Huerto intensivo

Huertos Intensivos
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Taxonomía
Reino:Plantae


Huertos Intensivos. Un huerto intensivo, se puede definir como una huerta en la que aprovechando la fertilidad natural del suelo y enriqueciendo y manteniendo la misma mediante prácticas de manejo integrado de la nutrición y la fitotecnia de los cultivos, sobre la base de los principios de una horticultura orgánica, se pueden obtener altos rendimientos por unidad de superficie y tiempo con alta calidad de sus frutos agrícolas. Un huerto intensivo es una parcela de terreno destinada a la producción de hortalizas, que se explota continuamente dadas sus características de localización y condiciones.

Localización

La macrolocalización de un área para el fomento de un huerto intensivo con fines de generación de ingresos se hará atendiendo a los siguientes aspectos generales:

1. Condiciones edafoclimáticas adecuadas a los cultivos del huerto que tienen salida para el autoconsumo y el mercado. Se deberán considerar los requerimientos generales de suelo y clima y sus factores favorables y desfavorables (limitantes), así como la idoneidad de los cultivos a las condiciones del lugar, su estacionalidad y relación con la demanda.

2. Requisitos para la factibilidad de establecimiento del huerto bajo principios de la horticultura orgánica .

La microlocalización del huerto en la Finca se hará teniendo en cuenta:

1. Suelo fértil naturalmente o susceptible de mejorar con prácticas y medios disponibles.

2. Suelo con adecuadas propiedades físicas que permitan su laboreo y drenaje.

3. Terreno con pendiente ligera (2 - 4 %).

4. Suelo libre de infestaciones por nemátodos que no puedan ser controlados con métodos incompatibles con la agricultura orgánica.

5. Disponibilidad de agua con calidad suficiente para uso agrícola.

6. Fácil acceso.

7. Idoneidad topográfica para el cercado, protección fitosanitaria y protección contra vientos. 8. Disponibilidad de insumos.

Para el caso de la aprobación de un área en la que no existen alternativas para la selección, es decir que se trata de decidir si se utiliza como huerto o no, el análisis se deberá enfocar hacia el estudio de los factores limitantes de que los cultivos puedan expresar su rendimiento potencial y de los otros factores antes mencionados, así como la factibilidad del empleo de prácticas capaces de paliar el efecto negativo de dichos factores adversos. A diferencia del organopónico, en el huerto intensivo no se construyen contenedores o canteros con guarderas, sino que se utiliza el mismo suelo del área. Sin embargo esto no excluye el uso de materia orgánica como parte del medio de cultivo, todo lo contrario, la aplicación de materia orgánica en sus distintas variantes es parte de las prácticas de manejo intensivo del huerto. Por esta razón en su localización se debe considerar además la disponibilidad de fuentes de materia orgánica. Se refiere al cultivo de vegetales sobre suelos mejorados a través de prácticas agrícolas orgánicas y bajo manejos fitotécnicos intensivos y sostenibles. El tamaño del Huerto Intensivo varía de acuerdo con el área existente, la disponibilidad de agua y el volumen de producción necesarios: puede tener entre algunos cientos de metros cuadrados, hasta más de una hectárea, aunque no resultan muy aconsejables los huertos extremadamente grandes, dado que necesitan personal administrativo y recursos materiales costosos y, por lo general, la eficiencia disminuye. Cuando se presenta la necesidad de un área considerable de Huerto Intensivo, en forma compacta, es preferible subdividirla en áreas menores. El fomento y explotación de un huerto puede hacerse en diferentes condiciones. El primero de los casos sería el fomento de una huerto en condiciones de una finca en la que se dispone de diferentes terrenos, o en el segundo, el fomento en un área de dimensiones limitadas y que no ofrece posibilidades de selección, es decir o se trabaja o no se trabaja.

Preparación del cantero para la siembra.

