Estudio de factibilidad
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Estudio de factibilidad Es un análisis que realiza una empresa para medir la viabilidad de un nuevo proyecto o negocio. Su objetivo principal es determinar si la idea se puede llevar a la práctica y si resultará rentable, antes de invertir grandes recursos en ella.
Sumario
Concepto
Un estudio de factibilidad es un análisis sistemático que evalúa si un proyecto o una idea puede realizarse con éxito dentro de las condiciones técnicas, económicas, legales, operativas y temporales existentes. Debe responder a las preguntas: “¿es posible?”, “¿es recomendable?” y “¿en qué condiciones?”. Es muy importante en muchos casos, antes de tomar la decisión de iniciar una inversión.
Es distinto de un plan de negocio: el estudio de factibilidad se concentra en la viabilidad inicial (¿se puede hacer?), mientras que el plan de negocio describe cómo se hará (operaciones, marketing, proyecciones financieras detalladas). Los expertos consideran que el estudio de factibilidad es la puerta de entrada: si los resultados son favorables, se pasa entonces a la planificación detallada.
El estudio de factibilidad se ha definido como la primera inversión inteligente: cuesta algo ahora, pero evita gastar mucho después.
Todas las teorías sobre estos estudios, están realizadas sobre la base de otro concepto clave: La factibilidad, que es la capacidad de un proyecto o idea para ser llevado a cabo con éxito. Comprender qué es la factibilidad es crucial, ya que permite a los emprendedores y gerentes de proyectos tomar decisiones basadas en datos y no en suposiciones.
Esto incluye la evaluación de los Recursos Financieros, Recursos Humanos, Aspectos Técnicos y las Regulaciones Legales. Y el estudio de factibilidad es la metodología para analizar todos estos aspectos de una forma más precisa y útil.[1]
Componentes
Los componentes típicos de un estudio de factibilidad, son los siguientes:
- Descripción del proyecto: qué se quiere hacer y por qué.
- Análisis técnico: si la tecnología, insumos y conocimientos están disponibles.
- Análisis económico/financiero: costos, ingresos potenciales (que se prevén puedan existir) y retorno de la inversión.
- Análisis de mercado: demanda, competencia y posicionamiento.
- Análisis legal y regulatorio: permisos, normativas, restricciones.
- Análisis operativo: recursos humanos, logística, procesos.
- Evaluación de riesgos: identificación de amenazas y medidas de mitigación.
- Conclusión y recomendaciones: alternativa más viable o rechazo del proyecto.
Tipos de Estudios de Factibilidad
No existe un solo “estudio de factibilidad”, sino que hay varios tipos, dependiendo del aspecto que se quiera evaluar. Los expertos definen ocho tipos fundamentales y en cada uno de ellos, las preguntas que se supone que deba responder ese tipo de estudio.
1.-Factibilidad técnica
Pregunta central: ¿tenemos la tecnología y el conocimiento para realizar el proyecto?
Ejemplo: Si se quiere abrir una panadería que vende panes artesanales con masa madre. La factibilidad técnica analiza si se pueden conseguir hornos adecuados, insumos (o materia prima) de calidad, y si los trabajadores pueden elaborar la receta consistentemente.
Cuando usarla: proyectos que dependen de tecnología, maquinaria especializada, procesos nuevos o conocimiento técnico.
2. Factibilidad económica o financiera
Pregunta central: ¿el proyecto es rentable? ¿los ingresos superan los costos en un plazo razonable?
Ejemplo: Si se piensa lanzar una APP móvil. Aquí se proyectan costos de desarrollo, hosting, marketing, y estimaciones de ingresos por suscripciones o publicidad. Se calcula cuánto tiempo llevará recuperar la inversión.
Cuando usarla: siempre, es el corazón del estudio, pero es especialmente crucial en proyectos que requieren capital significativo.
3. Factibilidad de mercado
Pregunta central: ¿existe demanda real? ¿quiénes son los clientes y cómo competimos?
Ejemplo: Si se quieren vender camisetas con diseños locales. El análisis de mercado verifica si hay público interesado, precios aceptables y quiénes más venden lo mismo.
Cuando usarla: lanzamientos de productos o servicios, expansión a nuevos mercados, introducción de innovaciones.
4. Factibilidad legal y regulatoria
Pregunta central: ¿el proyecto cumple las leyes y regulaciones aplicables?
