Deuteronomio
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Deuteronomio (Dt). La forma hebrea Debarim ( דְּבָרִים ) (“palabras”) es el título del quinto libro del Pentateuco. Corresponde con los que en la tradición hebrea forman la Torá (La Ley), núcleo de la religión judía.
Deuteronomio deriva de la traducción de una frase de 17.18 en la Septuaginta (vs. griego. del Antiguo Testamento) El rey debía preparar “una copia de esta ley”. La frase se traduce en griego: como to deuteronomion touto, lit. “esta segunda ley”. Posteriormente, en la Vulgata latina (traducción de la Biblia al latín, realizada a finales del siglo IV), se tradujo del griego como: deuteronomium. Se consideró el contenido del libro como una segunda ley, ya que la primera se dio en el monte. Horeb (Sinaí), y la segunda (la repetición) en las llanuras de Moab.
Sumario
Situación histórica
La llegada de los israelitas a tierras de Moab es el hecho que prácticamente señaló el final del recorrido iniciado enEgipto cuarenta años atrás (1.3). Las llanuras de Moab, al este del Jordán, fueron la última etapa de aquel larguísimo recorrido, en el curso del cual fueron cayendo, uno tras otro, los miembros del pueblo que habían vivido los tiempos de esclavitud y que luego, colectivamente, habían protagonizado el drama de la liberación (1.34–39; cf. Nm 14.21–38). Ese fue el castigo de la pertinaz rebeldía de Israel: que, «exceptuando a Caleb hijo de Jefone y a Josué hijo de Nun», ninguno de quienes pertenecían a la generación del éxodo entraría en Canaán. Ni siquiera el propio Moisés, el fiel guía, legislador y profeta (1.34–40; 34.1–5; cf. Nm 14.21–38).
En Moab, frente a Jericó, comprendiendo que ya estaba muy cerca el término de su vida, «resolvió Moisés proclamar esta ley» al pueblo (1.5). Lo reunió, pues, por última vez, para entregarle lo que podría llamarse su “testamento espiritual”. Ante «todo Israel» (1.1), Moisés evocó los años vividos en común, instruyó a los israelitas acerca de la conducta que habían de observar para ser realmente el pueblo de Dios y les recordó que su permanencia en la Tierra prometida dependía de la fidelidad con que observaran los mandamientos y preceptos divinos (8.11–20).
Paternidad literaria
Debido a que las palabras de Moisés conforman la mayor parte del libro, tradicionalmente se le ha considerado como el autor. Sin embargo, es obvio que alguien más debe haber sido responsable por la última parte del libro, el relato de su muerte (Deut. 34).
Teología del libro
Tanto la forma literaria de Deuteronomio como su concepto central subyacente ofrecen claves para la interpretación de su teología básica. En síntesis el libro se refiere a:
a. Yahvéh, como Señor del pacto, soberano Señor de Israel, Rey, Juez, y Guerrero que realizó actos portentosos para salvar a Israel, y exigía su obediencia.
b. Yahvéh, como el Dios de la historia, capaz de llevar a cabo actos salvíficos en Egipto, en el desierto, en Canaán; jefe de los ejércitos de Israel, capaz de cumplir sus propósitos para con su pueblo frente a todos sus enemigos.
c. Israel, como pueblo del pacto, comprometido a amar, obedecer, adorar, y servir a Yahvéh en forma exclusiva. Ese era el camino hacia la paz (sûaµloÆm) y la vida (hayyéÆm).
d. El culto al Dios del pacto, basado en el amor la gratitud, que encuentra expresión tanto en a devoción personal como en una variedad de fiestas y rituales cuidadosamente definidos.
- Yahveh (en hebreo יהוה, YHWH) y sus variantes conjeturales, Yahweh, Yahvé, Jah, Yavé, Iehová, Jehovah y Jehová, es el nombre propio utilizado en la Biblia para designar a la deidad
suprema de las religiones judeocristianas (en adelante Dios)
La teología de Deut. es pertinente para los cristianos modernos, lo leen bajo la luz de la venida de Jesucristo. Los cristianos se consideran a sí mismos como el pueblo escogido por Dios (1 Ped. 2:9), aunque de una manera algo diferente a la del antiguo Israel. No constituyen una nación política, viviendo entre otras naciones, ni tampoco necesitan un territorio dónde vivir, leyes penales, ni tampoco de líderes propios para tiempos de paz o guerra. Tampoco buscan un lugar de adoración en particular sobre la tierra en donde Dios esté más presente que en otros lugares. Ya pasó el tiempo cuando estas cosas eran importantes en relación con la manera en que Dios trataba con los seres humanos. Desde que Jesús vino el pueblo de Dios es internacional, viviendo bajo diferentes sistemas políticos y buscando activamente extender el reino de Dios en todo el mundo. Y, por su puesto, ya no se hacen sacrificios con el fin de expiar el pecado.
Bosquejo del contenido
- 1:1—4:43 Primer discurso de Moisés
- 1:1-5 Introducción al libro
- 1:6—3:29 Retrospección y
prólogo
4:1-40 Predicando las leyes de Dios
- 4:41-43 Ciudades de refugio
- 4:44—28:68 Segundo discurso de Moisés
- 4:44-49 Introducción a
las leyes
- 5:1-21 Los Diez Mandamientos
- 5:22—11:32 Exhortaciones básicas
- 12:12—26:15 Leyes específicas
- 26:16-19 Los términos del
pacto
- 27:1-26 Poniendo las
leyes por escrito
- 28:1-68 Bendiciones y maldiciones
- 29:1—30:20 Tercer discurso de Moisés
- 29:1-29 Violación del
pacto
- 30:1-20 Renovación del pacto
- 31:1—34:12 Desde Moisés hasta Josué
- 31:1-8 Moisés entrega el mando a
Josué
- 31:9-13 Lectura de la ley
- 31:14-29 La infidelidad de
Israel predicha
- 31:30—32:43 El cántico de Moisés y
su exhortación final
- 32:44-52 Moisés se prepara
para su muerte
- 33:1-29 Moisés bendice al
pueblo
- 34:1-12 Muerte de Moisés
Fuentes
- Carson, D.A.; France, R.T.; Motyer,
J.A.; Wenham, G.J., Nuevo Comentario Biblico: Siglo Veintiuno, (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones) 2000, c1999.
- Douglas,
J. D., Nuevo Diccionario Biblico Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000, c1982.