Constituye una de las operaciones de mayor responsabilidad en la exploración del huerto intensivo. De su calidad depende el éxito de la producción y la estabilidad de los rendimientos en sucesivas cosechas. Una vez seleccionada el área, de acuerdo con los requisitos establecidos, se procede a la preparación básica del suelo. Para los huertos grandes Se incluye la subsolación y aradura profunda, en forma mecanizada o con tracción animal. Para huertos pequeños Es necesaria una preparación, a la mayor profundidad posible, con tridente. En ambos casos, siempre hay que tener presente que la friabilidad y aireación en el lecho de siembra es imprescindible para la obtención de altos rendimientos. Después de preparado y nivelado el suelo, se procede a la formación de los canteros, en los que se utilizan, fundamentalmente, 2 formas:

  •  Formación del cantero junto con la aplicación de materia orgánica y su mezcla con el suelo. La cantidad de materia orgánica que se debe aplicar debe ser superior a 10 kg/m2 (100 t/ha). 
  • Uso del cantero chino. Consiste en extraer 30 cm superiores de la capa del suelo, remover con tridente o herramienta similar otros 30 cm. mezclar el suelo extraído con la materia orgánica, en proporción que debe alcanzar 1:1 y depositar esta mezcla en el lugar de origen del suelo, así queda conformado el cantero. Con el uso del cantero chino, se puede prescindir de la preparación básica del suelo.

Orientación de los canteros.

En todos los casos, es imprescindible que los canteros sean orientados transversales a la pendiente predominante en el terreno. Si esto no fuera posible, entonces se procederá a formar canteros de corta longitud. Esta práctica contribuye, en gran medida, a la conservación de los suelos y con ello, a la garantía de altos rendimientos. Siempre que la pendiente lo permita, los canteros se orientarán de norte a sur. En casos excepcionales, se pudiera utilizar la siembra en surcos en el Huerto Intensivo, para algunos cultivos como el quimbombó, o con el fin de emplear áreas que se encuentren en fase de rehabilitación o preparación de canteros, siempre sobre la base de la explotación intensiva. El factor decisivo en la estabilidad de los altos rendimientos, está determinado por la constancia y disciplina de las actividades para la restitución de la fertilidad del cantero, una vez realizada la cosecha, lo cual va desde el laboreo, para darle las condiciones físicas necesarias, que incluyen la subsolación ligera, hasta la aplicación de materia orgánica, antes de la próxima siembra, que debe alcanzar los 10 kg/m2 al año distribuidos por rotaciones de cultivos. En caso de déficit de materia orgánica para restituir la fertilidad del cantero, ésta puede ser aplicada localmente, en el nido de siembra de la postura o semilla. Tanto en el caso de los Organopónicos como de los Huertos Intensivos, se debe lograr un óptimo aprovechamiento del área como, por ejemplo, sembrar en la periferia, aprovechar la cerca para plantar habichuela, chayote u otros cultivos hortícolas trepadores, entre otras prácticas.

Principios técnicos generales.

Los principios en los que se sustenta el cultivo en huertos intensivos son en sentido general los mismos que para el cultivo organopónico u horticultura orgánica, solo que con adecuaciones a su diferencia fundamental con el organopónico: el uso del suelo del lugar. El cultivo en huertos intensivos posee lo señalado antes como ventaja, sin embargo como desventaja todo lo que esta relacionado con la posibilidad que ofrecen los contenedores para el control de condiciones y manejo del sustrato, así como en principio el hecho de que está en desventaja contra un sustrato que es mitad suelo mitad materia orgánica (u otra proporción como en el caso del uso de la zeolita como tercer componente), lo cual le otorga propiedades físico - químicas y biológicas mejoradas. Esta desventaja será menor en la medida en que la fertilidad natural del suelo sea mayor y en la que sea posible añadir estos materiales en cuantía apropiada, teniendo en cuenta las necesidades de los cultivos y el aspecto económico. No se excluye la posibilidad de que se pueda prescindir totalmente de la incorporación de materia orgánica como mejoradora de suelos para el inicio de la explotación del huerto. Existen suelos con características excepcionales para la horticultura en los que incluso no sería aconsejable el empleo de ningún material externo, que en muchos casos son armas de doble filo en cuanto a ser portadores de elementos minerales a niveles tóxicos, plagas o enfermedades del suelo y semillas de malezas. En este caso se encuentran algunos suelos de origen volcánico y suelos de forestas de América Central, que junto a la altitud y las variables climáticas concurrentes, le confieren propiedades exclusivas para una horticultura exitosa sin mayores limitaciones que el apropiado uso de la tecnología. Los principios a seguir desde el punto de vista fitotécnico corresponden a los de una horticultura orgánica, según se ha mencionado antes, pero el carácter de intensivo está conferido en honor a la palabra precisamente por el uso de procedimientos de este tipo con alcance a métodos de siembra, rotaciones, arreglos espaciales, asociaciones, métodos de preparación y mejora con materia orgánica de los suelos, aplicación de alternativas de fertilización biológica, alternativas biológicas de lucha contra plagas y enfermedades, manejo integrado de malezas, uso del riego, entre otras prácticas.