Ejemplo: Montar un “Food truck” (o Camión de comida”, que son los vehículos o camionetas que se acondicionan para elaborar y vender comidas rápidas, como jugos, refrescos, hamburguesas, etc.). Esta inversión implica revisar normas sanitarias, permisos municipales y requisitos de zonificación.
Cuando usarla: proyectos con requisitos regulatorios, impacto ambiental, uso de suelo o licencias especiales.
5. Factibilidad operativa
Pregunta central: ¿podemos operar el proyecto día a día de forma eficiente?
Ejemplo: Un hospital comunitario necesita analizar logística de turnos, abastecimiento de medicinas, capacidad de camas y coordinación entre áreas.
Cuando usarla: operaciones continuas con alta complejidad logística o dependientes de capital humano.
6. Factibilidad de cronograma (o de tiempo)
Pregunta central: ¿es posible completar el proyecto en el tiempo planificado?
Ejemplo: Un evento deportivo grande debe cumplir con plazos para construcción de instalaciones, permisos y campañas de comunicación. El estudio evalúa si las etapas encajan en el calendario.
Cuando usarla: proyectos con fechas límites estrictas, eventos o campañas.
7. Factibilidad ambiental y social
Pregunta central: ¿qué impacto tendrá el proyecto en el medio ambiente y en la comunidad?
Ejemplo: Construir una represa requiere evaluar efecto en ecosistemas, desplazamiento de poblaciones y medidas de compensación.
Cuando usarla: proyectos de infraestructura, extractivos o que alteren ecosistemas y comunidades.
8. Factibilidad de gestión o administrativa
Pregunta central: ¿la estructura de gestión podrá sostener el proyecto?
Ejemplo: Una empresa quiere ampliar su programa a otra región; debe evaluar si su estructura administrativa puede manejarlo sin perder calidad.
Cuando usarla: expansión organizacional, fusiones, gestión de proyectos a gran escala.
Pasos a seguir
Aunque cada proyecto es único, los especialistas coinciden en que el proceso debe seguir estos pasos: 1. Definir el objetivo y el alcance ¿Qué exactamente se quiere evaluar? ¿El proyecto completo o solo una parte? Definir límites evita análisis interminables. 2. Recopilar información Datos sobre costos, tecnologías, mercado, normativas y experiencias similares. Fuentes: entrevistas, estudios anteriores, bases de datos, proveedores. 3. Generar alternativas No analizar sólo la idea original: comparar varias opciones (por ejemplo, diferentes tecnologías o ubicaciones). 4. Evaluar cada tipo de factibilidad Técnicos, económicos, legales, operativos, ambientales, etc. Para cada tipo, identificar indicadores clave (costos, tiempos, capacidades). 5. Identificar riesgos y mitigaciones ¿Qué podría fallar? ¿Cómo reducir la probabilidad o el impacto? (seguros, contratos, planes B). 6. Realizar cálculos financieros básicos Estimar inversión inicial, costos operativos, ingresos y métricas como período de recuperación o tasa interna de retorno (si corresponde). 7. Concluir y recomendar Resultado habitual: factible, factible con condiciones o no factible. Incluir recomendaciones claras: seguir, ajustar o abandonar. 8. Documentar todo Un buen estudio queda como registro para inversores o autoridades. Debe ser comprensible y sustentable con fuentes.
Errores más comunes
La práctica ha demostrado que, en estos procesos, hay un grupo de errores que se consideran los más frecuentes. Entre los cuales, se encuentran los siguientes:
- Basarse en supuestos sin verificar: creer que “habrá clientes” sin investigar.
- Subestimar costos o tiempos: el optimismo exagerado distorsiona la decisión.
- Ignorar impactos legales o ambientales: puede implicar sanciones o el cierre de la inversión.
- No considerar alternativas: aferrarse a una única solución limita la visión.
- Confundir factibilidad con deseo: que algo “se quiera” no significa que sea viable.
Buenas prácticas
El análisis de los errores que se han presentado por muchos inversionistas, ha llevado a los especialistas y también a los propios inversionistas a identificar un grupo de reglas, que han sido definidas como las “Buenas prácticas para un estudio de factibilidad efectivo”: Ser riguroso con las fuentes: entrevistas, datos de mercado, comparables. Usar escenarios: mejor, medio y peor caso para ver rangos de resultados. Incluir a stakeholders (o “partes interesadas” en español): quiénes serán afectados o aportarán recursos (comunidad, inversores).
