Brandy de Jerez
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El Jerez, es otro de los llamado vinos generosos, la clasificación lo sitúa como uno de los más importantes vinos blancos de mesa. Es licoroso, seco y de mucha aroma, su nombre es geográfico y lo toma de la ciudad española de Jerez de la Frontera en la provincia de Andalucía, pero el tan afamado licor no se elabora solamente aquí, sino en todo el gran triángulo cercano a Cádiz, formado por el puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda y Jerez.
Características
Su historia se remonta a la antigua Hispania pues en excavaciones realizadas en Roma por el arqueólogo alemán Adolfo Schulten (1870-1960), se halló una ánfora que se estima del año 31 a.n.e. con la inscripción (Vinun Gatidanun), mucho después en el siglo XVI, un soldado de Carlos V, llamado Pedro Ximénez, trajo cepas de una uva de calidad que se cultiva todavía y se conoce con el nombre de este soldado. El Jerez se elabora con viñas procedentes de variedades de cepas o razas de uvas genuinas o de sus mezclas. Las cepas auténticas son dos: la Palomino, la otra es la Pedro Ximénez, existen otros tipos de viñas pero de calidad inferior. Las principales variedades de Jerez reconocidas comercialmente son cinco: el fino, es de color topacio, con un aroma fuerte que huele aunque la botella este sin descorchar, tiene de 15 a 17 grados de alcohol, es un vino llamado de copeo por ser muy vendido al por menor. El amontillado, es de color más dorado y más aromático que el anterior, tiene entre 17 y 20 grados de alcoholes le llama vino de amistad pues se le reserva para las ocasiones de encuentros. El oloroso, es de color oro oscuro que tornasole en rubí, más denso y seco pero con cierto dulzor, tiene de 18 a 20 grados de alcohol, se le reserva para las citas amorosas. Otra de las variedades es el dulce, de color cereza, muy denso y pastoso, se elabora con las uvas de variedad Pedro Ximénez, las cuales se solean durante 10 ó 12 días más que la de racimo, tiene de 20 a 25 grados de alcohol y se consume fundamentalmente en las recepciones. Uno de muy exquisita variedad es el manzanilla, vino en cuya elaboración interviene el aire de esa zona. El Jerez sigue el método de añejamiento de solera, el cual consiste en una serie de barriles superpuestos unos sobre otros en orden descendente de vejez, en la camada inferior reside el arquetipo o patrón del vino. Para que el vino adquiera madurez debe correr la solera, o sea, bajar desde la bota más alta hasta la más baja a razón de medio barril cada año. Los barriles, botas o toneles son de una capacidad de 500 litros y están construidas de robles americanos. Gran Bretaña compra casi el 90% de este tipo de vino, pues además de consumirlo directamente lo emplea para la elaboración de whisky. En el año 1956 compró 261 349 hectolitros de Jerez, por lo que estableció un récord hasta esa fecha, le sigue en la lista Estados Unidos uno de los grandes elaboradores de whisky.
