Nicolás II de Rusia

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NombreNikolái Aleksándrovich Romanov
Nacimiento18 de mayo de 1868
Tsárskoie Sieló
Fallecimiento17 de julio de 1918
Ekaterinburgo,Rusia
Causa de la muerteFusilamiento
ResidenciaRusa
NacionalidadRusa
CiudadaníaRusa
TítuloZar
PredecesorAlejandro III

Nicolas II. Hijo de Alejandro III, fue coronado zar en 1894, y desde el primer momento se propuso defender con absoluta firmeza los principios autocráticos de la monarquía. Sus ansias expansionistas en Oriente llevaron al país a la derrota en la guerra contra Japón (1904-1905), situación que provocó la Revolución de 1905, que, pese a ser reprimida, obtuvo del zar la creación de una asamblea, la Duma, sin que por ello fuera concedida una verdadera monarquía parlamentaria. Proclive a la cooperación internacional, impulsó la creación del Tribunal de La Haya y la elaboración de un código de guerra, pero a pesar de la relación de cordialidad con su primo Guillermo II de Alemania, la pertenencia de Rusia a la Triple Alianza determinó que ambos Estados se enfrentaran en la primera Guerra Mundial. Esta situación acabó de mermar la ya deteriorada economía rusa, a consecuencia de lo cual se produjo la revolución bolchevique de 1917. El zar abdicó en favor de su hermano, gesto que no evitó que Nicolás II y toda su familia fueran fusilados.

Síntesis biógrafica

Primeros años

Nikolái Aleksándrovich Romanov, que pasaría a la historia como el zar Nicolás II, nació el 18 de mayo de 1868 en la población de Tsárskoie Sieló. Fue el primogénito del zar Alejandro III. Oficialmente fue el penúltimo zar de Rusia, tras abdicar en 1917 a favor de su hermano menor, el zar Miguel II (Mikail Aleksándrovich Romanov) sin embargo, en la práctica, fue el último zar ruso.

La infancia del futuro zar de todas las Rusias estuvo señalada por la rigidez de su educación dentro de los formalismos propios de una corte aristocrática. Cuando era niño, su abuelo Alejandro II fue asesinado y su padre, Alejandro III subió al trono, con lo que, automáticamente, Nicolás se convirtió el zarévich (príncipe) heredero del imperio ruso.

Juventud

Tuvo una educación sólida y esmerada, con frecuentes viajes a Japón, India e Inglaterra, nación esta última con cuya realeza, los Romanov tenían vínculos de parentesco. Nicolás dominaba el inglés, el alemán y el francés. Tenía una cercana amistad con su primo Jorge V, príncipe de Inglaterra. Nicolás tuvo una juventud marcada por la buena vida, los viajes y los amoríos, algunos tan escandalosos para su sociedad como el que sostuvo con la bailarina Mathilde Kschessinska, pero finalmente sentó cabeza con una nieta de la reina Victoria I, la princesa alemana Alix de Hesse-Darmstadt, con quien se casaría en 1894.

La futura zarina cambió de credo convirtiéndose a la religión oficial del imperio: el cristianismo ortodoxo ruso y, además, cambió su germánico nombre por el de Alejandra Fiodorovna. Poco antes de su matrimonio, el zar Alejandro III había fallecido y, tras un prudente tiempo de duelo, Nicolás fue coronado ese mismo año como zar.

Gobierno

Su gobierno se caracterizó por ser una monarquía autocrática, en la misma línea que sus antecesores y sin la menor intención de cambiarla o de ceder un ápice el poder, por el contrario, todos sus esfuerzos se centraron en preservar el poder absoluto de la monarquía rusa. Pese a todo, Nicolás no tenía capacidades políticas para dirigir un imperio, se dejaba llevar por los consejos de su neurótica esposa Alejandra, quien tenía una inmensa influencia sobre el débil zar.

Nicolás II reavivó los afanes expansionistas del imperio, emprendiendo campañas hacia el Oriente, mismas que terminaron con la Guerra ruso-japonesa (1904-1905), misma que le atraería la animadversión de los rusos y provocaría levantamientos armados en 1905. Obligado, tras las revueltas, tuvo que reconocer a una asamblea legislativa, la DUMA, que de algún modo limitaba su poder. Pese a todo, Nicolás II seguía siendo un ferviente creyente en la autocracia y evitó, por todos los medios, el tránsito de Rusia hacia la monarquía constitucional.

Nicolás seguía atendiendo los consejos de la zarina, quien, además, tenía arranques místicos manipulados hábilmente por un oscuro personaje que se hacía pasar por monje: Grigori Yefímovich Rasputín. Este personaje se había logrado colar hasta el poder gracias a que los zares estaban convencidos que, gracias a sus curaciones mágicas la enfermedad del zarévich Alejandro, la hemofilia, se había controlado. Nicolás no sería un gran zar, pero siempre gozó la fama de ser un buen esposo y un solícito padre.

Abdicación

En 1914, estalló el conflicto armado contra Alemania, gobernada a la sazón por su primo Guillermo II con quien sostenía buenas relaciones; pese a todo, ambas naciones se vieron enfrentadas en lo que terminaría convirtiéndose en la Primera Guerra Mundial.

Las pérdidas económicas, las derrotas y el sufrimiento del pueblo ruso por la guerra, aumentaron la impopularidad del zar, quien además había asumido la dirección del ejército ruso en 1915; ante su incapacidad fue obligado a abdicar en marzo de 1917.

Tras la abdicación, Nicolás II y su familia en pleno (su esposa Alejandra, sus hijas -Olga, Tatiana, María y Anastasia- y el zarévich Alejandro, además del médico y varios sirvientes) fueron hechos prisioneros por los bolcheviques, quienes los trasladaron primero a Tobolsk en donde vivieron el crudo invierno siberiano, en la primavera fueron trasladados a Ekaterinburgo en donde los mantuvieron en el sótano de una casa de campo. Todo parece indicar que fueron fusilados brutalmente el 17 de julio de 1918 . Un concilio arzobispal decidió canonizar al zar Nicolás II y su familia como mártires cristianos del comunismo en el año 2000.

"La experiencia demuestra que los hombres y las palabras son incapaces de gobernar los acontecimientos"

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