Esencialmente estos principios pueden enumerarse como sigue:

1. Uso del suelo del lugar enriquecido con materia orgánica y/u otros materiales.

2. Uso de variedades de plantas resistentes a plagas, enfermedades y condiciones adversas del medio, adaptadas a las condiciones del huerto intensivo.

3. Uso de alternativas biológicas y productos naturales para el control de plagas y enfermedades.

4. Uso de alternativas biológicas y orgánicas para restaurar la fertilidad del suelo de forma sistemática e integrada.

5. Empleo de prácticas fitotécnicas adecuadas y como complemento en el manejo intensivo del suelo.

6. Uso de las distancias y sistemas de siembra más apropiados para cada especie cultivada, rotación y asociación de los cultivos en los canteros.

7. Uso de la estacionalidad de los cultivos, trazándose calendarios óptimos de siembra y sucesión, de forma que sea escalonada la cosecha o acorde a las necesidades o exigencias de los mercados.

8. Uso de alternativas genéticas o fitotécnicas para el cultivo de especies que en condiciones controladas pueden extender su período de cosecha. Por ejemplo el tapado con telas que regulan la cantidad de radiación solar para hortalizas en el verano o uso de variedades adaptadas.

9. Aprovechamiento máximo de los recursos naturales localmente disponibles en prácticas tales como el mulching o empajado, tutoreo de especies de enredadera, etc.

10. Uso de productos estimuladores del crecimiento vegetal elaborados a partir de fuentes orgánicas.

11. El huerto intensivo no excluye los principios de una agricultura integrada en los predios, en la que se combine la producción agrícola y animal como fuente de un flujo seguro de biorrecursos.

12. La relación especialización - diversificación de la producción debe responder a un equilibrio armónico en correspondencia con el equilibrio recursos locales - insumos externos.

13. La experiencia local es la mejor experiencia. Si bien se pueden adoptar prácticas de cultivo, ellas requieren ser adaptadas localmente, pues las condiciones climáticas, las características de los suelos, los recursos naturales, la población animal y vegetal al nivel de los macro y microorganismos e incluso las tradiciones, son características propias de cada zona geográfica y quiénes mejores las conocen, por el transcurso de los años, son quienes viven y trabajan en su entorno.

Referencias

1. Abad, M. Curso superior de especialización sobre cultivo sin suelos / M. Abad.-- Almería : FIAPA, 1993.-- 363 p.

2. Altieri, M.A. Agroecología. Bases científicas para una agricultura sustentable/M.A. Altieri.-- Consorcio Latino Americano sobre Agroecología y Desarrollo, 1997.-- 249 p.

3. Guzmán, C.T, Yanet Ojeda y J.L. Pozo. La agricultura urbana. Algunos conceptos, consideraciones y perspectivas. En: Memorias. Primer Encuentro Internacional sobre Agricultura Urbana y su Impacto en la Alimentación de la Comunidad.-- Ciudad de La Habana : 1995, p. 7 - 11.

4. Pérez, R. La Permacultura como forma de Agricultura Urbana. En: Memorias. Primer Encuentro Internacional sobre Agricultura Urbana y su Impacto en la Alimentación de la Comunidad.-- Ciudad de La Habana : 1995, p. 19 - 23.