Breve historia del vino del marco de Jerez
Aunque el vino lleve ya varios siglos integrados en la cultura, costumbres y tradiciones de la civilización occidental, sus orígenes entroncan casi con los del propio ser humano. Siempre ha habido constancia de las más variadas formas de bebidas alcohólicas, obtenidas de la fermentación de un amplio abanico de productos de la tierra, dependiendo en cada lugar de las particularidades productivas y meteorológicas. Aunque hay hallazgos anteriores, como por ejemplo las hojas de viñedo en tobas fósiles halladas cerca de Montpelier y pepitas de uva en emplazamientos del Mesolítico en Parma, las primeras pruebas de la extracción del zumo de la uva y su posterior fermentación data de los sumerios. Así, según una frase ya tópica, se dice que el vino lo inventaron todos y nadie, entre el Mar Negro y el Golfo Pérsico... A medida que se produjo la evolución de las poblaciones hacia la agricultura y la vida sedentaria, es decir, de finales del sexto milenio a mediados del cuarto, el cultivo de la vid y su explotación descendieron a través de Asia Menor hasta llegar a Egipto. Sucesivamente pasó a Fenicia y Creta; más tarde a Grecia, Sicilia, sur de Italia y Libia. Parece ser que España debe su cultivo a los griegos de Asia Menor. También llegó a la India mediante Persia y a Gran Bretaña gracias a los romanos que plantaban viñedos en todos los territorios que ocupaban y eran favorables a dicho cultivo. En la Edad Media de la propagación de la vid y el vino se encargaron Carlomagno y posteriormente las órdenes monásticas. Antiguamente el vino se tomaba mezclado con perfumes y especias, los griegos le añadían agua y los romanos lo ayuntaban con miel, especias u otros vi-nos. Hasta el siglo XVIII no se crea la mentalidad con la que se pretende que el vino sea un producto puro de la vid sin que sufra desvirtuaciones. En estas fechas comienzan a consolidarse como países del vino los que actualmente mantienen la tradición: España, Francia, Italia, Portugal, Alemania, etc... Podemos también decir que las primeras noticias del vino de Jerez nos las proporciona en el siglo I A.C. el geógrafo griego Estrabón, que atribuye a los fenicios el haber traído las vides a nuestra región, allá por el año 1100 A.C. La misma noticia recoge Rufo Festo Avieno, historiador romano del siglo del siglo IV D.C., que en su libro Ora Marítima reproduce textos de otro geógrafo griego, Eutymos, esta vez del Siglo VII A.C. Que en tiempo de los fenicios ya se hacía vino en nuestra tierra lo demuestran los hallazgos, como los dos lagares encontrados en el yacimiento fenicio del del Castillo de Doña Blanca (siglo VII A.C.), en El Puerto de Santa María y cerca de Jerez de la Frontera. Para la fabricación de manufacturas de vidrio, cerámica y telas preciosas, los fenicios deforestaron su suelo, los famosos cedros del Líbano, y se vieron obligados a plantar olivos y vides en sus colonias para abastecerse de alimentos. Así pues los fenicios nos trajeron los olivos, las vides y el alfabeto, y vendieron nuestros vinos por todo el Mediterráneo, especialmente en Roma. Uno de los mercados históricos del Jerez (el Sherry) era y es Inglaterra, y su entrada cuentan que se produce cuando Enrique I, un buen Rey que murió de una indigestión de asado de lamprea, propuso a los bordeleses una operación de trueque, lana inglesa por vino de Burdeos, para desarrollar las manufacturas nacionales. La negativa de los franceses abrió las puertas a los jerezanos, que sí aceptaron la propuesta. La calidad y las características de los vinos de Jerez dependen de numerosos factores que actúan relacionados y ordenados, desde el origen del producto hasta que se presenta al consumidor. Todos los factores (clima y terreno para la viña, cultivo, vendimia, elaboración del vino, preparación, comercialización, etc.) son importantes, y el acierto en la elección y desarrollo de cada uno de ellos resulta fundamental para que el vino obtenido tenga éxito. La primera de ellas, la vitícola, que afecta a la obtención de la materia prima, resulta de fundamental importancia para los procesos posteriores. La región de producción de los vinos amparados por las Denominaciones de Origen "JEREZ-XÉ-RÈS-SHERRY" Y "MANZANILLA-SANLÚCAR DE BARRAMEDA" está constituida por los terrenos ubicados en los términos municipales de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Chipiona, Trebujena, Rota, Puerto Real, Chiclana de la Frontera y determinados pagos de Lebrija. El carácter único del vino de Jerez se debe a di-versos factores, entre los que destacan el singular clima, suelo, variedades utilizadas, así como el exclusivo proceso de producción. El clima se caracteriza por conjugar las beneficiosas corrientes húmedas del Atlántico con las más secas del Mediterráneo, formando ambas un microclima único en el mundo. Los suelos de albarizas formados por carbonato cálcico presentan un típico color blanco y una estructura esponjosa. La composición de estos es rica en arcillas, limos, calizas y arenas con un bajo contenido en nutrientes lo que garantiza la supervivencia de la planta y la calidad de las uvas. Las principales variedades plantadas son la Palomino (95% de todo el viñedo), Pedro Ximénez y Moscatel.
Fuente
- Córdovi Hernández, Eduardo. Bebidas Notables.
- Fernández Rodríguez, Isidro y Colectivo de autores. Cómo funcionan las cosas 2.