- Documentar supuestos: así se sabe qué revisar si cambian las condiciones.
- Actualizar el estudio: un estudio de hace cinco años pierde validez; revisarlo cuando cambian las condiciones, como los precios, regulaciones o tecnología.
Interpretaciones de los estudios de factibilidad
Al finalizar cada uno de los estudios de factibilidad, es importante interpretar el resultado que se obtenga. Estos resultados suelen presentarse en tres grandes conclusiones: Factible: el proyecto es viable con las condiciones actuales. Se recomiendan pasos siguientes (plan de negocio, financiamiento). Factible con condiciones: viable solo si se cumplen ciertos requisitos (financiamiento adicional, permisos, cambios técnicos). No factible: las barreras (económicas, técnicas, legales) son demasiado altas. La recomendación suele ser re-pensar la idea o descartarla. Los expertos en el tema generalmente definen que obtener una conclusión de “no factible” no es un fracaso; es una información valiosa que evita invertir recursos en un camino con pocas probabilidades de éxito. Al mismo tiempo, permite saber qué dificultades se pueden presentar y cómo se podrían superar. Finalmente permite visualizar las condiciones ideales para realizarlo con éxito.[2][3][4]
En Cuba
En Cuba se han estudiado las experiencias acumuladas en el mundo acerca de este tema. Hay organizaciones que pertenecen a las Naciones Unidas que tienen sus protocolos de Estudios de Factibilidad. Por citar un ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, conocida por sus siglas UNIDO, que tienen un Manual para la preparación de Estudios de Factibilidad Industriales. [5]
En 2018, se puso en vigor la Resolución 207 del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, que estableció las bases metodológicas para la presentación de Oportunidades de inversión extranjera, la elaboración de los estudios de pre o factibilidad técnico económico para Oportunidades, Propuestas de negocios con inversión extranjera y propuestas de modificación de los Negocios en operaciones, según corresponda, así como para la presentación del informe anual por las distintas modalidades.
Esta normativa derogó varias otras regulaciones del Ministerio de Ciencia y Tecnología, CITMA (2007), del Ministerio de Economía y Planificación, MEP, del 2013 y del propio MINCEX, del 2014.
Se han publicado un grupo de investigaciones, entre ellas de la Universidad de La Habana y de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba, por citar dos ejemplos, donde se ha abordado el tema de los estudios de factibilidad en Cuba poniendo de manifiesto las insuficiencias prácticas y proponiendo valiosas alternativas, así como también, la necesidad de abordar la modernización en la elaboración de dichos estudios.
Entre las deficiencias señaladas se mencionan la dispersión legislativa, así como la falta de conocimientos y experiencia suficientes entre los directivos y funcionarios que tienen que asumir estos procesos.
Estas investigaciones han llegado a la conclusión que es una tarea que sobrepasa el alcance de una institución en particular y que debieran participar varias entidades del gobierno, junto a centros de investigación y universidades. El método propuesto es actuar “pensando como país”. Es imprescindible capacitar a muchos decisores y técnicos en las técnicas de evaluación de proyectos, y en especial de la evaluación social. Cuba tiene lo que para muchos países es una quimera: alta calificación de sus técnicos, empresarios y funcionarios.[6]Error en la cita: Etiqueta de apertura <ref> sin su correspondiente cierre </ref>
Referencias
- ↑ Análisis de Factibilidad: Entrando en Detalle sobre el Estudio de Factibilidad de un Proyecto Encicloeconomía, consultado el 27 de noviembre de 2025
- ↑ Estudio de Factibilidad Economipedia, consultado el 28 de noviembre de 2025
- ↑ Estudio de Factibilidad: Qué es y qué tipos hay Estudyando, consultado el 27 de noviembre de 2025
- ↑ ¿Qué es la factibilidad de un proyecto? Fases y ejemplos Microbank, consultado el 30 de noviembre de 2025
- ↑ Manual para la preparación de Estudios de Factibilidad Industriales UNIDO, consultado el 20 de noviembre de 2025
- ↑ Los estudios de factibilidad de los proyectos de fuentes renovables de energía en Cuba Ecotemas, Revista cubana de Ciencias Económicas, consultado el 27 de noviembre de 2025