daniel 11:40-45 – La Batalla Final.
Aquí los intérpretes están muy divididos. Muchos cristianos interpretan estos versículos con eventos futuros.[1][2] En el caso de Conservapedia, interpreta los versos 40-43 de manera diferente, y declara sobre la muerte de Antíoco en Judea:
«El rey Antíoco murió "en el año 149" (163 a. C.) en las montañas intermedias monte Sion "la gloriosa montaña santa" (Salmos 48:1-2; Salmos 50:2 y "el [Caspian] mar" en Persia. Las montañas Zagros (Zona plegada de Zagros) entre el Mar Caspio y Babilonia es donde murió Antíoco IV Epífanes según 1 Macc. 6 y 2 Macc. 9, y Daniel 11:45. "entre el mar y la gloriosa montaña santa... llegará a su fin sin nadie que le ayude."—"...entre las montañas en una tierra extraña." (Ver Mapa: Zagros Zona plegada: Montañas Zagros) La mayoría de los eruditos bíblicos sostienen que Daniel profetizó erróneamente que Antíoco moriría en Palestina. La profecía de Daniel sobre la muerte de Antíoco IV Epífanes "entre las montañas en una tierra extraña" (2 Macabeos 9:28; Daniel 11:44-45) este controvertido. . Daniel 11:45 no especifica cuál "mar". Algunos estudiantes de la Biblia [fuente: "Daniel", S. Miller, Diccionario bíblico ilustrado Holman] identificar a Antíoco literalmente con Daniel 11:21-44, lo que concuerda con la descripción de sus políticas y acciones en 1 y 2 Macabeos. 1 Macabeos 6:1-16 y 2 Macabeos 9:1-16, 28 muestra que Antíoco murió viajando por la gran carretera de este a oeste (la Ruta de la Seda) atravesando Persia, al noreste de Judea y el monte Sión y al suroeste de la costa sur del Mar Caspio, en la región montañosa de Zagros en Persia entre Ecbatana y Babilonia. Es evidente que no murió en Palestina entre el Monte Sión y el Mar Mediterráneo. . Tradicionalmente, "el mar" și "el gran mar"en la Biblia está el Mediterráneo (Josué 1:4; Josué 9:1; Josué 15:12 y Josué 15:47; Josué 23:4; Isaías 11:11; Jeremías 25:19-22; Ezequiel 47:19; Daniel 7:2-3; comparar Joel 2:20"mar oriental" și "mar occidental", y Miqueas 7:12 "de mar a mar"). Esta es la comprensión de la mayoría de los eruditos bíblicos del Antiguo Testamento como Choon-Leong Seow (C. L. Seow) [Daniel, 2003, Westminster John Knox Press, Louisville, Kentucky, ISBN 978-0-664-25675-3], y John J. Collins, Peter W. Flint y otros [El Libro de Daniel: Volumen 1 Composición y Recepción, 2000, GENIAL, ISBN 978-90-04-11675-7] quienes sostienen que Daniel 11:45 se refiere a las montañas de Judea entre el Monte Sión y el Mar Mediterráneo, o más específicamente al Monte Sión, y concluyen que la profecía de que Antíoco moriría en Palestina "es totalmente inexacta" ya que murió en Persia. Las traducciones de la Biblia de este pasaje difieren: algunas tienen a Antíoco presentando su pabellón "entre los mares"Otros lo tienen"en la gloriosa montaña sagrada", mientras que otros lo tienen más literalmente"entre la gloriosa montaña sagrada y el mar" (ver traducciones variantes en Daniel 11:45). La conclusión de la mayoría de los eruditos del Antiguo Testamento es que el relato de Daniel 11 es completamente exacto hasta el versículo 44, pero incorrecto en el versículo 45 y, por lo tanto, debe haberse completado cerca del final del reinado de Antíoco, pero antes de su muerte en diciembre de 164. o al menos antes de que la noticia llegara a Jerusalén. Pero esta lectura académica de "el mar"como el Mediterráneo, y aquellas traducciones que tienen el pabellón de Antíoco"en/en la gloriosa montaña sagrada (Sión)"en Palestina, una simple lectura literalista del texto bíblico simplemente los descarta como incorrectos (contexto) en lo que se refiere a la muerte de Antíoco entre las montañas de Persia "en una tierra extraña"entre el Mar Caspio y el Monte Sión». [3]
Alternativamente, algunos investigadores sostienen que estos versículos podrían estar resumiendo las dos primeras campañas de Antíoco contra Egipto (en lugar de anunciar una tercera), y que el «fin» mencionado en Daniel 11:45 no se refiere necesariamente a su muerte física, sino al final de su persecución y al declive del dominio seléucida.[4]
Daniel 12
Daniel 12:1-2 declara:
«En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua».
