Cuentos feos (Libro)
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Cuentos feos.Libro de cuentos infantiles escrito por el escritor jiguanicero Héctor Luis Leyva Cedeño, publicado por la Editorial Ediciones Bayamo.
A inicios de la famosa tragedia shakespereana Macbeth, las voces de tres brujas que se abren paso entre tinieblas exclaman: “Lo bello es feo, lo feo es bello”. Indiscutiblemente, los conceptos de belleza y fealdad son ambivalentes y dependen de la cultura, la época, la política, la economía o la religión. En el arte auténtico, la representación estética de lo feo constituye una forma peculiar de la afirmación del ideal de belleza. Toda negación, para ser viva y poética, ha de hacerse en nombre del ideal.
Desde los conceptos griegos de belleza, el bien, lo verdadero, lo justo y lo armonioso en forma y fondo de Platón, hasta el esplendor de lo feo y sus paradojas, la fealdad se ha abierto de manera intermitente en la Historia, sobre todo después de que el Renacimiento sublimara la belleza clásica. La penúltima cruzada por resquebrajar el canon y mostrar otras perspectivas empezó hace dos siglos con el Romanticismo, que exaltó las formas libres, el sentimiento sobre la razón, la fantasía y las pasiones con un aliento trágico. Cien años después vendrían las vanguardias que reinventaron el arte, las dos guerras mundiales que trastocaron toda racionalidad y sensibilidad que hizo que el arte acechara cada vez más la realidad. Era el despegue de estéticas alternativas que pasan a ser fenómenos sociales a un ritmo vertiginoso. Era la era de la belleza emancipada.
Ustedes, querido auditorio, me disculparán si exploro estos preceptos, tesis o tendencias, muchas de ellas generacionales, pero es solo un pretexto para comprender el alcance y la trascendencia, tal vez la génesis, de la obra que hoy tengo el inmenso placer de presentarles. Se trata del libro dedicado a los infantes intitulado Cuentos feos del escritor jiguanicero Héctor Luis Leyva Cedeño, quien finalmente asiste al nacimiento de esta serie de cuentos, multipremiados en diferentes convocatorias provinciales, y recientemente en un certamen nacional, uno de los trabajos más hermosos y de mejor factura creados para el público infantil, tanto por su contenido como por su formato editorial.
Héctor Luis ha hecho lo que pocos algunos escritores del género han logrado: destronar la belleza tradicional y revolucionar el futuro estético. Conquistar la fealdad. Redimirla. Ha agotado el canon clásico. Ha buscado nuevos horizontes a través de la transgresión, la rebeldía, la provocación y la subversión, así como la crisis de valores y movimientos contraculturales. El autor enfoca con sutileza la concordancia con los tiempos mercantiles y consumistas, el desarrollo de las nuevas artes y medios, como la fotografía, la televisión, la música, que difuminan y normalizan cualquier frontera; el vivir de espaldas a la naturaleza e imitarla en un mundo artificial, por la globalización, la neomanía y otras ideas en las que están involucradas la publicidad y la moda, aunque todas parecen salir de una misma raíz o desembocar en el mismo punto: lo feo como máscara y recurso para llamar la atención y obtener una identidad original y genuina en un mundo espiralmente competitivo donde lo feo ofrece un abanico de posibilidades inagotable, irrepetible. Un complemento perfecto al glamourismo, y donde la belleza pudiera convertirse en una categoría anacrónica porque salva la fragilidad de su equilibrio, la fascinación agazapada por la imperfección.
Muestra de ellos son los 8 cuentos agrupados en este cuaderno, plagado de fantasías, un refinado humor y parábolas que no pretenden solazarse con el didactismo y el discurso superficial. Aquí el público se enfrentará a seres, a quienes la pretensión los conduce a la autoreflexión personal, a meditaciones filosóficas que desembocan en situaciones risibles, insulsas, donde la resignación, la fragmentación del carácter, de la identidad no son más que estaciones, peldaños hacia el olvido (Rufino perro fino)
Resalto brevemente la historia “ Un cuento feo” donde lo feo no es la ausencia de lo bello, pero sí su negación positiva, esto hace que lo feo sea a todos los efectos un concepto relativo a lo bello como su negación. Lo bello es una idea originaria y lo feo secundario. Lo bello está enfrentado a lo feo por antonomasia, pero no ontológicamente, sino dialecticamente como peligro interno que amenaza su naturaleza, como contradicción esencial.
Muchos son los temas que aborda Héctor Luis en este cuaderno, como el desgarramiento filial que pulula en la familia cubana actual, el acercamiento y enfoque al tratamiento del adulto mayor desde el punto de vista social, la influencia pedagógica y didáctica que ejercen las instituciones docentes en la formación ñetica de sus educandos, etc. En fin, pudieramos comentar días enteros sobre esta obra imperfecta a la cual el equipo editorial puso todo su empeño, por lograr un trabajo final que agradara, en primer lugar, a su autor, a quien se le consultó hasta los ñultimos momentos cada detalle, cada propuesta, cada sugerencia, en aras de lograr un producto loable e imperecedero.
Quiero destacar el papel jugado por los ilustradores Iván Suárez Acosta, el lazarillo más fiel de Héctor, Alexander Sánchez, quienes realizaron unas inefables y auténticas imágenes de cubierta e interiores que felizmente acompañan al texto. Sobran los méritos y las palabras. A todos los amigos y musas inspiradoras de la obra y creatividad de Héctor, quienes siguen todavía postando por él. Y especialmente a us hermanita y su perseverante madre, por el apoyo, el desvelo, la fe en esta inolvidable empresa.
Fuente
Centro de Promoción Juan Clemente Zenea
Editor y poeta Joel Prado Rosales