Obviamente estos versículos son generalmente interpretados como referentes a una resurección de muertos a nivel universal, y a veces hasta a un castigo eterno,[5] pero en el judaísmo se interpretan generalmente como metáforas para describir la liberación del pueblo de Israel de Antíoco.
Hay quienes, como Michael Jones, fundador de la organización InspiringPhilosophy, creen que esta profecía se refería a una resurección literal en tiempos de Antíoco IV Epífanes, pero que las profecías bíblicas se pueden «revertir», si ciertas condiciones no se cumplen.
El resto del capítulo es el ángel conversando con Daniel. En Daniel 12:11-13 se dice que desde el momento en el que se quite el sacrificio constante y se ponga la abominación desoladora pasarán 1.290 días, lo que parece contradecir Daniel 8, pero los intérpretes varían en si esto puede deberse a un cambio de calendario, o intentan descifrar en primer lugar qué significan las tardes, noches o días.
Autor y datación del texto
El texto reconoce explícitamente a Daniel como su autor (Daniel 12:4). Sin embargo, esta identificación es controvertida, ya que la precisión con la que se predicen ciertos sucesos ha llevado a muchos estudiosos a pensar que el autor estaría utilizando una técnica conocida como vaticinium ex eventu; es decir, estaría describiendo hechos ya ocurridos como si fueran profecías futuras, escribiendo desde un tiempo anterior al que en realidad le pertenece. Por ello, se ha propuesto que el libro podría haberse redactado hacia en el siglo II a.N.E. [6][7]Desde el punto de vista lingüístico puede ser más complicada la datación (para más información, ver: Libro de Daniel#Análisis linguístico). También es posible que el hebreo usado en este capítulo sea una traducción de un original arameo perdido. [8]
Manuscritos
El manuscrito más antiguo de de Daniel que contiene este texto es uno hallado en Qumrán, denominado el 4Q114,[9] y se fecha con mucha seguridad hacia el año 125 a.n.e.[10] El texto está presente en códices masóreticos y códices basados en la Septuaginta como el Codex Sinaiticus, Codex Alexandrinus, entre otros.
Enlaces externos
Fuentes
Referencias
- ↑ David Guzik. (2016). 'DANIEL 11 - COMENTARIO DE DUMMELOW SOBRE LA BIBLIA'.
- ↑ [1]. Págs 45-47.
- ↑ Book of Daniel. Nota 77.
- ↑ John H. Walton. (2024). El mundo perdido de los profetas: profecía del Antiguo Testamento y literatura apocalíptica en contexto antiguo. Nota 175.
- ↑ David Guzik. (2016). Daniel 12 – El Tiempo de Angustia de Israel.
- ↑ Choon Leong Seow. (2003). Daniel. Pág. 166.
- ↑ W. Sibley Towner. (1984). Daniel. Pág. 164-165.
- ↑ [2]Págs. 563, 568.
- ↑ Dead Sea Scrolls Bible Translations - 4Q114 Danielc.
- ↑ Stephen R. Miller. (2003). Daniel, Book of. En: Holman Illustrated Bible Dictionary

